lunes, 28 de enero de 2019


LA PESTE (1947). ABERT CAMUS (1913-1960)

El autor de la obra que nos ocupa- que ya ha parecido en este blog en su título “El extranjero”- , como otros muchos, es mejor comprendido a través de sus obras. ”La  Peste”, libro leído y comentado últimamente en el Club, nos ofrece la oportunidad de estudiar las características generales del escritor y de la propia obra. Creemos que en ésta se hallan resumidos, de una u otra manera, todos los aspectos de la postura vital de Camus.
Se publicó en 1947, recién salidos de la II Guerra Mundial y el autor utiliza La Peste como metáfora y excusa y Orán (la ciudad) para enmarcar, como en un escenario, lo que el insoportable sufrimiento colectivo hace a los seres humanos: tambalearse, afirmarse o adoptar unos comportamientos increíbles, incluso, para uno mismo en otras circunstancias. Las  descripciones son magníficas y los  diálogos, muchas veces dramáticos y perturbadores, tremendamente  contemporáneos.

La Peste, "es la vida y nada más", nos dice Camus, a través del viejo asmático que contaba garbanzos, un personaje que aparece a lo largo del relato y que nos muestra la sabiduría de la vejez, de la experiencia.

Nos presenta, sirviéndose del lenguaje, arquetipos del ser humano, la existencia en sí; la muerte, el dolor, el amor, la injusticia, la soledad, la solidaridad. Todo ello está muy bien representado en los personajes principales.  

Estamos ante una novela que trata de una epidemia de peste bubónica narrada en tercera persona, desde antes de sus comienzos hasta después de su terminación. La  acción  podría haber tenido lugar en cualquier parte del mundo; los acontecimientos que suceden y los personajes descritos son universales. El autor relata de manera magistral la evolución de la epidemia en la ciudad, prisionera porque se cierran sus puertas y por tanto se establece una barrera infranqueable para evitar su propagación.

En el interior de la ciudad quedan prisioneros todos los habitantes sin excepción, sometidos al capricho y a la voluntad de la muerte. Dentro de esta situación vemos moverse personajes de muy distintos caracteres:

* El personaje principal es el doctor Rieux, es quien hace el relato, aunque lo haga en tercera persona. El doctor, por su profesión de médico se ve en contacto con toda clase de gentes, y está más cerca de la peste. Y por eso lo ha escogido Camus como narrador.

Con una visión más bien pesimista de la vida, duda de haber acertado en su profesión y sin embargo su vida va unida a un profundo sentimiento de solidaridad, del espíritu del deber, de la conciencia de la responsabilidad, de la bondad que deriva de la razón.

"Puesto que el orden del mundo está regido por la muerte, acaso es mejor para Dios, que no crea uno en Él y luche con todas sus fuerzas contra la muerte, sin levantar los ojos al cielo dónde Él está callado"

Personifica al hombre que no cree en Dios ni en un más allá, pero sí en los valores humanos. No pretende ser ningún héroe, sino el hombre honrado, sin esperanza, símbolo de esa honradez desesperanzada que es una de las constantes en Camus, y que se traduce, según él, en cumplir con su obligación. Y así vemos cómo el doctor se entrega por completo a su obligación luchando denodadamente contra los estragos de la peste, poniendo en movimiento todos los medios humanos de que dispone para vencer a la muerte.

Y a su alrededor se mueven otros personajes, cada cual con sus reacciones ante la situación.

* Tarrou: es un hombre que va en busca de su tranquilidad y su paz, no le importa creer en algo en absoluto, actúa como  siente y piensa. Se convierte en amigo y confidente del doctor, acompañándolo por su recorrido,  hasta el último momento cuando enferma y es el doctor Rieux quien lo acompaña hasta el final.
* Rambert, un periodista forastero,  que se encuentra descentrado, extranjero, en la ciudad, se rebela contra esta situación que él estima injusta particularmente en su caso. Trata por todos los medios de escapar de la ciudad bloqueada, y, cuando al cabo después de  muchos intentos fracasados está a punto de conseguirlo, va a ver al doctor para despedirse, y vez de decirle adiós, le dice, de pronto, que se queda a su lado, que renuncia a esa libertad que se le ofrece porque se avergüenza de disfrutar de una felicidad egoísta, exclusiva de él solo. Se  ha despertado un sentimiento de solidaridad humana, tanto en el dolor como en la felicidad.
* Cottard, como extremo opuesto, un negociante de historial turbio, para quien la peste, con su entorpecimiento de las actividades burocráticas ha sido su salvación de la cárcel. A medida que la remisión de la enfermedad va produciendo un alivio general para él supone el castigo y termina enloqueciendo.

*  Paneloux, el jesuita, que al principio la considera un castigo divino y al final después de vivir tantos horrores, duda. Muere de la peste con la angustia de dudar.
"Hay que creerlo todo o negarlo todo y ¿quién se atreve a negarlo todo?"

* Grand, el empleado público símbolo de miles de seres anónimos que cumplen con su deber. Hombre bondadoso  a quien le gusta encontrar las palabras correctas para todo
"Héroe insignificante y borroso" (como tantos otros y otras)

* Todos, en fin padecen sufrimientos, el dolor es el lazo que los une.

 Camus trata el tema de la peste con serenidad, sin extremar la violencia ni la sensación de terror y pánico que debería ser lo adecuado. Trata de hacer el análisis existencial de los seres humanos en esas trágicas circunstancias. El no pone tanto ahínco en la crudeza de la narración porque no quiere distraerse de su preocupación, la tremenda angustia del porqué y para qué del sufrimiento humano, de lo que él llama lo absurdo de la vida. No se recrea en impresionarnos con imágenes plásticas repelentes.

Más que los detalles físicos de la enfermedad, Camus quiere hacer destacar la huella producida en el alma, los sufrimientos morales y no los somáticos. Como hemos dicho antes, estas reacciones nos las dará a conocer por medio de los personajes, centrados siempre en el del Dr. Rieux.

La mujer en «La Peste» A primera vista, se diría que La Peste es una novela en la que la mujer no tiene intervención trascendental. Pero quiero destacar la presencia de algunas.
La madre del doctor, una figura constantemente presente, llena de ternura, silenciosa y activa. Está pendiente de los desvelos y preocupaciones de su hijo, dispuesta en todo momento a ayudarle en tan penosas circunstancias. Seguramente Camus quiso rendir un homenaje a su propia madre; los párrafos que la dedica tienen que ser una expresión de lo vívido.- Recordemos que tuvo una infancia sin padre.

 La mujer del doctor Un interés especial presenta esta figura, precisamente por no tomar parte en la acción. Cuando aún no ha hecho su aparición la peste, la esposa del doctor marcha a un sanatorio fuera de la ciudad. Él se ve separado de ella durante los terribles acontecimientos que van a suceder durante todo el libro. Es cierto que este personaje femenino no toma parte de forma directa en el relato, pero es una constante inconsciente en la mente del doctor. A través de las páginas del libro, cuando menos lo esperamos, surge una breve frase, un párrafo corto, y estas apariciones brevísimas del recuerdo no son casuales, están intencionadamente repartidas. Creo que puede simbolizar la  esperanza de felicidad en medio de las calamidadesY este suspense alcanzará su punto culminante en las páginas finales, cuando llegado el fin de la epidemia, en medio del gozo y de la alegría exaltada de la gente al verse al fin de los sufrimientos, cuando todos aquellos que se habían encontrado cruelmente separados durante largos meses van a disfrutar de la reunión con exultante alegría, cuando, en fin, parece haberse alejado definitivamente el dolor y creemos que la esperanza se va a hacer realidad y presencia. En aquel momento, a raíz de la muerte inesperada del amigo y fiel compañero de todas las angustias, un telegrama, frío, impersonal y breve, comunica al doctor que su esposa, su esperanza, había muerto hacía una semana. Y termina el libro con la soledad desesperanzada del hombre que, creyendo sólo en el hombre y en la muerte, se ha visto arrebatar por la muerte las dos cosas que le sostenían: el amor y la amistad.


Se puede seguir ampliando el conocimiento del autor a través de  diversos testimonios como los que encontrareis estos enlaces:


http:www.diariosur.es/20100102/cultura/albert-camus-escritura-compromiso-20100102.html





Albert Camus ganó el Premio Nobel en 1957 y sintió que, si debía dar gracias a alguien, era al señor Germain, que había sido su maestro en primaria, y le escribió una carta. Hay quien dice que fue la única carta de agradecimiento que escribió. Cualquiera que haya tenido un buen maestro se reconocerá en las palabras del escritor.
Sirva de homenaje a esos maestros que hacen bien su trabajo. Ojalá sirviese también para que los gobiernos, de uno u otro color, tratasen a la educación siempre como lo que es: la mayor riqueza de un país.

 
París, 19 de noviembre de 1957
Querido señor Germain:
Esperé a que se apagara un poco el ruido de todos estos días antes de hablarle de todo corazón. He recibido un honor demasiado grande, que no he buscado ni pedido. Pero cuando supe la noticia, pensé primero en mi madre y después en usted. Sin usted, sin la mano afectuosa que tendió al niño pobre que era yo, sin su enseñanza no hubiese sucedido nada de esto. No es que dé demasiada importancia a un honor de este tipo. Pero ofrece por lo menos la oportunidad de decirle lo que usted ha sido y sigue siendo para mí, y de corroborarle que sus esfuerzos, su trabajo y el corazón generoso que usted puso en ello continúan siempre vivos en uno de sus pequeños escolares, que, pese a los años, no ha dejado de ser un alumno agradecido. Un abrazo con todas mis fuerzas,

ALBERT CAMUS
“(Mondovi, Argelia, 1913-Villeblerin, Francia, 1960) Novelista, dramaturgo y ensayista francés. Nacido en el seno de una modesta familia de emigrantes franceses, su infancia y gran parte de su juventud transcurrieron en Argelia. Inteligente y disciplinado, empezó estudios de filosofía en la Universidad de Argel, que no pudo concluir debido a que enfermó de tuberculosis.
Formó una compañía de teatro de aficionados que representaba obras clásicas ante un auditorio integrado por trabajadores. Luego ejerció como periodista durante un corto período de tiempo en un diario de la capital argelina, mientras viajaba intensamente por Europa
Albert Camus empezó a ser conocido en 1942, cuando se publicaron su novela corta El extranjero, ambientada en Argelia, y el ensayo El mito de Sísifo, obras que se complementan y que reflejan la influencia que sobre él tuvo el existencialismo. Tal influjo se materializa en una visión del destino humano como absurdo..

Sin embargo, durante la Segunda Guerra Mundial se implicó en los acontecimientos del momento: militó en la Resistencia y fue uno de los fundadores del periódico clandestino Combat. Sus primeras obras de teatroEl malentendido y Calígula, prolongan esta línea de pensamiento que tanto debe al existencialismo, mientras los problemas que había planteado la guerra le inspiraron Cartas a un amigo alemán.

Su novela La peste (1947) supone un cierto cambio en su pensamiento: la idea de la solidaridad y la capacidad de resistencia humana frente a la tragedia de vivir se impone a la noción del absurdoLa peste es a la vez una obra realista y alegórica, una reconstrucción mítica de los sentimientos del hombre europeo de la posguerra, de sus terrores más agobiantes. El autor precisó su nueva perspectiva en otros escritos, como el ensayo El hombre en rebeldía (1951) y en relatos breves como La caída y El exilio y el reino, obras en que orientó su moral de la rebeldía hacia un ideal que salvara los más altos valores morales y espirituales, cuya necesidad le parece tanto más evidente cuanto mayor es su convicción del absurdo del mundo.

De gran interés es también su serie de crónicas periodísticas Actuelles. Tradujo al francés La devoción de la cruz, de Calderón de la Barca y El caballero de Olmedo, de Lope de Vega En 1963 se publicaron, con el título de Cuadernos, sus notas de diario escritas entre 1935 y 1942. Galardonado en 1957 con el Premio Nobel de Literatura, falleció en un accidente de automóvil en 1960.

AURORA FERNÁNDEZ-RIUS



viernes, 25 de enero de 2019



“SIN DESTINO” (1975) INRE KERTESZ( 1929-2016)

En esta ocasión, antes de pasar a comentar el libro, hago una síntesis de la biografía del autor pues es la base del título que nos ocupa. Conocer su vida, sin duda, ayudará  a la comprensión del texto.

IMRE KERTESZ nació en Budapest en noviembre de 1929,en el seno de una familia perteneciente a la burguesía judía y murió en Budapest en marzo de 2016 tras padecer, durante varios años, la enfermedad de Parkinson.

Desde los cinco años vive en un internado debido a la separación de sus padres.
En 1944, a la edad de 14 años, es deportado al campo de exterminio de AUSCHWITZ, primero y al de concentración de BUCHENWALD después, en donde se hace pasar por un trabajador de 16 años para escapar de la muerte y donde permaneció año y medio hasta su liberación al término de la guerra.

De regreso a Budapest terminó sus estudios y posteriormente trabajó como periodista, traductor al húngaro de diversos escritores alemanes y guionista de cine, compartidos con su actividad como novelista y escritor.

En 1975 aparece su primera novela “Sin Destino”, de carácter autobiográfico, que constituye un gran éxito y crea controversia entre sus lectores debido a su visión subjetiva del Holocausto. Fue llevada al cine en 2005.

La censura húngara de posguerra y su condición de judío fueron las causas de que sus libros no alcanzaran la difusión que merecían hasta pasados muchos años. En 1986 se lamentaba amargamente el autor:”Siempre seré un escritor húngaro de segunda fila, ignorado y malinterpretado”

Una vez publicada su obra fue galardonado con diversos premios, nacionales e internacionales, incluido el Nobel de Literatura, en 2002, concedido por: “Una obra que conserva la frágil experiencia del individuo frente a la bárbara arbitrariedad de la historia” Fue el primer escritor húngaro en recibir este galardón.

* Sus libros de carácter histórico presentan una visión de toda la cultura centroeuropea de posguerra.

* Los que se refieren al Holocausto-“destrucción masiva alemana de los judíos europeos”- son escritos de gran precisión y meticulosidad, cargados de ironía y sin concesiones sobre el Genocidio. A diferencia de otros escritores judíos sobre el mismo género, KERTSZ considera que “El Holocausto no es asunto interno entre judíos y alemanes” Para él significa el punto final de una crisis moral y espiritual de Occidente, el piélago donde se hundieron los valores que habían sustentado, durante siglos, la civilización europea

“SIN DESTINO” narra la historia de un año y medio de la vida de GYORGY KOVES, joven húngaro, judío, de 15 años, en diversos campos de concentración nazis.

Es una novela de marcado carácter autobiográfico ya que la propia vida de autor constituye la materia prima de la novela, dando así verosimilitud a los hechos narrados y credibilidad a sus personajes.

El autor considera al personaje principal inocente e incapaz de ver un “infierno” en el campo de concentración, como un auténtico “sin destino”. Su estancia en el campo le sirve de formación y adquisición de una personalidad, y, finalmente, una vez LIBRE, elegir su propio destino.

 HASTA LOS 14 AÑOS, falta absoluta de libertad, para elegir su destino.

GYORGY ignora lo que significa “ser judío” Va observando lo que ve:

*  Una estrella amarilla para diferenciar a los judíos
*  Asistencia a una escuela de secundaria exclusiva para judíos.
* Visitas más frecuentes a su casa por parte de otros judíos.
* Distintos comportamientos de los ciudadanos con los judíos, pues, mientras unos son respetuosos y se muestran solidarios y empáticos, otros, como la panadera, además de negar el saludo les resta algo de pan en cada ración y…

Reflexionando sobre ello, sabe que si la panadera les tuviera respeto habría tenido la sensación  desagradable de estar engañándolos. Por lo tanto estaba actuando por convicción e ideología, es decir guiada por la verdad y la justicia que emana de sus ideales. Supe, también, aunque a ella no se lo dije (el narrador nos habla en primera persona desde el propio escenario, lo cual nos permite  ver de cerca los hechos narrados) que la admiraba. Annamaría había permanecido en su internado- como yo-a causa de la separación de sus padres) y que podría llegar a quererla, sin importarme que fuera judía.

Por esas fechas, cuando mi padre fue llamado para realizar “trabajos obligatorios” toda la familia vino a despedirlo. Mi padre y mi tío LAJOS me hablaron por primera vez sobre mis responsabilidades como judío: fin de los días felices y despreocupados de la infancia, principal apoyo de mi madrastra a partir de hoy, entender bien el significado de  preocupación y renuncia. A partir de hoy, ya como adulto, ser partícipe del destino común de los judíos (“constante persecución desde hace milenios, que los judíos aceptamos con paciencia y resignación, impuesto por Dios, como castigo por nuestros pecados cometidos en el pasado. Sólo de Él podemos esperar la Gracia, a cambio de nuestro esfuerzo, capacidad y sacrificio, en estos momentos de especial dificultad, ocupando el lugar que Él nos ha asignado. En mi caso, el de cabeza de familia. Junto a mi tío recé por primera vez-“repetí como un papagayo las lecturas que él hacía en hebreo, idioma que yo desconocía”)

EN EL CAMPO DE CONCENTRACIÓN

Un día, el autobús que nos conducía a la escuela Secundaria, fue desviado de su ruta y, tras varios días de viaje en diversos medios y portando solo la mochila escolar, llegamos a nuestro primer destino: AUSCHWITZ donde nada nos hizo sospechar de la verdadera naturaleza del lugar. Allí fuimos separados en dos grupos:

- Los aptos para trabajar, entre los que me encontraba yo, fuimos destinados al campo de concentración de BUCHENWALD. El resto quedaron allí. Nunca volvimos a ver ni tuvimos noticias de ninguno de ellos.

Pronto empezó nuestro particular calvario: duros trabajos en jornadas interminables (cocinas, transportes, letrinas, construcción…severos castigos a los errores cometidos, hambre, frío, enfermedades, piojos, muerte…

Tuvimos que aprender a vivir. El campo parecía un lugar tolerable siempre que observáramos un buen comportamiento y tuvieras suerte. Hacer las cosas bien desde el principio; no perder la esperanza; administrar el escaso alimento; lavarse frecuentemente (“Lávate también el pito: ahí anidan los piojos”), huir de la idea de suicidio y hacer patria. En la vida de un preso todos los días son laborables.

Pronto nos dimos cuenta de que en un campo de concentración no queda tiempo para vivirsi acaso para sobrevivir. Al toque de Diana el que se quedaba en la cama desparecía para siempre. Cada día soportaba peor el hambre; nos restaban la porción de pan; cada día tenía menos ganas de rezar y más de dormir…el primer asesino que vieron mis ojos era de sangre gitana, había matado a una vieja rica para robarle. Ahora era responsable, en el Campo, de mantener el orden y la justicia. El hambre y el maltrato crecientes empezó a crear en mí un estado de enfado y de odio contra todo y contra todos hasta el extremo de crear en mí la necesidad de matar a alguien…comprendí como el tiempo nos estaba engañando. Todo parecía seguir igual pero nosotros habíamos cambiado; ya no nos reconocíamos a nosotros mismos…carecíamos de libertad: solo nuestra imaginación era libre. Eso nos impedía caer en la locura.

Una lesión grave de muslo y rodilla me obligó a ser hospitalizado. La estancia en el hospital y la relación con otros enfermos, médicos y enfermeros de otras unidades, me permitió ir, poco a poco, tomando conciencia de todas las actividades del campo de concentración. Haberlo aprendido todo de golpe habría significado una locura. Durante esta estancia escuché que había llegado l campo el prisionero número noventa mil.

Antes de recibir el alta médica llegó el final de la guerra y nuestra libertad, pero era tan grave el hambre que parecía que no podía empezar a pensar en serio en la libertad hasta después de cenar un buen plato de sopa.

EL REGRESO A BUDAPEST

La primera visita fue a un puesto de socorro para identificarnos, recibir documentos de identidad y algún dinero para “empezar a vivir de nuevo”

Traté de encontrar a un amigo del campo de concentración que me había salvado la vida. No había regresado y la familia no tenía noticias suyas.

Fui a mi casa, en busca de mi madrastra, pero no la encontré. La gente que ahora vivía en mi casa, y que decían que eran sus dueños, no la conocían ni tenían noticias de ella. Los vecinos, judíos también me aseguraron que había certeza de la muerte de mi padre y que mi madrastra se había vuelto a casar y vivía fuera de la ciudad. También que mi madre estaba bien y que había venido a buscarme. Su pareja no había regresado de sus “trabajos obligatorios” Me contaron también que la vida había sido muy difícil para los que permanecieron en la ciudad. Trataron de convencerme de que debía olvidar los horrores de la guerra para poder empezar una nueva vida libremente. Ellos no sabían que me estaban pidiendo  cosas imposibles. No comprendían que mis vivencias habían sido reales y que yo no podía mandar sobre mis recuerdos. De todos modos, al haber recibido de forma gradual la verdadera naturaleza del campo de concentración, yo no tenía la sensación de que allí dentro todo fueran “horrores”. Además, yo no voy a empezar una nueva vida: quiero seguir viviendo mi misma y única vida.

Decidí ir a buscar a mi madre. No sé si  me reconocerá; yo mismo, al ver mi cara en el espejo, después de dos años, no me reconocí. Parecía el mío un rostro profundamente envejecido y malgastado por los placeres carnales.

 La ciudad había cambiado mucho, también los ciudadanos. La información sobre los campos de concentración iba llegando de golpe. Todo el mundo se preguntaba ¿Cómo era posible tanto horror? ¿Cómo se había podido llegar a ese infierno? Todos querían saber. Todos preguntaban. Me decían que publicara mis experiencias.

Decidí que si un día escribía sobre el tema, tal vez lo hiciera limitándome solo y exclusivamente a las pocas bellas que allí encontré.

Narración cargada de ironía y sarcasmo; transformación de “un infierno en vida”, en la ingenuidad de unos personajes que van a la deriva, que no luchan contra su terrible destino porque no son conscientes de él hasta que es demasiado tarde.

¡Tremenda historia de fácil lectura y difícil comprensión!

Manuel Jiménez



martes, 8 de enero de 2019


TIEMPO DE SILENCIO.LUIS MARTÍN-SANTOS

I. EL AUTOR

Luis Martín-Santos Rivera nace en Larache (Marruecos), donde estaba destinado su padre como oficial del ejército español, en noviembre de 1924. Cinco años más tarde la familia se traslada a San Sebastián.

Estudia bachillerato en un colegio religioso en San Sebastián y Medicina en Salamanca, terminando en 1946 con Premio Extraordinario. Estudia psiquiatría en Madrid y colabora en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas donde conoce a  los doctores López Ibor y Castilla del Pino, doctorándose en 1949 con una tesis dirigida por Pedro Laín Entralgo.

En 1951 obtiene, por oposición, el cargo de director del psiquiátrico de San Sebastián, tras un año de especialización en Alemania, ocupando este cargo hasta su muerte, en enero de 1969, en Vitoria, en accidente de tráfico. Profesionalmente se dedicó al estudio del alcoholismo y la esquizofrenia, las dos enfermedades más comunes del momento.

PSIQUIATRA,POLÍTICO,LITERATO Y FILÓSOFO, así lo define su biógrafo, José Lázaro, como  “un escritor interesado por la función de la literatura, un psiquiatra con ambición filosófica, un socialista reformista, un vasco no racionalista, un castellano hostil al centralismo español y un médico psiquiatra interesado en conocer los aspectos más profundos del ser humano”

ESTUDIOS MÉDICOS, ENSAYOS Y CREACIÓN LITERARIA.

* De medicina y psiquiatría publicó dos libros sobre “Comprensión del enfermo mental” y más de 50 artículos científicos sobre “Psiquiatría existencial”

Sus ensayos versan sobre Literatura, Política y Antropología

* Como literato escribe poesía, relatos y novela.
Durante su estancia en Madrid frecuenta las tertulias literarias de Sánchez Ferlosio, Martín Gaite, Juan Benet, García Hortelano, Ignacio Aldecoa…en un ambiente sórdido, chabacano y represivo de postguerra.

* Sus novelas siguen el estilo ya implantado en Europa por Joyce, Proust, Thomas Mann y Faulkner. En  América, además de recibir la influencia existencialista  de Sartre y Camus y del español Pio Baroja.

* En 1962 aparece su novela Tiempo de silencio considerada una obra fundamental-modernista y experimental-en la historia de la literatura española.

GOYA, CREVANTES, MARTÍN SANTOS

Martín-Santos estudioso del comportamiento humano asegura que el progreso de la condición humana se ve influenciado por la GENÉTICA, la ALIMENTACIÓN y la EDUCACIÓN, y analiza los cambios de conducta cuando varían las circunstancias sociales externas, comparando las de sus admirados CERVANTES –“condenado a recaudar impuestos, matar turcos, perder una mano, pedir favores, poblar cárceles y además escribir un libro solo para hacer reír”- y GOYA- cuya vida, reflejada en sus pinturas, pasa desde la exaltación de la naturaleza, la belleza y la alegría juvenil hasta la denuncia descarnada de la guerra , primero, y de los desastres de la misma, al final-con las de los personajes de su novela y con la suya propia- juventud feliz, guerra en el bando vencedor , donde su padre era general y posguerra en la que fue detenido, condenado y encarcelado tres veces.

Asegura que: “la vida de un hombre es imprecisa, y cuando decide esconder su verdad- un secreto, un proyecto de vida, o un fracaso-en el hueco profundo y oscuro de su propio corazón, ninguna mirada ajena, por cercana que sea, logra vislumbrar su luz”

Martín-Santos murió al chocar con su propio coche contra la parte posterior de un camión. Iba acompañado de su padre. Su esposa había fallecido unos meses antes con 34 años a consecuencia de un escape de gas. Ninguna de ambas muertes quedó completamente aclarada.

II.TIEMPO DE SILENCIOSe trata de un libro pesimista, sombrío y desasosegante. Cargado de profundas reflexiones sobre la vida y sobre el ser humano que presenta una realidad amarga y angustiosa, enfrentando al hombre con sus propias limitaciones, a modo de espejo que avive el deseo de buscar una vida mejor.

LA ACCIÓN. Se sitúa en Madrid, a mediados del siglo XX, en plena posguerra, mostrando la profunda miseria de la vida madrileña.

Pedro, un joven médico, dedicado a la investigación sobre la naturaleza del cáncer, con escasos medios materiales, se ha quedado sin ratones de Illinois, necesarios para sus investigaciones.

Amador, su ayudante en el laboratorio lo convence para visitar al Muecas-,personaje perteneciente al lumpen madrileño- gente sin escrúpulos-, que, tras robar una pareja de ratas del laboratorio, ha conseguido que críen en su chabola-“mis sudores me cuesta y algún mordisquito”

El Muecas, vive con Ricarda, su mujer, y dos hijas en una de las chabolas-los hermosos alcázares de la miseria-de la periferia de Madrid. Es amigo de amador y se vino a Madrid, después de la guerra, desoyendo sus consejos- “Madrid tira mucho, incluso a los que no somos de aquí”- y aunque se negó a recogerlos en su casa-“a un amigo no se le puede realquilar, terminaríamos perdiendo la amistad y un día nos enfrentaríamos a navajazos”-Le compraba los perros y gatos que recogía en la calle para las experiencias del laboratorio. Pasaban hambre-“En guerra nos comíamos las ratas. Yo creo que son más sabrosas que los gatos” y dormían los cuatro en el mismo colchón-“ Es cosa bien sabida que el calor da vida”

Por un puro accidente, evitable, se ve envuelto en un turbio asunto, en un barrio miserable ocupado por personas marginales e inmorales, que terminará con la muerte de dos muchachas jóvenes inocentes. Fue una noche de sábado, llena de acontecimientos diabólicos, que parece inspirarse en dos de las pinturas negras de GOYA- El prostíbulo en  “EL AQUELARRE”  Y “EL MACHO CABRÓN” en la chabola de Muecas.

Pedro será acusado detenido y encarcelado, injustamente. Será Ricarda , esposa del Muecas, pese al dolor por la muerte de su hija, quien decida declarar la inocencia de Pedro, quedando en libertad.

Pedro pierde la beca y será expulsado del laboratorio, marchándose de Madrid para poder ejercer la medicina, libremente en cualquier pueblo perdido. Se queda completamente solo-al morir su novia, asesinada por venganza. Desorientado y perdido, sin comprender cómo la vida de forma absurda juega con los hombres manejándolos a su antojo.

Atendiendo solo a su contenidola novela podría considerarse como  un simple retrato costumbrista del ambiente madrileño de mediados del siglo XX, con sus chabolas, sus pensiones, los salones burgueses, sus teatros, sus prostíbulos, sus conferencias y sus verbenas. Pero, además del relato costumbrista, contiene también una profunda y amarga reflexión existencial.

 ESTILO LITERARIO

Destacan la riqueza del lenguaje, inventando nombres, adjetivos y verbos y la técnica narrativa con abundantes descripciones, monólogos, reflexiones, diálogos de una sola voz, relatos impersonales, monólogo interior… para presentar y conocer a los personajes, penetrando en sus problemas, aspiraciones y fracasos, mostrando su bajeza moral, brutalidad en el personaje de Cartucho y la desmoralización y desilusión de  Pedro.

La  novela carece de capítulos y está estructurada en unas 60 escenas narrativas, separadas entre sí por una línea en blanco.

La acción transcurre en Madrid, utilizando, al estilo Barojiano, múltiples escenarios.

La  ironía, es sarcasmo y hasta el esperpento aparecen y están muy presentes a lo largo de toda la novela.

La narración utiliza un narrador único, omnisciente, pero con tres personas narrativas que de forma simultánea y superpuesta en cada escena, narran en primera persona-monologo interior-en segunda- diálogos-o impersonal, indirecto y libre-en sus reflexiones ensayísticas- del mismo modo que hace Eduardo Mendoza en su Ciudad de los Prodigios.

Martín Santos reflexionando sobre Cervantes, desde su experiencia psiquiátrica, se pregunta:

¿qué pretendía realmente con su libro, él que, siendo un derrotado en vida logró mantener su cabeza serena y que sabiendo que la locura es el vacío y la nada, afirmaba que” solo en la locura reposa el ser-moral del hombre?
¿Renovar la forma de escribir novelas, penetrar el alma mezquina de sus semejantes, burlarse del país monstruoso que le había tocado vivir o sólo ganar dinero?

En fin…UNA NOVELA PARA LEER MÁS DE UNA VEZ

MANUEL JIMÉNEZ