jueves, 21 de noviembre de 2019


EL PIANISTA DEL GUETO DE VARSOVIA.
WLADYSLAND SZPILMAN

El pianista del gueto de Varsovia es un libro de memorias del músico polaco de origen judio Wladyslaw Szpilman  (1911-2000), escrito y elaborado por un autor polaco, Jerzy Waldorf, quien se reunió con Szpilman en 1938 en Krynica (Polonia) y se convirtió en amigo suyo.

 El libro está escrito en primera persona y en él cuenta como sobrevivió a las deportaciones alemanas de judíos a los  campos de exterminio, a la destrucción de 1943 del gueto de Varsovia y en 1944 al Alzamiento de Varsovia durante la Segunda Guerra Mundial. Durante su vida tuvo cuatro nacionalidades.
 La primera versión de este libro se publicó en Polonia titulado Muerte de una ciudad, pero enseguida fue retirado de la circulación por las nuevas autoridades comunistas polacas. En 1998, el hijo de Szpilman, Andrzej Szpilman, publicó las memorias de su padre, primero en alemán  luego en inglés  Más tarde se publicó en más de 30 idiomas


Sinopsis

Wladyslaw Szpilman estudió piano en la década de 1930 en Varsovia y Berlín. En Berlín, fue instruido  en la Academia de Artes de Berlín, por. Durante su tiempo en la academia también estudió composición En 1939 regresó a Varsovia y trabajo como pianista en la Radio Polaca. La central que mantenía en funcionamiento la radio polaca fue destruida por bombas alemanas y se vio obligado a dejar de trabajar 

Unos días después de la rendición de Varsovia, folletos alemanes aparecieron colgados en la pared de los edificios y en las calles los judíos empezaron a sufrir maltratos. Pronto se vieron obligados a entregar sus bienes y objetos de valor a funcionarios alemanes; no todos lo hicieron  pero sí la familia de Szpilman que escondieron su dinero en el diapasón del violín, un reloj de oro bajo un macetero, este perteneciente al padre de Szpilman. Todo aquel que fuese judío estaba forzado a portar un brazalete para ser identificados, no podían ocupar bancos del parque y sólo podían andar por la carretera. 

 En 1941, fueron trasladados al gueto de Varsovia, donde tuvieron que subsistir a las hambrunas y a las humillaciones de los oficiales nazis. Tras un año de miseria y empobrecimiento, los habitantes del gueto son deportados a campos de exterminio, entre ellos los familiares de Szpilman. Un policía judío del gueto, perteneciente a la resistencia polaca, ayuda al pianista a evitar la deportación y éste huye, siendo acogido por su examante y el esposo de ésta, que lo mantienen vivo hasta que el levantamiento del gueto de 1944 hace que los alemanes bombarden Polonia, destruyendo gran parte de los edificios.

 Escondido primero en un hospital abandonado y luego en una vieja casa desocupada, Szpilman apenas puede seguir vivo hasta que es descubierto por el capitán Wilm Hosenfeld, un alto oficial alemán. Hosenfeld pide a Szpilman que toque el piano para él al saber que es pianista y éste obedece. Conmovido, Hosenfeld empieza a ayudar al pianista llevándole alimento hasta que los rusos liberan Polonia en 1945.

 Los soviéticos aprisionan a numerosos alemanes, entre ellos a Hosenfeld, que afirma ser conocido de Szpilman. Finalmente, el pianista desconoce a donde llevaron a Hosenfeld y la novela termina con Szpilman interpretando una balada de Fredèric Chopin frente a una gran audiencia.

Comentario

Aunque como dice Wolf Biermann (poeta, letrista y ensayista alemán) en su epílogo o más bien colofón final, " ESTE LIBRO NO NECESITA PRÓLOGO, NI EPÍLOGO, NI EN REALIDAD NECESITA NINGÚN COMENTARIO", si suscitó muchas reacciones entre todos y todas los y las participantes. Por unanimidad "la tristeza" por el contenido y diría que incluso "la impotencia" por hechos que se repiten una y otra vez, a lo largo de la humanidad, y de los que nunca parecemos aprender.

Como bien dice su epiloguista, su lenguaje es de una insólita frialdad, describiendo el dolor con un distanciamiento casi melancólico, posiblemente porque las cenizas de la destrucción aún estaban humeantes. 

Con este libro he sentido que nos narraba su aterrador asombro ante la degradación de "LOS INDIVIDUOS". Sin dramatizar, sin juzgar, nos cuenta la realidad que sufre, las humillaciones, el sadismo, la muerte,...el deterioro a cámara lenta de su mundo, llegando a la desaparición completa de todo, su casa, su familia, su ciudad...

Una narración tan lineal y desapasionada que es muy inquietante, tan plástica que te acerca y creo que te mete en lo que es "una guerra". Se llega a sentir la opresión y sordidez del gueto en la primera parte, la angustia e incluso el hambre en la segunda, a la vez que palpas su asidero emocional para no llegar a la auto-destrucción, LA MÚSICA. Todo esto trufado de algunos rayos de luz, en los que el mismo participa, pero el volumen de la maldad que describe es tan aplastante, que no dejan de ser unas pocas luces brillantes en medio de la oscuridad más aberrante.

CONCLUSIÓN

Como bien se nos dice en la parte final, ni en Europa Oriental e incluso en Israel, fueron capaces de tolerar relatos de testigos presenciales tan auténticos como el recogido en este libro. Verdades dolorosas sobre la colaboración de polacos, rusos, ucranianos, lituanos y judíos con los nazis alemanes.
De los tres millones y medio de judíos polacos, doscientos cuarenta mil llegaron a sobrevivir al periodo nazi, entre trescientos y cuatrocientos mil polacos arriesgaron su vida y la de su familia por ayudar. Esconder a un judío en Francia estaba castigado con cárcel o el campo de concentración, en Alemania costaba la vida, pero en Polonia la vida de toda la familia. En Yad Vashem, principal lugar conmemorativo judío de Israel, la tercera parte son polacos.
Incluyo lo que tenía escrito en su diario, el capitán Wilm Hosenfeld, el alto oficial alemán que le ayudó, por lo que pueda tener de actualidad, que creo que es mucha.

"La mentira es el peor de todos los males. Cualquier otra cosa diabólica viene de ahí. Y también a nosotros nos han engañado, constantemente se engaña a la opinión pública. No hay una sola página de periódico que no contenga mentiras, ya trate de asuntos políticos, económicos, históricos, sociales o culturales

¿Aprenderemos? ¿Falta más pedagogía entre la gente más joven? Preguntas que podrían tener respuestas claras y precisas, aunque parezca que vamos en dirección contraria.

AURORA FDEZ RIUS