sábado, 14 de diciembre de 2013


LA SOLEDAD DE LOS NÚMEROS PRIMOS.

PAOLO GIORDANO- 2008-

El título del libro resulta enigmático y provoca curiosidad. El propio autor nos revela el significado:
“En una clase de primer curso Mattia había estudiado que entre los números primos hay algunos aún más especiales. Los matemáticos los llaman números primos gemelos: son parejas de números primos que están juntos, o mejor dicho, casi juntos, pues entre ellos media siempre un número par que los impide tocarse de verdad. Números como el 11 y el 13, el 17 y el 19, o el 41 y el 43. Mattia pensaba que Alice y él eran así, dos primos gemelos, solos y perdidos, juntos pero no lo bastante para tocarse de verdad.”

Lo anterior resulta ser una metáfora que une los números con la literatura y que muestra el amor imposible entre Alice y Mattia; dos seres extraños, solitarios, hechos el uno para el otro pero a los que su propia incompetencia social y afectiva les impide juntar sus vidas. Están el uno junto al otro, ayudándose, guiándose pero sin poder fundirse en un mismo ser.

El libro cuenta la historia de dos seres únicos, marcados desde su infancia por una tragedia. Alice por un accidente de esquí que la dejará coja de por vida. Mattia por abandonar a su hermana gemela. Ella es anoréxica en un altísimo grado y él ¿autista?, se autolesiona. Mattia es un genio matemático; Alice sin vocación definida, trabaja como fotógrafa.

Ambos se reconocen, ya adolescentes, en el pasillo del Instituto al que asistían; hubo una atracción especial, tal vez la de la soledad, tal vez el dolor. Quizás vieran su imagen reflejada en el espejo del otro. Así fue como iniciaron una amistad en la que sobran las palabras hasta que un día Alice conoce a Favio y Mattia sale de Italia. Pasarán años hasta que un acontecimiento- que termina sin  expresarse -los reúna. Ahí se desencadenan emociones? y sentimientos? dormidos .
Son seres muy diferentes a todos los que les rodean y eso hace que sean rechazados y que ellos mismos rechacen el mundo que les circunda:” Pasaron los años del instituto como de puntillas, rechazando él el mundo, sintiéndose ella rechazada por el mundo, lo que a fin de cuentas terminó pareciéndoles lo mismo”

La relación que mantienen desde su encuentro en el instituto, avanza a lo largo de su vida adulta, con algún paso adelante y muchos atrás; a punto de unir sus caminos pero sin terminar de conseguirlo
 
Mattia - que para mí es el personaje mejor definido, en su tremenda problemática- fuera de los números y su racionalidad, no es capaz de relacionarse con el resto del mundo como persona: Parece carente de afectividad, de sentimientos…no muestra tener las necesidades físicas y afectivas de cualquier ser humano. Está en su torre, ¿o pozo? del mundo de los números donde se siente seguro. Pero esto tampoco le hace tener fe en sí mismo: “Al contrario de lo que les sucede a las personas normales, que ganan confianza según envejecen, el confiaba en sí mismo cada vez menos”

La historia de estos dos personajes  evoca una profunda soledad y un enorme vacío que curiosamente al tratar de ser llenado se rebela y vuelve a su hermetismo y a su mundo egocéntrico. En el devenir de las vidas de ambos encuentra explicación la expresión del título.”La soledad de los números primos”
Es un libro que mantiene al lector muy interesado aunque realmente te encoge el corazón y te sobrecoge el alma. Nos muestra en varias ocasiones comportamientos crueles; es una historia muy triste y tanto más cuanto que tiene  visos de verosimilitud con realidades conocidas. No me gusta el determinismo que se desprende del tratamiento que el autor hace de los problemas de sus personajes. No existe ayuda en ningún caso, ni la familia, ni los amigos, ni la psiquiatría…Es muy derrotista.  

Por otro lado, resulta bastante extraordinario que el autor, un joven de 26 años tenga esos conocimientos, parecen de primera mano, de las complicaciones psicológicas que muestran sus personajes, sobre todo Mattia.
“El autor de la novela, Paolo Giordano (Turín, Italia, 1982), ganó el Premio Strega en su edición de 2008 con este libro, su primera novela. En el año 2001 se recibió con una calificación excepcional: 100/100, en el Liceo Científico Estatal Gino Segré, de Turín. Finalizó su Licenciatura en Física de las Interacciones Fundamentales, graduándose cum laude en la Universidad de Turín, con una tesis considerada entre las mejores.

Con la novela La soledad de los números primos ganó en 2008 el Premio Campiello a la mejor Opera Prima, el Premio Fiesole Narrativa Under 40 y el ya mencionado Premio Strega. A sus 26 años (en 2008) fue el escritor más joven en ganar este último reconocimiento literario. Según Tuttolibri, el suplemento cultural del diario La Stampa, fue el libro más vendido en italia en 2008, con más de un millón de ejemplares
ISABEL

viernes, 13 de diciembre de 2013


FELICITACIÓN NAVIDEÑA: ES OTOÑO

 Pepa Sirvent ya nos tiene acostumbrados a sus creaciones literarias. En esta ocasión acogemos  con doble placer su poema. Primero porque nos lo dedica como felicitación navideña y además porque nos hace participes de algo tan entrañable como es este marco incomparable de naturaleza  que la vio nacer. Gracias.
 
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 Por Navidad, me gusta escribir algo dedicado a las personas que quiero...
Hace unos días, con el Grupo de Senderismo, fuimos a Bienservida, el pueblo donde viví mi infancia...Hizo un día esplédido, y el campo estaba impresionante...Y me sugirió esta pequeña confesión que comparto contigo...
Mi mejor deseo es que podamos seguir mirando la vida con esperanza...
Un besico...Pepa.




ES OTOÑO
Hoy, es otoño.
Hace calor de primavera y cielos limpios.
Montes lejanos y azules y un valle dorado y verde.
Pinos y arces. Encinas y olivos.
Helechos dorados y rojos espinos.
El río, Turruchel de nombre, va cayendo,
silente casi, y a tramos verde de reflejos,
hasta llegar al pueblo…Bienservida.
“La Cabezuela”, brillante y verde de pinos recientes,
al frente…Recuerdos.
Regreso a mi infancia.
Al olor de olivos en flor y de aceite nuevo.
De mieses doradas y jabón recién hecho.
De pan caliente y de leña quemada.
De matanza fresca y de tomates prietos…
De humo. De tiza. Y de libros viejos…

Regreso a mi infancia.
Sus calles de piedra. Sus blancas fachadas.
Parras para las sombras y moradas malvas.
Las rejas para el cortejo, las puertas para la charla.
Las calles, las plazas, los rincones,
para el juego de los niños.
La casa de mis padres,
y la ventana desde la que veía,
muy detrás de la Iglesia,
“La Cabezuela” pelada, calva.
Ahí está mi infancia.
 

 Mi pueblo…Bienservida.
Allí, aprendí lo que soy,
y el lento caminar del tiempo le dio forma…
Hoy, en el otoño de mi vida, no hay nostalgias…
Me quedan los recuerdos…Hermosos recuerdos…
Y cómo hoy, cada mañana,
un manojo de ilusiones nuevas,
un haz de renovadas y firmes esperanzas.
 
 
 
Albacete 13 de noviembre de 2013
 
             
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
        ¡FELIZ NAVIDAD 2013!

 

jueves, 5 de diciembre de 2013


                    GABRIELA, CLAVO Y CANELA
                               - JORGE AMADO –

( En esta ocasión es  nuestra compañera Mª Joaquina quien nos ofrece su punto de vista sobre  esta novela)

La novela me atrapó desde el principio en la red luminosa de su lenguaje y fui conociendo el entramado de la vida  en la ciudad de Ilheus.
Es una crónica del origen de esta ciudad, eje principal de la novela, en unas tierras salvajes donde llegaron gentes ávidas de dinero y posesiones y , en medio de luchas sin cuartel, fueron asentándose y fundando sus haciendas. Estas gentes eran primitivas y rudas pero llenas de vida y pasión y esto fue creando la sociedad que convivía en la ciudad de Ilheus en la época que narra la novela. Fue un tiempo  de revolución  económica y social y donde el progreso produjo cambios, no solo en la ciudad sino también en la mentalidad de sus habitantes.

La obra revela una sociedad tremendamente machista y estratificada. Primero están los coroneles, dueños de grandes haciendas; luego muchos personajes masculinos también influyentes en la ciudad. La vida de las mujeres giran en torno al varón y no tienen sentido fuera de él.

 Gabriela aparece como un soplo de aire fresco, un espíritu sin contaminar, amante de las cosas sencillas de la vida y sobre todo libre.Cuando ella está todo se ilumina. Ella parece flotar y estar ajena a las pasiones que se despiertan a su alrededor. Después del paréntesis de su matrimonio con Nacid, vuelve a recuperar su alegría y su vida tal como ella la concibe.

Nacib - el joven sirio, dueño del bar Vesubio- me parece un personaje encantador. Es amante de la buena comida y bebida, de la siesta, de la vida tranquila, bonachón y amigo de todo el mundo. La forma en que resuelve su situación con Gabriela marca un antes y un después en ese tipo de conflictos en Ilheus.

Es una novela apasionante que no deja indiferente al lector y nos sumerge en el mundo del cultivo del cacao de tal manera que parece que percibimos su olor. Novela también de multitud de personajes interesantes, con una prosa rica y fluida y cuya lectura me ha entusiasmado.

Mª Joaquina

domingo, 24 de noviembre de 2013


NADA – Premio Nadal 1945

Carmen Laforet - Madrid 1929 – 2004
 Escrita en los primeros años de la postguerra civil, se desarrolla en un universo de tristeza, de amargura, de humillación casi constante, y sólo al final, la protagonista inicia un camino hacia la esperanza…
Aunque Andrea es a la vez narradora y protagonista primera de la novela, el protagonismo de la historia lo tiene el deslucido y tenebroso ambiente en el que se desarrolla…Escrita, casi a modo de diario íntimo y con una Literatura sublime y cuidada, tan realista en las descripciones de los ambientes como en la personalidad de los personajes, que un lector joven que no ha vivido experiencias semejantes a aquellas puede imaginarlas, sentirlas, comprenderlas…
La estructura se sostiene sobre dos grandes pilares:
-      Las diferencias entre las clases sociales surgidas después de la guerra.
-      La destrucción de los personajes que se vieron implicados en ella.
El “marco” en el que se desarrolla la historia es la ciudad de Barcelona -  protagonista de fondo - con sus dos realidades, la riqueza y el desarrollo, y, la pobreza y la miseria…En el primer plano de ese fondo, una casa que fue y dejó de ser un hogar para presentársenos como un lugar tortuoso y frío, sin sustento, en donde conviven las más destructivas conductas, los recelos, el odio, la venganza, al lado de acciones instintivas de generosa sensibilidad…
Los “personajes, están tan implicados entre sí, que podría decirse que todos ellos mantienen un protagonismo imprescindible para poder comprender el todo…Andrea sufre el horror de un pasado que no es suyo, pobreza y sueños rotos, para ir descubriendo un presente que tampoco le pertenece…Ena que lo tiene todo, está inmersa en el misterio del pasado de su madre que es el motivo que la conduce hasta Andrea y entre ellas nacerá la amistad capaz de “salvarlas”… Angustias, representa el pasado represivo…Juan y Román, sus tíos, la destrucción humana…Antonia, la criada la miseria de los serviles…Gloria y su hijo, son las víctimas del desquiciado odio entre los hermanos…También están algunos pobres niños ricos y sus corruptoras conductas…Y los dos personajes que representan la dulzura, el cariño y la comprensión humanas: la Abuela de Andrea y el padre de Ena…
El drama que compone la novela tiene dos finales:
-      La Autodestrucción encarnada en Román y sus hermanos, y
-      La Esperanza metida en el cuerpo de Andrea y protegida por la amistad de Ena y su familia.
 
Si la novela en sí misma tiene un valor literario y contextual digno de reconocimiento, no lo es menos el hecho de haberse escrito en unos momentos muy complicados de la Historia de nuestra sociedad, y más aún, por una autora demasiado joven…Muy recomendable…
PEPA SIRVENT

miércoles, 6 de noviembre de 2013


CLUB DE LECTURA DEL FINAL DE TU VIDA.

Will Schwalbe
Adquirí este libro por el título; incluía “Club de lectura” y “Final de vida”. Me pareció que libros y reflexiones sobre la vida pueden hacer un buen tándem. Pensé que venía “como anillo al dedo” para un club de lectura. Por un lado va desgranando títulos de libros de muy distintos autores y temática y todo ello en el contexto de una situación límite para un ser humano.
Sustrayéndome a la buena literatura, merece ser leído por los valores que forman la urdimbre de la obra:

La solidaridad con los necesitados.
Los vínculos familiares.
La alegría de vivir.

El sobreponerse a los propios problemas para darse a los demás.
La cercanía al que sufre… y todo dentro de una red amplísima de libros. Muchos de ellos me gustaría leer.

 El escritor, narrador y coprotagonista de este libro, cuenta un suceso real: a su madre le acaban de diagnosticar un cáncer pancreático, y por tanto terminal, aunque tiene suerte y su vida se alarga en aceptables condiciones casi dos años. Aunque, Mary Ann, la madre tiene una vida activa y está rodeada siempre de gente que la quiere, marido, hijos, nietos y un motón de amigos, Will, uno de sus hijos, planea un método para estar cerca de ella durante el tiempo que sobreviva, formar un club de lectura entre ellos dos. Seleccionan libros, en general recientes, los leen a un tiempo y quedan para comentarlos, generalmente en la sala de espera del hospital antes de una sesión de quimio. No tienen un método de selección, sino que las lecturas van cayendo casi al azar, aunque si se hace balance, la mayoría tienen que ver con las cosas importantes de la vida: el trato entre las personas, las encrucijadas, la solidaridad y, por supuesto, la muerte.
 A medida que van leyendo, Will va describiendo el deterioro de su madre, las fases de la enfermedad, los tratamientos diversos, su optimismo innato, a pesar de todo, pero también la conciencia del fin. La madre es religiosa y lee algún libro de ayuda –Fuerza diaria para necesidades diarias-, máximas que remiten a algún pasaje del evangelio o a frases de escritores famosos. El hijo no lo es. Esa discrepancia no hace que se presenten momentos insalvables o discrepancias graves en la manera de aceptar o juzgar un libro determinado.

A mí me parece que es un libro que hay que leer en determinados momentos. Todos hemos tenido o tendremos  circunstancias como la que presenta el libro, la de estar a punto de perder a una persona querida.

  Will y su madre transmiten la idea de que los libros son compañeros necesarios en cualquier momento de la vida, también en el camino hacia la muerte. Qué poco hablamos de la muerte. Utilizamos muchas cautelas o eufemismos, como si fuese un asunto que podamos soslayar u ocultar o prescindir de su realidad.
 Pero la lectura tiene otro aspecto que no siempre aprovechamos, crea una hermandad de lectores. Este libro enseña cómo podemos comunicarnos con los demás mediante los libros, cómo podemos crear amistades o prolongar el afecto.

¿Y el autor? Así le reflejaba el periódico después de una entrevista:

(EL PAÍS, 13/3/13 “Al volver la última página”)


Schwalbe es un hombre afable, sonriente y extremadamente amable que en 2007 estaba al frente de la poderosa Hyperion books y dedicaba la mayor parte de su tiempo a la lectura. Su madre, Mary Anne, era un relámpago, colaborando en toda clase de actividades benéficas incluyendo la construcción de una biblioteca en Afganistán, visitas periódicas a Birmania o escapadas a Bosnia, proyectos que la llevaban lejos de Estados Unidos varias veces al año. Todo cambió cuando a Mary Anne le detectaron un cáncer de páncreas de diagnóstico incierto (este tipo de cáncer es uno de los más severos) y de repente la familia se vio obligada a tomar algunas decisiones. Schwalbe decidió que necesitaba pasar mucho más tiempo con ella. “Siempre habíamos hablado mucho y nuestra relación era muy cercana pero, obviamente, la enfermedad nos unió aún más”.
En definitiva, para mí, este libro es una lección de vida.
ISABEL

 

lunes, 28 de octubre de 2013

Gloria nos sugiere leer este artículo y verdaderamente va como anillo al dedo para quienes formamos parte de un club de lectura. Aquí os lo dejo:

                                 Ellas nos mantienen vivos

Las novelas, ya lo ha dicho Ian McEwan, sobreviven gracias a la pasión femenina por la psicología humana
 
ELVIRA LINDO 27 OCT 2013 ( Tomado de El País)

 "Por razones de corte estrictamente familiar, me he visto esta semana inmersa en la celebración de los Premios Príncipe de Asturias. Además de disfrutar de paseíllos plácidos por las calles que albergaron la pasión de Ana Ozores y de dar cuenta de su extensa y excelsa gastronomía, he asistido a algún que otro acto cultural, para que no se dijera. En uno de esos eventos, el público llenó un auditorio del actualmente polémico arquitecto Calatrava. Llenar un auditorio de Calatrava tiene un mérito enorme porque ya se sabe que los arquitectos estrella tienden a diseñar palacios de congresos en los que cabe más gente que habitantes tiene la propia ciudad en la que se construyen.
Este en cuestión tiene una estructura que a alguien no avisado como yo le provocó un escalofrío. Por suerte, una paisana me sacó de la estupefacción diciéndome que es que para percibir que el edificio tiene forma de cangrejo hay que subirse al Naranco y entonces ya. Ah. Para llenar un auditorio de Calatrava, digo, hace falta mucho personal, pero para llenarlo de lectores se necesita un milagro. El milagro se hizo. Mil lectores, perdón, lectoras, de los clubes de lectura de Asturias consiguieron humanizar lo que sin público es como una nave espacial que de un momento a otro emprenderá el regreso a su planeta. Mil lectoras, porque más de un 80% eran mujeres, acudieron a preguntarle curiosidades y dudas al novelista, después de haber leído sus libros y haber formado parte de intensas puestas en común sobre sus personajes.

¿Dónde estaban los hombres? ¿Dónde los compañeros, maridos o padres de todo ese batallón de aficionadas a la literatura? Las novelas, ya lo ha dicho Ian McEwan, sobreviven gracias a la pasión femenina por la psicología humana. De este puesto del mercado ellas son las principales clientas. No creo que haya que responderles con halagos, más bien con respeto intelectual, que debería comenzar por los propios novelistas que, en ocasiones, se avergüenzan, he dicho bien, se avergüenzan, de cultivar un público casi exclusivamente femenino. Me enternecieron algunas ancianas de más de noventa años, que sin pereza y con aquel espíritu del viejo de Goya del “todavía aprendo” acuden puntuales a sus citas con el club de lectura, y estaban allí esa tarde, en tan calatravesco lugar, para hacer ver que en el tercer acto de la vida la lectura puede provocar emociones que el tiempo dejó atrás.
Por razones de corte estrictamente familiar, mi suegra ha pasado un mes en casa. Me gusta más el término mother-in-law que utilizan los anglosajones, suena más neutro y parece que tiene menos connotaciones referidas al sainete familiar; aunque tal vez mother-in-lawtambién suena a suegra para un angloparlante. El caso es que esta anciana a la que la guerra expulsó de la escuela regresó a los libros después de haberlo hecho casi todo en la vida: trabajar sin descanso (en la casa, en el campo, en las preciosas labores de ganchillo y bordado), parir hijos y no pensar en sí misma.

Para llenar un auditorio de Calatrava hace falta mucha gente. Y para llenarlo de lectores, un milagro.
El cuerpo pasa factura y las mujeres que lo dieron todo padecen hoy dolores que, aun denominados por la medicina como artritis reumatoide o artrosis, habría que completar en su ficha médica con la narración de esas vidas: cuidar la casa, lavar a mano en aguas frías, cocinar, atender a los animales, recoger aceituna, parir hijos, hacer preciosas labores de ganchillo o bordado en los ratos libres. Nunca estar sin hacer nada. Cuidarse poco. Hoy, los huesos, las venas de esas madres han dicho hasta aquí hemos llegado. Pero sus mentes se resisten a la jubilación.

Todas las tardes, después de la “novela” televisiva, ella se ha sentado a la mesa del comedor, con un aire algo escolar, como queriendo regresar a la escuela que le fue arrebatada, y ha tomado un libro apoyando los codos sobre la mesa, en la posición de quien quiere cumplir con sus deberes. Por sus manos han caído: Cinco horas con Mario, de Delibes;Patrimonio, de Philip Roth; Recuerdos de una mujer de la generación del 98, de Carmen Baroja y Nessi, y Juan Belmonte: matador de toros, de Chaves Nogales. Tras las dos o tres horas de entrega a un libro en las que se podía escuchar el tenue sonido seseante que surgía de su boca leyendo en voz baja para ayudarse en la comprensión lectora, iniciábamos nuestro íntimo club literario a la hora de la cena. Cómo conseguía que la vida de los personajes o de los autores tuviera algún grado de identificación con la suya propia es un ejemplo del poder simbólico de la narración: la mujer que queda viuda y monologa sobre el muerto; el hombre que se entrega al cuidado del padre (si Philip Roth escuchara la descripción que hace mi suegra de él no se reconocería); la necesidad de ser escuchada de la hermana de don Pío o el mundo de ayer del torero Belmonte. Todas esas experiencias amoldadas a la lectura de una mujer que goza hoy en la vejez de lo que hubiera deseado disfrutar de joven: tiempo para el esparcimiento, conversación y, sobre todo, personas que dan valor a lo que dice y a lo que hace.
Una vez escuché a un escritor, al que no he de nombrar para no avergonzarlo, que quería tener lectores a su altura. Qué pena ser escritor y no saber nada de la vida; ni estar agradecido a quien de verdad te mantiene"

 

 

sábado, 19 de octubre de 2013


EL AMANTE. Marguerite Duras
 
La novela “El amante” nos ha acercado a una escritora que desborda por la complejidad de su vida y su obra. Contaba en su haber con más de veinte novelas, dieciocho películas, catorce obras teatrales propias  y seis adaptaciones ajenas, numerosos artículos, cuatro libros más de ensayos…
 Aunque el libro no es extenso contiene  muchas de las claves de lo que ha sido la trayectoria vital y profesional su autora. Ya el argumento de su tercera novela   ”Un dique contra el Pacífico” sería una constante en toda su obra posterior: las desventuras de una mujer viuda, pequeña funcionaria  francesa en Indochina, y sus tres hijos. Parece que retrata bastante bien a la madre de la escritora que obtuvo una  concesión agrícola que resultó ser inviable, ya que las aguas del Pacífico la inundaban seis meses al año. Ella luchó por estas tierras construyendo un dique para salvaguardarlas pero fracasó y tuvo que malvivir con sus hijos.
 El amante si sitúa en los mismos parajes donde nació y vivió la propia escritora. Se trata de los amores entre una niña blanca, de quince años, y un joven y rico comerciante chino, en Indochina, dominado por el colonialismo francés de finales de los años veinte. Esta obra está presidida por la búsqueda del deseo. Podemos calificarla de novela iniciática; es la historia de una joven ante el descubrimiento de su propio deseo: sexual, por un lado y el deseo vital de ser escritora por otro.

La joven, de quien ignoramos incluso su nombre, nos introduce en su vida personal a  modo de diario y aunque no es este el formato del libro, en algunos capítulos parece claro el recurso y la intención.
El amante, es una novela bastante autobiográfica, como todo lo que escribió. Es una obra de madurez. Ya tenía setenta años. Su escritura entremezcla ficción y vivencias personales de sexo precoz.

“Muy pronto en mi vida fue demasiado tarde. Entre los dieciocho  y los veinticinco  años mi rostro emprendió un camino imprevisto. A los dieciocho años envejecí”  Esta frase es la que suscita el interés por  saber por qué una joven de su edad pone de manifiesto ese sentimiento  de desencanto y caducidad.

 La protagonista sabe lo que quiere y lo que tiene  que hacer para conseguirlo. No parece haber para ella, en esa relación, una intención mayor al placer de hallar una puerta de escape al asfixiante clima familiar que vive en su casa, regentada por una madre impredecible.

De la lectura de la novela también puede deducirse que culpa a la madre por haberle negado el amor y atención necesarias e incluso de “haber mirado para otro lado” en sus prematuras y negativas experiencias sexuales que  marcarían, de por vida, su relación con los hombre e incluso con el mundo

La relación sexual entre los dos jóvenes es complejísima. Se describe con una frialdad fuera de lo común, no obstante, comprendemos cada instante, cada silencio, cada gesto ya sea de amor o de desprecio.
Pero junto a esta relación figuran otros  componentes familiares de la autora. Es asombrosa y espeluznante la presencia del hermano mayor. Lo sigue a través de los años y cuenta su proceso de mezquindad. Lo expresa con tal precisión que nos conmueve.

Tampoco falta, en la obra, la mirada occidental crítica, inmersa en un mundo diferente, donde la segregación racial separa a unos de otros sin escrúpulos. Se aceptan decisiones increíbles dentro de paradigmas tradicionales de una cultura milenaria. El amante millonario en modo alguno  podrá casarse con una joven blanca.
¿Y qué decir del estilo literario de Duras? Nos tomamos la libertad de dejar hablar de este punto a la escritora Mercedes de Vega que en su artículo MARGUERITE DURAS Y LA BIOGRAFÍA COMO ESCRITURA lo expresa con un conocimiento  que nosotros no tenemos.

“La «nouveau roman», es una expresión que agrupa fundamentalmente a los autores franceses de mediados del siglo XX que exploraban sus propios caminos para alejarse de los prejuicios narrativos en la composición. La libertad, como liberación de las servidumbres de la estructura clásica. Se antepone la “escritura” a la “historia”… Y nadie como Marguerite Duras para demostrarnos, con un estilo depuradamente biográfico, cómo con esta fórmula novedosa se desvela un mundo de ficción inmensamente rico, lleno de matices y de nuevas  ideas interpretativas.
Marguerite Duras evoluciona tras sus primeras novelas hacia la «nouveau roman» y el existencialismo. Simpatizó con Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir. Escribe maravillosos fragmentos de introspección y de autoexploración que parten de la idea de la fragmentación como unidad. Sus novelas nos descubren su mundo interior por el que transita con una facilidad asombrosa, como si tuviera una lente que observa su yo, sacando de él todo el material narrativo necesario para dar forma a su ficción, que en ella, es también su realidad. Realidad y ficción se confunden continuamente en la vida de la autora excepcional que era, y que a veces nos es difícil sustraer lo narrado de lo vivido...

Marguerite Duras escribió intensamente sobre el porqué de la escritura. Escribir, es un pequeño ensayo a modo de biografía introspectiva, una terapia reflexiva de su mundo interior y herramienta de libertad... Es una pequeña joya sobre la experiencia de escribir, una meditación sobre el proceso creativo en sí mismo, sobre la aventura fantástica de la escritura: reflexiones profundas del por qué ella escribe; qué se esconde tras de esa necesidad, esa locura. Escribir, es un texto formado por sus experiencias vitales: el amor, la soledad, la muerte, el dolor, el alcohol, los hijos; y por reflexiones generales: la escritura, la guerra, el arte, la pintura, el cine, la política…; un cóctel brillante de las influencias que la han guiado en su literatura y en el proceso psicológico que comienza mucho antes de sentarse ante una página en blanco

ISABEL

 

viernes, 11 de octubre de 2013


UNA HABITACIÓN CON VISTAS. E.M Forster

 Publicada en 1908, UNA HABITACION CON VISTAS es una novela que ya había leído y la recomendé para el club. En la puesta en común no hubo unanimidad, entre los miembros de la reunión, en cuanto a los calificativos que yo la atribuyo: deliciosa y entrañable.
El viaje a Florencia de dos inglesas explora las convenciones sociales y se convierte en una metáfora de la conquista de la libertad

La historia comienza cuando la joven Lucy Honeychurch, ejemplarmente británica, y su carabina, Charlotte Bartlett, son alojadas en la pensión Bertolini de Florencia en unos cuartos interiores. Los extravagantes Emerson, padre e hijo, ofrecerán a Lucy y Charlotte sus habitaciones con vistas al río Arno. A partir de esta metáfora de “lo cerrado y lo abierto” genera Edward Morgan Forster una serie de temas en torno al conflicto interior y cambio posterior de Lucy Honeychurch: convenciones sociales y pasión, cultura y naturaleza, autocontrol y espontaneidad.

Perséfone es otro de los símbolos que el autor pone como lucha entre las cadenas  y la libertad. Hay muchas expresiones de Lucy similares a estas:
“No luchéis contra la primavera”
”Las rejas de la libertad le parecían todavía por abrir”
“El mundo está en verdad lleno de cosas bellas, si por lo menos pudiera lanzarme a ellas”
Es también una novela coral. Forster en estas páginas, llenas de ironía y sutil humor, despliega una variada y atractiva galería de personajes y de sugerentes contrastes que hacen de ella una obra inolvidable.
“Una habitación con vistas es también una novela  impresionante por su estética, su modo de dibujar las formas, su estilismo con los perfiles de los personajes, su humor, su capacidad de evocación… pero por encima de todo por su altísima dosis de autocrítica que deja bien a las claras la mentira de las “buenas maneras” y utiliza para ello el enfrentamiento entre dos sociedades opuestas en la época, la Italiana, toda pasión, y la Británica, atrapada en los convencionalismos sociales.
El arte es un elemento clave en el libro. Y no solo la pintura, también la música a la que se atribuye el papel de refugio y expresión de sentimientos.
Y por supuesto está presente el amor:
“Cuan raramente el amor encuentra la respuesta del amor”
“Como si él la hubiera hecho ver la totalidad de cada cosa por primera vez”

                                       BIOGRAFÍA DEL AUTOR

Edward Morgan Forster es un novelista y ensayista inglés
Nació el 1 de enero de 1879 en Londres (Gran Bretaña). Hijo de un arquitecto que murió 18 meses después de su nacimiento. Junto a su madre se trasladó a la localidad rural de Hertfordshire en 1883 en donde vivió gran parte de su infancia.
Cursó estudios en el King's College de la Universidad de Cambridge, donde le eligieron para formar parte de un grupo de debate, 'Los apóstoles', en el que conoció a miembros del que sería el Grupo de Bloomsbury. Pasó algún tiempo en Italia, pero regresó a Inglaterra para dedicarse por entero a escribir.
Su primera novela, Donde los ángeles no se aventuran (1905), se publicó cuando tenía 26 años, después aparece El viaje más largo (1907) y Una habitación con vistas (1908). Su gran obra es La mansión (1910). Publicó dos libros de relatos en vida, El autobús celestial (1914) y El momento eterno (1924). La novela Maurice (1971, escrita entre 1913 y 1914) y La vida futura (1924, libro de cuentos escritos a lo largo de su vida) tratan ambos de la homosexualidad, y no se publicaron hasta después de su muerte.
Estuvo al mando, tras la I Guerra Mundial, del Daily Herald, un periódico del partido laborista, y escribió el libreto para la ópera Billy Bud (1951), del compositor inglés Benjamin Britten, así como un importante libro de crítica literaria, Aspectos de la novela, basado en las clases que dio en la universidad de Cambridge en 1927.
E. M. Forster falleció en el 7 de junio de 1970, en Coventry, Inglaterra.
 
ISABEL