domingo, 16 de noviembre de 2014

EL DESIERTO DE LOS TÁRTAROS 
- DINNO BUZZATI -


La invasión de los tártaros no es propiamente una novela, es más bien un cuento largo. Es una metáfora, una alegoría de la condición humana.
DINNO BUZZATI
Su autor, Dino Buzzati escribió esta obra en 1940. Fue escritor de novelas, cuentos y obras de teatro. También fue músico y pintor. Empezó a estudiar derecho pero lo abandonó. El mismo se consideró periodista y fue corresponsal del Correo de la Sera. La novela pudo inspirarse en su propia experiencia ya que durante la Segunda Guerra Mundial fue destinado en Addis Abbeba.
En sus obras se aprecia influencias del existencialismo en el tono opresivo, de Kafka en la impotencia humana ante un mundo incomprensible y de los surrealistas en sus connotaciones oníricas.
Cuenta la historia del oficial Giovanni Drago que recibe su primer nombramiento para acudir a la fortaleza Bastioni. Drago  emprende el viaje sin saber muy bien a donde va. El camino es largo y duro, tras muchas horas de viaje se encuentra con un coronel que le da una información sesgada sobre la vida en la fortaleza.    
Comprueba que la vida en esta fortaleza es sumamente dura y decide enseguida pedir su traslado. Sus superiores le convencen de quedarse sólo cuatro meses más, a lo que accede. Allí descubre la soledad, el aislamiento, y empieza a sentir emociones opuestas. No soporta estar allí encerrado, pero tiene un sentimiento de pertenencia, que se apodera de él, sobre aquella fortaleza y los militares que en ella viven.
Sueñan con una gloria venidera, que llegará con la invasión de los tártaros, y en la respuesta militar como  justificación de su existencia.
Pasados los cuatro meses Drago decide permanecer en la fortaleza que ya le ha enganchado en sus rutinas y seguridades.
Hay en ese momento un espejismo de invasión, pero no se trata de la esperada invasión de los tártaros y la ilusión se extinguió y siguió la pasividad.
Pasados  cuatro años regresa a su casa, y percibe que todo ha cambiado, nada es igual: su madre, su novia, el pueblo, el ambiente es desolador. Una vez más la soledad le invade. Añora su anterior vida y a ella vuelve.
El tiempo avanza a gran velocidad y él no tiene conciencia de ello. Animado por un compañero que le dice que se marche a la ciudad mientras aún está a tiempo, “no todos han nacido para héroes”, Drago pide el traslado, pero se lo niegan.
Muchos de sus compañeros lo han pedido sin contar con él y se siente engañado. Vuelve a la fortaleza donde hay un nuevo espejismo de invasión que rápidamente desaparece. Giovani disfruta de un corto permiso en la ciudad, y enseguida vuelve a su destino que sigue siendo opresor.
De nuevo el tiempo pasa, cansado, viejo y enfermo se recluye en su habitación. Oye un revuelo a su alrededor. Un destello de esperanza vuelve a  aparecer. La vida por fin puede darle una oportunidad. Drago ya no puede mantenerse de pie. Tampoco le permiten participar en nada, le mandan fuera para recuperarse. Hay una hermosa carroza que le espera para llevarle a una posada.
Siente que su vida se acaba. Su espíritu militar no se rinde. Se viste con traje de gala. Por primera vez, en su muerte va a encontrar su fuerza. Marcha hacia ella como un soldado.
En este momento aparecen pensamientos positivos y amables de la vida que él ha dejado pasar. No ha sido capaz de construir su vida, pero aceptará la muerte, venciendo así su última batalla.
Se trata de una obra intimista, profunda y fatalista, que se desarrolla en un ambiente inquietante, obsesivo y triste.
Como novela esa bien estructurada, con el ritmo que tiene la vida misma. Es una obra fría sin amor, casi sin sentimientos, ni siquiera el de la amistad. Solo se contemplan las sensaciones, los pensamientos del protagonista, persona angustiada, oprimida que sólo encuentra cierta paz en sus sueños y en su muerte. Es un hombre que lleva la soledad en su alma y bajo esta perspectiva consume sin darse cuenta su vida.
Los paisajes están maravillosamente descritos. Los alrededores y el exterior de la fortaleza tienen una belleza solitaria, fuerte pero siempre hostil.
La acción se sitúa en un lugar desconocido sin ubicación real y en un tiempo tampoco determinado, que resaltan la universalidad que el autor ha querido dar a su relato.
El verdadero protagonista de este cuento es el tiempo, maravillosamente enfatizado, como una constante que aparece en todos los capítulos de la novela. EL tiempo, que pasa inexorablemente y que nos atrapa. Que se escurre a toda velocidad, y que nos plantea situaciones ante las que tenemos que tomar decisiones. Son oportunidades que pasan y son irrepetibles.
El miedo al riesgo, la inseguridad, el refugio en la rutina, la resignación, todo ello nos encadena y nos impide tomar  decisiones. Sustituye la seguridad por la libertad, dejando pasar las oportunidades.
Drago no es consciente del paso del tiempo y espera pasivamente. En esa espera consume su vida. Busca en algo exterior, que vendrá, la justificación y el sentido de su vida. Ese algo nunca llega.
El absurdo de la vida militar en la fortaleza, es el pretexto que utiliza el autor, para reflejar el absurdo de la vida humana. Lo militar es anecdótico. Critica en la vida de la fortaleza, la rutina, la pasividad, la ausencia de sentimientos, el engaño y sobre todo la soledad.
Estamos ante una gran obra con un estilo cargado de símbolos y metáforas, de adjetivos que logran trasmitir una visión determinista de la vida. Es una obra para el análisis y la reflexión.
Su visión del hombre es muy limitada y fatalista. Ignora totalmente el mundo de los sentimientos y solo conoce la soledad. Falta también la voluntad, inherente al hombre y capaz de dar sentido a la vida. No hay salidas para la opresión y la angustia. Solo la muerte.
Todo ello contribuye a crear un hondo vacio al acabar de leer la obra, levemente atenuado por el capítulo final de la muerte del protagonista, como “fuga del tiempo”, aceptada, asumida por él con una sonrisa.

Aurora Sánchez Laiseca.   Albacete Noviembre 2014.  






miércoles, 5 de noviembre de 2014

 RELATO DE UN NÁUFRAGO – G. GARCÍA MÁRQUEZ

     El  relato o novela corta, publicado en 1970, está basado en hechos reales.

       El 28 de febrero de 1955, un buque de guerra perteneciente a la Marina de Guerra de Colombia que se dirigía a Cartagena de Indias, procedente de un  puerto del Sur de los Estados Unidos en pleno Golfo de México, sufre un golpe de mar, a consecuencia del cual caen al agua y desparecen ocho marinos de la tripulación. Pese a ellos, el barco reanuda el viaje llegando a Cartagena dos horas después del accidente.

     
La operación de rescate de los náufragos se prolongó durante cuatro días, con resultados infructuosos. Pasado ese tiempo, se dio oficialmente por muertos a todos los desaparecidos.

      Sin embargo, a los diez días del accidente, uno de los náufragos apareció con vida a a bordo de una barca salvavidas, en las costas Colombianas. Recogido y atendido, se le trasladó a Cartagena, donde fue recibido como un héroe de la Patria, homenajeado y aclamado por las multitudes, enriquecido por la propaganda y condecorado por las autoridades.

      Un mes después del naufragio, la aventura del náufrago solitario durante diez días, en una barca comienza a ser publicado en un periódico de Bogotá, de cuya redacción forma parte García Márquez, a razón de un capitulo diario durante catorce días seguidos, y con gran regocijo por parte de sus lectores.
Al conocerse, a través de las publicaciones diarias, que la causa real del naufragio había tenido que ver:

* Con la sobrecarga que el buque portaba en la cubierta
* Con el mal amarre de la misma que con el golpe de mar cayó parte al mar arrastrando con dicha carga a los ocho tripulantes
* Con la propia sobrecarga de electrodomésticos- contrabando prohibido-que  impidió que el buque pudiera maniobrar correctamente para socorrer a los náufragos.

        La indignación de los ciudadanos y autoridades creció como la espuma.
El héroe fue desposeído de cargos y honores y condenado al olvido.La redacción del periódico fue clausurada y García Márquez tuvo que exiliarse para evitar males mayores.

     En 1970, 15 años después, una vez superada la etapa de gobierno dictatorial, se recogieron los relatos en este libro aunque no fue de la entera satisfacción de su autor.

A mi entender tres factores destacan poderosamente  en este relato:

          EL TIEMPO. El control del paso de los días – para no volverse loco- y de la hora exacta en cada día- para prever la llegada de los tiburones-  son una constante a lo largo del libro. Para ello cuenta como únicas herramientas con un reloj y una llave con la que marca una raya en la barca por cada día que pasa. Contrastan asi mismo, los momentos de calma a lo largo del día- mientras espera que alguien llegue a rescatarle, y de las noches  cuando parece que el tiempo se ha detenido- con otros de mayor agitación  y desorden - como la caída desde el buque al mar, el intento de ayudar a los compañeros o la caída de la barca cuando queda atrapado con el cinturón bajo el agua - que  aun asiendo de poca duración dan la sensación de que no acabarán nunca

         LA MEMORIA del náufrago que le permite recomponer, con multitud de detalles, cada día y cada instante vividos en la barca.
       La extrema extenuación que padece el náufrago, especialmente en los últimos días le provoca alucinaciones y visiones en las cuales llega a recibir visitas de amigos con los que mantiene ciertas conversaciones.

         REALISMO NARRATIVO. El autor, con su maestría habitual, describe los recuerdos del náufrago como si tales sucesos estuviesen ocurriendo en el momento de escribirlos.
      Al narrar en primera persona y con tal minuciosidad en los detalles, permite que el lector se sitúe en un observatorio próximo al de los hechos narrados, identificarse con  el náufrago y compartir con él los mismos sentimientos y sensaciones de hambre, sed, dolor, miedo, soledad, desesperación y asfixia.
En fin, una maravilla


         MANUEL JIMÉNEZ