jueves, 3 de septiembre de 2020


           EL INFINITO EN UN JUNCO.Irene Vallejo (1979)

           La invención de los libros en el mundo antiguo

“Los libros nos ayudan a sobrevivir en las grandes catástrofes y en las pequeñas tragedias de nuestra vida”  






Este libro no pudo caer en mis manos en mejor momento. Eran días de confinamiento  por pandemia. Agradezco a Irene Vallejo que la lectura me absorbiera de tal modo que impidiera que, en esos largos y tristes días, se hiciera presente, con más frecuencia, ese enemigo silencioso llamado melancolía.

Urge decir que la autora es una enamorada de los clásicos griegos y romanos y todo el desarrollo de la obra parte del conocimiento y amor por ese mundo. A la pregunta por los libros que más le han influido en su vida responde:

 “El primero de todos sería clarísimamente La Odisea. Me la empezó a contar mi padre por las noches antes de dormir a consecuencia de unos dibujos que había entonces de Ulises galáctico. Ahí empezó todo. Me deslumbraron todas las mitologías, me convertí en una mitómana absoluta y sin remedio. De la infancia recuerdo la mitología y los tebeos, era una lectora compulsiva

El propio título ya es una llamada de atención pero es el subtítulo el que condensa el contenido. Así, el libro se presenta como una historia de los libros, centrándose en la época helenística y romana pero se remonta a épocas anteriores y posteriores. Y en este inmenso bosque, que supone este objetivo, desarrolla varias líneas:

* LA HISTORIA DE LOS SOPORTES DE LA ESCRITURA.

 Asistimos al cambio, lento a lo largo de los siglos, de los soportes: desde las tablillas de barro mesopotámicas a los papiros egipcios, los pergaminos griegos, o los primeros libros, tal y como los conocemos ahora,-códices- inventados por los romanos... hasta los soportes digitales actuales.

En este aspecto, el texto es un canto de amor al libro como instrumento

* LOS DISTINTOS USOS, A LO LARGO DE LA HISTORIA, DE ESCRIBIR Y LEER.

El libro también trata de la aparición de la escritura y de la literatura escrita pero, sin olvidar su indispensable fundamento:

 LA NARRACIÓN ORAL. Durante  los largos siglos de la oralidad,  los poemas se recitaban en público perpetuando la costumbre heredada de las tribus nómadas. El mundo de las “aladas palabras” como las denomina Homero, es como un gran iceberg sumergido casi por completo en el olvido, aunque ahí están la Ilíada y la Odisea-puntas de ese iceberg- como enciclopedias que recopilan parte del saber popular heredado.

"Somos los únicos animales que fabulan, que ahuyentan la oscuridad con cuentos, que gracias a los relatos aprenden a convivir con el caos, que avivan los rescoldos de las hogueras con el aire de sus palabras, que recorren largas distancias para llevar sus historias a los extraños. Y cuando compartimos los mismos relatos, dejamos de ser extraños."

* LOS ESPACIOS EN QUE SE EJERCÍAN ESAS CAPACIDADES: bibliotecas, librerías, salas de copistas, escuelas…

Reserva un papel importante a los espacios  que han ocupado los libros y las personas ligadas a ellos. Es un homenaje a todos los que, a pesar de las amenazas y peligros de todo tipo- guerras, incendios, inundaciones, saqueos,…a lo largo de los siglos-han jugado un importante papel en la difusión y preservación del libro.

“Las librerías son esos territorios mágicos donde, en un acto de inspiración, escuchamos los ecos suaves y chisporroteantes de la memoria desconocida”

La biblioteca de Alejandría, ocupa un lugar destacado en el texto porque la autora la considera el punto de partida del intento de proteger los libros de la destrucción. Sueño de Alejandro Magno- que quiso tener una biblioteca a la altura de su ambición -  materializado por la dinastía de los Ptolomeos. Se propuso reunir todos los libros existentes. ”De hecho incluyó las obras más importantes de otras lenguas, traducidas al griego… La biblioteca hizo realidad la  mejor parte del sueño de Alejandro: su universalidad, su afán de conocimiento, su inusual deseo de fusión”

Los bibliotecarios, esos guardianes de las palabras, tienen su primer representante, al que presta una atención especial Irene, en Calímaco de Cirene, el bibliotecario de Alejandría que en el siglo III a. C. estableció un sistema clasificatorio que se ha mantenido, en lo esencial, hasta nuestra época.

También están presentes los libreros, tanto de Grecia, como de Roma, los coleccionistas, los lectores que acudían a las bibliotecas de Atenas o Roma.

* Y, sobre todo, LAS PERSONAS QUE EJECUTABAN ESAS ACTIVIDADES: escritores, lectores, libreros, bibliotecarios, maestros, traductores, impresores, copistas… Este texto es un reconocimiento a tantas personas, muchas anónimas, que han hecho que hayan llegado hasta nosotros las mejores ideas de la Humanidad. No olvida a los que podríamos llamar actores secundarios: esclavos al servicio de los poderosos, viajeros, aventureros, monjas o monjes que jugaron un papel fundamental en la evolución del libro y en su permanencia frente a “las tormentas del tiempo” .Sin el esfuerzo que muchos han hecho, “las mejores cosas de nuestro siglo se habrían esfumado en el olvido”:

Imposible hacer referencia a todos los escritores  que van apareciendo en el texto, comenzando por  Homero  y siguiendo con Tucidides, Herodoto, Virgilio, Ovidio, Marcial… Herodoto  “un modelo para el contexto actual. Tenía un temperamento especial. En un mundo polarizado, era capaz de mirar al extranjero con un respeto absoluto. De hecho, incluía en ese respeto a los persas, enemigos de los griegos”.

 Reserva un hueco especial a su paisano Quintiliano de quien algunos todavía recordamos que “la finalidad de la pedagogía es dejar que los estudiantes encuentren por si mismos las respuestas y hagan superfluo al maestro

Hace un buen repaso de muchos de los autores clásicos. Me ha gustado, por no ser habitual, la relación que establece con ellos, los trata como colegas, los desmitifica  y los hace cercanos.

El libro está plagado de referencias a otros autores  incluso con citas textuales. Así el texto se convierte en un sugestivo paseo por la literatura y la historia de los libros y la escritura.

Las tejedoras de historias. No puedo dejar de hacer referencia a este capítulo, delicioso para mí. En él se engarzan historias, biografías insólitas de mujeres creadoras, a pesar de las innumerables barreras impuestas a su sexo. Hace una relación de nombres de mujeres borradas de la literatura.

Nos recuerda que la primera persona de quien se tiene constancia como  autora de un texto fue una mujer: Enheduanna - sacerdotisa y princesa acadia-, y la poetisa Safo de Lesbos. La única mujer que entra en el canon literario. También reseña otras mujeres notables de la Antigüedad, aunque no fueran escritoras, en sentido estricto, como Aspasia e Hipatia.

GENERO LITERARIO

Es un ensayo, pero no al uso. La propia autora dice haberlo elegido porque  admite flexibilidad y holgura. Ciertamente ella aprovecha esas características del género a la perfección. Pasa de cronista de la historia a narradora de increíbles viajes en determinados episodios y en otros momentos nos lleva hasta lo más personal de ella misma narrando episodios autobiográficos- Nos dice, por ejemplo, como sembró en sí misma la idea de escribir el libro cuando hojeaba un pergamino de Petrarca:

 "Me impresionó la belleza y la regularidad de la escritura trazada por una mano experta. Vi los rastros del tiempo, esas páginas salpicadas de manchas amarillentas como las manos pecosas  de mi abuelo. Tal vez el impulso de escribir este ensayo nació entonces, al calor de aquel libro de Petrarca que susurraba como una suave hoguera". 

Es un libro de investigación  con una riquísima información, pero La  autora no se dirige a los eruditos. El destinatario somos los  lectores con ganas de saber, de conocer y disfrutar de la aventura del libro como instrumento. Suscribo lo que expresa un comentarista: “Me ha impresionado leer un texto tan bien documentado, tan profuso, tan lleno de datos e información pero, al mismo tiempo, un texto escrito de manera ágil”

ESTRUCTURA DE LA OBRA. Me llamó la atención que no siguiera un orden cronológico. Según la propia autora: “Es un desorden ordenado con saltos y meandros pero sin dejar que nunca se desborde el río”  Alguien la ha definido como una “acróbata de la narración”

Va estableciendo, a lo largo de toda la obra, conexiones entre el pasado y el presente y al tiempo, en varios textos, trata de reflexionar sobre acontecimientos actuales a la luz de otros pretéritos. La misma autora nos invita a no perder de vista el pasado: “Hay una continua corriente entre el pasado y el presente, el pasado está constantemente transformando el futuro.”, en muchos episodios, nos lleva a mirarnos en el espejo del pasado.

Como ya ha comentado algún crítico: “Es una obra Matrioska” en la que el lector se desenvuelve bien  gracias a la agilidad narrativa de la autora. Yo prefiero considerarla un cuento de cuentos, y representarme a la autora como una Sherezade que uniendo una historia con otra te tiene absorta en su narración. Esto es así gracias a la soltura con que hilvana el relato en su totalidad. Me ha parecido, a veces, según iba leyendo, que escuchaba a un narrador popular.

Es un libro desbordante, rompe molde en todos los sentidos. Consta de 449 páginas y está editado por SIRUELA en 2019. Espero no haberlo empobrecido con mi reseña. De todos modos os animo a leerlo

 I. Gª FERNÁN