lunes, 28 de octubre de 2013

Gloria nos sugiere leer este artículo y verdaderamente va como anillo al dedo para quienes formamos parte de un club de lectura. Aquí os lo dejo:

                                 Ellas nos mantienen vivos

Las novelas, ya lo ha dicho Ian McEwan, sobreviven gracias a la pasión femenina por la psicología humana
 
ELVIRA LINDO 27 OCT 2013 ( Tomado de El País)

 "Por razones de corte estrictamente familiar, me he visto esta semana inmersa en la celebración de los Premios Príncipe de Asturias. Además de disfrutar de paseíllos plácidos por las calles que albergaron la pasión de Ana Ozores y de dar cuenta de su extensa y excelsa gastronomía, he asistido a algún que otro acto cultural, para que no se dijera. En uno de esos eventos, el público llenó un auditorio del actualmente polémico arquitecto Calatrava. Llenar un auditorio de Calatrava tiene un mérito enorme porque ya se sabe que los arquitectos estrella tienden a diseñar palacios de congresos en los que cabe más gente que habitantes tiene la propia ciudad en la que se construyen.
Este en cuestión tiene una estructura que a alguien no avisado como yo le provocó un escalofrío. Por suerte, una paisana me sacó de la estupefacción diciéndome que es que para percibir que el edificio tiene forma de cangrejo hay que subirse al Naranco y entonces ya. Ah. Para llenar un auditorio de Calatrava, digo, hace falta mucho personal, pero para llenarlo de lectores se necesita un milagro. El milagro se hizo. Mil lectores, perdón, lectoras, de los clubes de lectura de Asturias consiguieron humanizar lo que sin público es como una nave espacial que de un momento a otro emprenderá el regreso a su planeta. Mil lectoras, porque más de un 80% eran mujeres, acudieron a preguntarle curiosidades y dudas al novelista, después de haber leído sus libros y haber formado parte de intensas puestas en común sobre sus personajes.

¿Dónde estaban los hombres? ¿Dónde los compañeros, maridos o padres de todo ese batallón de aficionadas a la literatura? Las novelas, ya lo ha dicho Ian McEwan, sobreviven gracias a la pasión femenina por la psicología humana. De este puesto del mercado ellas son las principales clientas. No creo que haya que responderles con halagos, más bien con respeto intelectual, que debería comenzar por los propios novelistas que, en ocasiones, se avergüenzan, he dicho bien, se avergüenzan, de cultivar un público casi exclusivamente femenino. Me enternecieron algunas ancianas de más de noventa años, que sin pereza y con aquel espíritu del viejo de Goya del “todavía aprendo” acuden puntuales a sus citas con el club de lectura, y estaban allí esa tarde, en tan calatravesco lugar, para hacer ver que en el tercer acto de la vida la lectura puede provocar emociones que el tiempo dejó atrás.
Por razones de corte estrictamente familiar, mi suegra ha pasado un mes en casa. Me gusta más el término mother-in-law que utilizan los anglosajones, suena más neutro y parece que tiene menos connotaciones referidas al sainete familiar; aunque tal vez mother-in-lawtambién suena a suegra para un angloparlante. El caso es que esta anciana a la que la guerra expulsó de la escuela regresó a los libros después de haberlo hecho casi todo en la vida: trabajar sin descanso (en la casa, en el campo, en las preciosas labores de ganchillo y bordado), parir hijos y no pensar en sí misma.

Para llenar un auditorio de Calatrava hace falta mucha gente. Y para llenarlo de lectores, un milagro.
El cuerpo pasa factura y las mujeres que lo dieron todo padecen hoy dolores que, aun denominados por la medicina como artritis reumatoide o artrosis, habría que completar en su ficha médica con la narración de esas vidas: cuidar la casa, lavar a mano en aguas frías, cocinar, atender a los animales, recoger aceituna, parir hijos, hacer preciosas labores de ganchillo o bordado en los ratos libres. Nunca estar sin hacer nada. Cuidarse poco. Hoy, los huesos, las venas de esas madres han dicho hasta aquí hemos llegado. Pero sus mentes se resisten a la jubilación.

Todas las tardes, después de la “novela” televisiva, ella se ha sentado a la mesa del comedor, con un aire algo escolar, como queriendo regresar a la escuela que le fue arrebatada, y ha tomado un libro apoyando los codos sobre la mesa, en la posición de quien quiere cumplir con sus deberes. Por sus manos han caído: Cinco horas con Mario, de Delibes;Patrimonio, de Philip Roth; Recuerdos de una mujer de la generación del 98, de Carmen Baroja y Nessi, y Juan Belmonte: matador de toros, de Chaves Nogales. Tras las dos o tres horas de entrega a un libro en las que se podía escuchar el tenue sonido seseante que surgía de su boca leyendo en voz baja para ayudarse en la comprensión lectora, iniciábamos nuestro íntimo club literario a la hora de la cena. Cómo conseguía que la vida de los personajes o de los autores tuviera algún grado de identificación con la suya propia es un ejemplo del poder simbólico de la narración: la mujer que queda viuda y monologa sobre el muerto; el hombre que se entrega al cuidado del padre (si Philip Roth escuchara la descripción que hace mi suegra de él no se reconocería); la necesidad de ser escuchada de la hermana de don Pío o el mundo de ayer del torero Belmonte. Todas esas experiencias amoldadas a la lectura de una mujer que goza hoy en la vejez de lo que hubiera deseado disfrutar de joven: tiempo para el esparcimiento, conversación y, sobre todo, personas que dan valor a lo que dice y a lo que hace.
Una vez escuché a un escritor, al que no he de nombrar para no avergonzarlo, que quería tener lectores a su altura. Qué pena ser escritor y no saber nada de la vida; ni estar agradecido a quien de verdad te mantiene"

 

 

sábado, 19 de octubre de 2013


EL AMANTE. Marguerite Duras
 
La novela “El amante” nos ha acercado a una escritora que desborda por la complejidad de su vida y su obra. Contaba en su haber con más de veinte novelas, dieciocho películas, catorce obras teatrales propias  y seis adaptaciones ajenas, numerosos artículos, cuatro libros más de ensayos…
 Aunque el libro no es extenso contiene  muchas de las claves de lo que ha sido la trayectoria vital y profesional su autora. Ya el argumento de su tercera novela   ”Un dique contra el Pacífico” sería una constante en toda su obra posterior: las desventuras de una mujer viuda, pequeña funcionaria  francesa en Indochina, y sus tres hijos. Parece que retrata bastante bien a la madre de la escritora que obtuvo una  concesión agrícola que resultó ser inviable, ya que las aguas del Pacífico la inundaban seis meses al año. Ella luchó por estas tierras construyendo un dique para salvaguardarlas pero fracasó y tuvo que malvivir con sus hijos.
 El amante si sitúa en los mismos parajes donde nació y vivió la propia escritora. Se trata de los amores entre una niña blanca, de quince años, y un joven y rico comerciante chino, en Indochina, dominado por el colonialismo francés de finales de los años veinte. Esta obra está presidida por la búsqueda del deseo. Podemos calificarla de novela iniciática; es la historia de una joven ante el descubrimiento de su propio deseo: sexual, por un lado y el deseo vital de ser escritora por otro.

La joven, de quien ignoramos incluso su nombre, nos introduce en su vida personal a  modo de diario y aunque no es este el formato del libro, en algunos capítulos parece claro el recurso y la intención.
El amante, es una novela bastante autobiográfica, como todo lo que escribió. Es una obra de madurez. Ya tenía setenta años. Su escritura entremezcla ficción y vivencias personales de sexo precoz.

“Muy pronto en mi vida fue demasiado tarde. Entre los dieciocho  y los veinticinco  años mi rostro emprendió un camino imprevisto. A los dieciocho años envejecí”  Esta frase es la que suscita el interés por  saber por qué una joven de su edad pone de manifiesto ese sentimiento  de desencanto y caducidad.

 La protagonista sabe lo que quiere y lo que tiene  que hacer para conseguirlo. No parece haber para ella, en esa relación, una intención mayor al placer de hallar una puerta de escape al asfixiante clima familiar que vive en su casa, regentada por una madre impredecible.

De la lectura de la novela también puede deducirse que culpa a la madre por haberle negado el amor y atención necesarias e incluso de “haber mirado para otro lado” en sus prematuras y negativas experiencias sexuales que  marcarían, de por vida, su relación con los hombre e incluso con el mundo

La relación sexual entre los dos jóvenes es complejísima. Se describe con una frialdad fuera de lo común, no obstante, comprendemos cada instante, cada silencio, cada gesto ya sea de amor o de desprecio.
Pero junto a esta relación figuran otros  componentes familiares de la autora. Es asombrosa y espeluznante la presencia del hermano mayor. Lo sigue a través de los años y cuenta su proceso de mezquindad. Lo expresa con tal precisión que nos conmueve.

Tampoco falta, en la obra, la mirada occidental crítica, inmersa en un mundo diferente, donde la segregación racial separa a unos de otros sin escrúpulos. Se aceptan decisiones increíbles dentro de paradigmas tradicionales de una cultura milenaria. El amante millonario en modo alguno  podrá casarse con una joven blanca.
¿Y qué decir del estilo literario de Duras? Nos tomamos la libertad de dejar hablar de este punto a la escritora Mercedes de Vega que en su artículo MARGUERITE DURAS Y LA BIOGRAFÍA COMO ESCRITURA lo expresa con un conocimiento  que nosotros no tenemos.

“La «nouveau roman», es una expresión que agrupa fundamentalmente a los autores franceses de mediados del siglo XX que exploraban sus propios caminos para alejarse de los prejuicios narrativos en la composición. La libertad, como liberación de las servidumbres de la estructura clásica. Se antepone la “escritura” a la “historia”… Y nadie como Marguerite Duras para demostrarnos, con un estilo depuradamente biográfico, cómo con esta fórmula novedosa se desvela un mundo de ficción inmensamente rico, lleno de matices y de nuevas  ideas interpretativas.
Marguerite Duras evoluciona tras sus primeras novelas hacia la «nouveau roman» y el existencialismo. Simpatizó con Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir. Escribe maravillosos fragmentos de introspección y de autoexploración que parten de la idea de la fragmentación como unidad. Sus novelas nos descubren su mundo interior por el que transita con una facilidad asombrosa, como si tuviera una lente que observa su yo, sacando de él todo el material narrativo necesario para dar forma a su ficción, que en ella, es también su realidad. Realidad y ficción se confunden continuamente en la vida de la autora excepcional que era, y que a veces nos es difícil sustraer lo narrado de lo vivido...

Marguerite Duras escribió intensamente sobre el porqué de la escritura. Escribir, es un pequeño ensayo a modo de biografía introspectiva, una terapia reflexiva de su mundo interior y herramienta de libertad... Es una pequeña joya sobre la experiencia de escribir, una meditación sobre el proceso creativo en sí mismo, sobre la aventura fantástica de la escritura: reflexiones profundas del por qué ella escribe; qué se esconde tras de esa necesidad, esa locura. Escribir, es un texto formado por sus experiencias vitales: el amor, la soledad, la muerte, el dolor, el alcohol, los hijos; y por reflexiones generales: la escritura, la guerra, el arte, la pintura, el cine, la política…; un cóctel brillante de las influencias que la han guiado en su literatura y en el proceso psicológico que comienza mucho antes de sentarse ante una página en blanco

ISABEL

 

viernes, 11 de octubre de 2013


UNA HABITACIÓN CON VISTAS. E.M Forster

 Publicada en 1908, UNA HABITACION CON VISTAS es una novela que ya había leído y la recomendé para el club. En la puesta en común no hubo unanimidad, entre los miembros de la reunión, en cuanto a los calificativos que yo la atribuyo: deliciosa y entrañable.
El viaje a Florencia de dos inglesas explora las convenciones sociales y se convierte en una metáfora de la conquista de la libertad

La historia comienza cuando la joven Lucy Honeychurch, ejemplarmente británica, y su carabina, Charlotte Bartlett, son alojadas en la pensión Bertolini de Florencia en unos cuartos interiores. Los extravagantes Emerson, padre e hijo, ofrecerán a Lucy y Charlotte sus habitaciones con vistas al río Arno. A partir de esta metáfora de “lo cerrado y lo abierto” genera Edward Morgan Forster una serie de temas en torno al conflicto interior y cambio posterior de Lucy Honeychurch: convenciones sociales y pasión, cultura y naturaleza, autocontrol y espontaneidad.

Perséfone es otro de los símbolos que el autor pone como lucha entre las cadenas  y la libertad. Hay muchas expresiones de Lucy similares a estas:
“No luchéis contra la primavera”
”Las rejas de la libertad le parecían todavía por abrir”
“El mundo está en verdad lleno de cosas bellas, si por lo menos pudiera lanzarme a ellas”
Es también una novela coral. Forster en estas páginas, llenas de ironía y sutil humor, despliega una variada y atractiva galería de personajes y de sugerentes contrastes que hacen de ella una obra inolvidable.
“Una habitación con vistas es también una novela  impresionante por su estética, su modo de dibujar las formas, su estilismo con los perfiles de los personajes, su humor, su capacidad de evocación… pero por encima de todo por su altísima dosis de autocrítica que deja bien a las claras la mentira de las “buenas maneras” y utiliza para ello el enfrentamiento entre dos sociedades opuestas en la época, la Italiana, toda pasión, y la Británica, atrapada en los convencionalismos sociales.
El arte es un elemento clave en el libro. Y no solo la pintura, también la música a la que se atribuye el papel de refugio y expresión de sentimientos.
Y por supuesto está presente el amor:
“Cuan raramente el amor encuentra la respuesta del amor”
“Como si él la hubiera hecho ver la totalidad de cada cosa por primera vez”

                                       BIOGRAFÍA DEL AUTOR

Edward Morgan Forster es un novelista y ensayista inglés
Nació el 1 de enero de 1879 en Londres (Gran Bretaña). Hijo de un arquitecto que murió 18 meses después de su nacimiento. Junto a su madre se trasladó a la localidad rural de Hertfordshire en 1883 en donde vivió gran parte de su infancia.
Cursó estudios en el King's College de la Universidad de Cambridge, donde le eligieron para formar parte de un grupo de debate, 'Los apóstoles', en el que conoció a miembros del que sería el Grupo de Bloomsbury. Pasó algún tiempo en Italia, pero regresó a Inglaterra para dedicarse por entero a escribir.
Su primera novela, Donde los ángeles no se aventuran (1905), se publicó cuando tenía 26 años, después aparece El viaje más largo (1907) y Una habitación con vistas (1908). Su gran obra es La mansión (1910). Publicó dos libros de relatos en vida, El autobús celestial (1914) y El momento eterno (1924). La novela Maurice (1971, escrita entre 1913 y 1914) y La vida futura (1924, libro de cuentos escritos a lo largo de su vida) tratan ambos de la homosexualidad, y no se publicaron hasta después de su muerte.
Estuvo al mando, tras la I Guerra Mundial, del Daily Herald, un periódico del partido laborista, y escribió el libreto para la ópera Billy Bud (1951), del compositor inglés Benjamin Britten, así como un importante libro de crítica literaria, Aspectos de la novela, basado en las clases que dio en la universidad de Cambridge en 1927.
E. M. Forster falleció en el 7 de junio de 1970, en Coventry, Inglaterra.
 
ISABEL

viernes, 4 de octubre de 2013






















Hemos querido que nuestra primera entrada en este curso 2013/14  sea el recuerdo de nuestra queridísima CONCHA CANO. Las líneas que siguen, de Pepa, dicen lo que el grupo quisiera expresar, con ese verbo fácil y profundo que la caracteriza.


Querida Concha:


La noticia de tu muerte me llegó en la frontera de la media noche. Inesperada, no; sólo a destiempo…y las horas quebradas del sueño me condujeron por los caminos de la rebeldía, el desasosiego, la incertidumbre y el llanto interior, sin lágrimas, el que encoge y contractura los músculos, obnubila el pensamiento y ciega las emociones…


Me gusta caminar en las horas tempranas, cuando los rayos del sol sacan brillo a los tejados, todavía queda silencio dormido en las calles y el aire es tan fresco que desentumece la piel y los sentidos…He caminado largo y silencioso. He absorbido el frío. He buscado la luz incipiente, dorada y rojiza. El cansancio ha vencido a mis rígidos músculos y entonces he podido llorar… Una y mil lágrimas que me han devuelto a ser consciente… Sólo entonces he podido recuperar tu recuerdo. Tu caminar despacioso. Tus manos tendidas. Tu mirada azul. Tu sonrisa sincera y bondadosa. Tu voz templada y de cálidos matices. Tus palabras precisas. Tus pensamientos breves, concretos, discretos y certeros. Tu admiración por las cosas sencillas. Tu entusiasmo y tu constancia ante cualquier nuevo reto. Tu devoción por la lectura. Tu compromiso con el Club. Tu convencida y convincente forma de participación. Tu respeto al grupo y a cada uno de sus individuos… Y un poco más allá, al otro lado de la línea que separa lo social de lo personal, tus anhelos y desvelos familiares, el cariño hacia tus hijos y tus nietos, el orgullo por sus triunfos…y el callado dolor por las ausencias, por los vaivenes negativos, y tu entereza y tu fortaleza para afrontarlos y superarlos…
Durante tu funeral, ese último gesto de despedida social, descubrí otras devociones y compromisos tuyos en los que deduje, te habías entregado con igual fortaleza y bondad…porque ésa eras tú, una mujer fuerte y buena…y me conmovió hasta el llanto la hermosísima despedida de tus hijos y tus nietos: TE QUEREMOS.

Compartiré tu ausencia con los compañeros del Club de Lectura, y aunque mi voz no te llegue quiero dejar constancia expresa de que le doy Gracias a la Vida por haber tenido el privilegio de haberte conocido.
PEPA SIRVENT

                                Albacete, septiembre de 2013 (6 – 9 – 13)