miércoles, 22 de enero de 2014


EL SEÑOR DE LAS MOSCAS. William Golding
 
 Nuestra compañera Mª Joaquina  después del animado comentario en el club, nos ofrece su punto de vista sobre este libro que no puedes dejar de leer aunque te vaya encogiendo el corazón


El libro, que al principio puede parecer una novela de aventuras, se abre paso enseguida a una  narración con un trasfondo bastante profundo.
La novela nos cuenta la convivencia de un grupo de muchachos, entre 6 y 12 años, en una isla desierta tras un accidente aéreo. Allí inician su lucha por sobrevivir mostrando sus mejores valores y también lo peor de ellos mismos.

El lector se adentra en una situación extrema a través de los ojos de unos niños que, en ausencia de adultos, se ven obligados a organizar su existencia como creen que aquellos lo harían. En este contexto, la razón, la bondad y el orden se oponen a la maldad y a la crueldad.
Es un recorrido alrededor de lo bueno y lo malo del ser humano expresado a través del comportamiento de este grupo de niños abandonados a su suerte. Intentan sobrevivir pero las diferencias entre Ralph y Jack hace que se formen dos grupos cuya tensión lleva  a la lucha entre civilización y barbarie encarnadas en la diferente forma de pensar y actuar ambos chicos.

 
Ralph es elegido jefe por el grupo. Intenta comportarse según los parámetros de los mayores, que él ha vivido, y a los que se agarra para que en el grupo haya orden, disciplina y en definitiva vivan civilizadamente. Como guía usa la lógica y la razón encontrando una gran ayuda en Piggy en el que reconoce una gran inteligencia. Ralph siempre intenta llegar a acuerdos mediante la expresión ordenada de los miembros, en el uso de la palabra, en la asamblea que convoca haciendo sonar la caracola, símbolo de la democracia.

Jack, al contrario, representa la parte más salvaje del hombre que trae aparejada la fuerza bruta, la violencia y en definitiva la crueldad. No duda en usar su superioridad física para formar otro grupo y someter a algunos por el terror que les inspira. Su irracionalidad  lleva a los niños a comportamientos extremos como quemar la isla en su afán de matar a Ralph.

Piggy encarna la razón y la cordura las cuales al morir él y destruirse la caracola, el símbolo, desaparecen. Era víctima de burlas por su gordura, su asma y sus gafas ¿Puede interpretarse como un antecedente del bulling o acoso escolar de nuestros tiempos? Es un niño que, en medio del caos, conserva su cordura y siempre intenta con unos y otros, a pesar de su timidez, hacer que mejore su comportamiento y guiarles con la razón.
Goldin, en este libro que más parece un ensayo que una novela, articula una fábula en la que civilización y barbarie entran en colisión. Quizás intenta responder a la eterna pregunta ¿Es el hombre malo o bueno  por naturaleza? Parece que él se decanta por la maldad innata y por la necesidad de darse unas normas que hagan posible la convivencia pacífica respetando a los miembros del grupo.

Es una novela bastante asfixiante. El autor ahonda en lo más tenebroso del alma humana. Se llega casi sin aliento al final del libro:
 “Y en medio de ellos, con el cuerpo sucio, el pelo enmarañado y la nariz goteando, Ralph lloró por la pérdida de la inocencia, las tinieblas del corazón del hombre, y la caída al vacío de aquel verdadero y sabio amigo llamado Piggy”

Mª JOAQUINA