martes, 22 de diciembre de 2020

 

NOS VEMOS ALLÁ ARRIBA – Pierre Lamaitré



Nacido en
París el 19 de abril de 1951, es un escritor y guionista francés, ganador del premio Goncourt 2013 con su novela Au revoir là-haut (Nos vemos allá arriba)[]

Estudió psicología e hizo gran parte de su carrera en la formación profesional de adultos enseñando comunicación, cultura general, y literatura destinada a bibliotecarios. Se consagró luego a la escritura, como novelista y guionista. Sus novelas han sido traducidas a decenas de idiomas.[] Considera su trabajo como un permanente “ejercicio de admiración por la literatura”.[] Desde su primera novela, Travail soigné (2006; publicada en español con el título de Irene), rinde homenaje a sus maestros.  Esta obra marca también el comienzo de su serie policial que tiene como protagonista a Camille Verhoeven, comandante de la Brigada Criminal de París.

Tres años más tarde, en 2009, lanza su segunda novela, Robe de marié (Vestido de novia), ejercicio explícito de admiración del arte de Hitchcock.[]

Aborda la intriga social con Cadres noires (Recursos inhumanos) en 2010, que pone en escena el drama de un ejecutivo en paro que termina aceptando participar en un juego de rol en forma de toma de rehenes.

En“Alex”, su cuarta novela,  juega con la identificación como motor del thriller y en ella se encuentran múltiples referencias, que el autor señala explícitamente, sobre Louis Aragon, Marcel Proust, Roland Barthes, John Harvey, Borís Pasternak…sus autores de referencia.

Au revoir là-haut (2013; Nos vemos allá arriba) marca un cambio importante en su obra, que se convierte en una novela picaresca.[] Abandonando el género policíaco, Lemaitre permanece fiel al espíritu de sus primeras novelas, puesto que cita desde d'Émile Ajar a Stephen Crane, Victor Hugo y La Rochefoucauld, y otros que nombra en los agradecimientos, entre ellos especialmente a Louis Guilloux y Carson McCullers. En noviembre de 2013 recibe el premio Goncourt y encabeza la lista de superventas L'Express.

                  (Los datos biográficos han sido recogidos en Internet.)

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COMENTARIO:

El título de la novela está tomado de la carta que el soldado Jean Blanchard dirigió a su esposa antes de morir fusilado el 4 de noviembre de 1914 por abandono de su posición en el frente, aunque posteriormente, el 29 de enero de 1921 fue rehabilitado. “Te doy cita en el cielo, donde espero que Dios nos reúna. Nos vemos allá arriba, mi querida esposa”

La novela comienza un dos de noviembre de 1918,”Dia de difuntos”, cuando está cercano – tan solo a diez días – el final de la Gran Guerra, y en uno de los últimos puntos del frente, el teniente Henrri d’Aulnay-Pradelle ordena un ataque a la posición enemiga, conociendo la firma del armisticio y con el único afán de un ascenso en su carrera militar. Los dos soldados – Louis Thérienx y Gaston Grisonnier un joven y un viejo – que hacen de avanzadilla, mueren tiroteados nada más salir de la trinchera, lo que desata el ímpetu de la tropa que encabezan Alberte Maillard y Eduard Perocourt…Y acaba el 14 de julio de 1920, el día en las autoridades, el ejército y el pueblo, rinden homenaje institucional a los muertos en la contienda.

El teniente Pradelle es condenado a la cárcel, la decadencia y la pobreza por sus muchos y deshumanizados actos, por su depravación y desordenado afán de riqueza y poder.

El soldado  Eduard Pericourt, a quién la carga de un obús había destrozado el rostro negándose a cualquier regreso a la normalidad, incluido el reencuentro con su familia, muere atropellado por el coche que conduce su propio padre a la salida del hotel en el que pasa los últimos días y en un momento de alocada euforia, cubierta su destrozada cara con una careta que reproduce sus rasgos de antes de la guerra, y que Marcel Pericourt, el padre, sólo descubriría, años más tarde antes de morir él también, el gesto de “gratitud” con el que Eduard se despidió de él en el instante del reencuentro.

El soldado Albert Maillard, que había descubierto al teniente Pradelle, asesino de sus propios soldados y hombre sin escrúpulos ante la memoria de los muertos o el honor y la honestidad de los vivos, dedica todos sus esfuerzos físicos y económicos a ayudar a Eduard que lo ha salvado de morir también a manos de Pradelle, y lo acompaña en sus momentos de descarnada destrucción y en los de desenfrenada euforia, también en sus locas e inverosímiles proposiciones, a pesar de sus dudas, de su  inseguridad y falta de espíritu, a pesar de sus miedos…Es el único que consigue escapar con su novia Pauline y todo el dinero conseguido por la estafa pergeñada por Eduard contra una sociedad a la que considera corrupta, deshumanizada, materialista y opresora, sobre todo con los débiles, los desposeídos y los diferentes…Una “venganza” con final feliz, que quizás sólo sea posible en una novela…Todo ello, 440 páginas de por medio.

La novela, escrita para conmemorar el Primer Centenario del inicio de la Gran Guerra y que obtuvo, entre otros, el Premio Goncourt, utiliza varios géneros, sostiene una estructura impecable, los personajes representan muy bien su arquetipo, el lenguaje, correctamente utilizado, transforma en imagen visual a personajes y escenas, la acción mantiene un desarrollo a la vez trepidante y sereno con la finalidad de mantener el interés del lector…Sin duda, una gran novela…Reducida a la mitad, sería extraordinaria.

Pepa Sirvent- Diciembre de 2020

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viernes, 18 de diciembre de 2020

 

FELICITACIÓN NAVIDEÑA.

También este año se hace presente Pepa, con su voz poética, para traeremos un mensaje de Esperanza.

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En mi recuerdo sobreviven con la llegada de diciembre,

los días escasos de luz y los atardeceres rojos,

las mañanas de nieblas húmedas y espesas,

los medios días de cielos azul intenso sin rastro de nubes,

las aceras alfombradas de hojas doradas y húmedas de lluvia,

el viento, racheado y frío, azotando las ramas de los árboles desnudos,

y bandadas de pájaros, chillones al anochecer,

buscando el calor de sus nidos…

 

Diciembre, breve en sus horas de luz, nos trae el Invierno.

Tiempo de descanso, de lectura, de recogimiento,

de seguridad, de aventuras breves, de sueños,

de proyectos, de promesas, de intimidad.

 

Diciembre, breve en sus horas de luz, nos trae la Navidad.

Tiempo de hogar, de familia, de risas de niños,

de encuentros amistosos, de añoranzas, de ausencias sin retorno,

de largos abrazos, de miradas cómplices, de alguna lágrima…

 

En mi recuerdo sobreviven con la llegada de diciembre

la sencilla esperanza de un reencuentro…

el simbólico gesto de un regalo de bienvenida…

la emoción contenida del regreso al hogar…                                                                                                                                  

 

Diciembre, breve en sus horas de luz, nos ha traído este año

un mensaje nuevo: LA ESPERANZA.


 

 

 

 

Mis nietas y yo te deseamos una Navidad cargada de Esperanza.

 PEPA SIRVENT

  Albacete 2020

 

 

 

 

viernes, 27 de noviembre de 2020

 

EN EL CENTENARIO DEL NACIMIENTO DE MIGUEL DELIBES Y A UNA DÉCADA DE SU MUERTE


Un soneto me manda hacer Violante,

que en mi vida me he visto en tanto aprieto

 

No; ni esto que voy a escribir va a ser un soneto, ni lo hago por mandato de ninguna Violante, ni muchísimo menos trato de emular al tan genial como prolífico Lope.

Lo que sí me pone en gran aprieto es la petición, que no orden, que me hace Isabel, presidenta en el exilio de nuestro Club de Lectura, para que escriba algo sobre Miguel Delibes en conmemoración y recuerdo de las dos fechas arriba indicadas.

Debo confesar que intenté eludir tan honroso como difícil encargo aduciendo que qué podía aportar yo a estas efemérides cuando tantísimas plumas ilustres han glosado la figura y la obra del genial vallisoletano.

A mis objeciones, Isabel, conocedora de mis preferencias literarias, me propuso que tratara de encontrar algún paralelismo en las obras de mis tres escritores favoritos en nuestra lengua que son, por este orden, Cervantes, Galdós y Delibes.



Puesto a la labor y sin profundizar en el tema que considero superior a mis fuerzas y digno (seguro que ya lo habrá hecho más de uno) de ser tratado por algún experto en la materia, encuentro las siguientes similitudes en sus obras:

 Primera: El estilo, la sencillez y la riqueza de la prosa es en los tres una constante:

En Cervantes que, al escribir la primera novela moderna, enriqueció el castellano como nadie lo ha hecho ni antes ni después que él.

En Galdós, confeso admirador de don Miguel, –sólo en los Episodios Nacionales se encuentran más de doscientas cuarenta alusiones a Cervantes o a personajes de sus obras–  poseedor como pocos de un estilo coloquial a la hora de narrar escenas cotidianas y que le valió el tan poco honroso como injusto apodo de “Garbancero” por parte de otro genial escritor: Valle-Inclán.

En Delibes, ganador del premio Cervantes y conocedor a fondo el lenguaje rural de su Castilla; lenguaje que, ya en 1.975, en su discurso de ingreso en la Real Academia de la Lengua, publicado bajo el título de “Un mundo que Agoniza”, veía peligrar:

 

“Me temo que muchas de mis propias palabras, de las palabras que utilizo en mis novelas de ambiente rural, como por ejemplo aricar, agostero, escardar, celemín, soldada, helada negra, alcor, por no citar más que unas cuantas, van a necesitar muy pronto notas aclaratorias como si estuviesen escritas en un idioma arcaico o esotérico.”

 

Segunda: Los personajes. Los tres, cada uno a su estilo, han creado unos tipos llenos de humanidad, y de credibilidad:

Cervantes, además de los prototipos universales de don Quijote y Sancho, nos ofrece, en su obra cumbre, una galería de personajes que podíamos llamar secundarios de lujo, como el pícaro Gines de Pasamonte, la moza Maritornes, La bella Marcela, la primera feminista de nuestra literatura, Dorotea, El ventero juan Palomeque y otros muchos.

Pérez Galdós, nos ha dejado personajes inolvidables como Benigna y el ciego Almudena en Misericordia, el conde Albrit de El Abuelo, Fortunata y Jacinta, doña Perfecta, el cesante Villamil de Miau, etc, etc.

Por su parte, Delibes, nos regala unas criaturas tan entrañables como el Nini, el niño sabio de Las Ratas, Daniel “El Mochuelo” protagonista de El Camino, Don Eloy, el jubilado de La Hoja Roja, Azarías y Paco el Bajo de Los Santos Inocentes, o Cipriano Salcedo de El Hereje, por citar sólo unos pocos.

 

Tercera: La recreación de sus respectivas épocas ya que los tres nos ofrecen datos tan fiables como un libro de historia pero de forma mucho más amena.

La lectura de El Quijote es una gran fuente de información sobre la sociedad de finales del siglo XVI y principios del XVII desde la alta nobleza hasta los campesinos, de los palacios ducales a las humildes ventas. Así mismo nos da a conocer la problemática de la  España de su tiempo: la expulsión de los moriscos, el bandolerismo catalán, el problema turco en el Mediterráneo o la situación de los cristianos cautivos en el norte de África.

Nadie mejor que Galdós para conocer como vivía las clase media y popular en el Madrid de su tiempo y nadie mejor que él narra las peripecias de la convulsa política del siglo XIX.

Por su parte, Miguel Delibes nos hace un fidelísimo retrato de la España de la posguerra en Las Ratas o los Santos Inocentes hasta las primeras Elecciones democráticas en El Disputado voto del señor Cayo.

 

Cuarta: Rizando el rizo una injusticia que los une es el no haber recibido ninguno de los tres el Premio Nobel.

Si bien Cervantes no lo pudo obtener por motivos obvios fue, a mi juicio, una flagrante injusticia que no lo recibieran tanto Galdós como Delibes.

El primero por puro cainismo hispano ya que gran parte de la derecha se opuso rotundamente a su candidatura llegando a afirmar, en el diario Época, que había escrito “novelas revolucionarias que habían manchado el suelo de sangre”.

Si lo de Galdós fue una atropello político lo de Delibes, que fue candidato en varias ocasiones, fue una injusticia literaria como la copa de un pino pues basta comparar su obra con la de muchos de los autores que lo consiguieron por entonces para comprender la gran tropelía que se cometió con él.

Y como, parafraseando el dicho que asegura que “lo bueno si bueno si breve dos veces bueno”, opino que “lo malo si breve es menos malo” lo dejo aquí.

 JUAN CUERDA

 P.D. Un montón de abrazos virtuales para todas y todos canjeables por otros tantos reales cuando lo permita este maldito bicho.

 

 

martes, 24 de noviembre de 2020

 

HOMENAJE A MIGUEL DELIBES

 Nuestro Blog también quiere sumarse a cuantos celebran la existencia  de uno de los grandes de nuestra Literatura.

Seguramente no aportaremos nada nuevo, o sí,  porque los ecos de la lectura son muy personales.

No podíamos comenzar con mejor pie que trayendo aquí el poema que escribió Pepa Sirvent en el 2007, cuando supimos  del fallecimiento del escritor

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 Torrentes, cascadas de ideas,

se agolpan abrumadoramente.

 Me adentro en el silencio a rescatarte,

allá por los sesenta,

cuando saliste a mi encuentro.

Y sobrecogida por

“La parábola del náufrago”

te he seguido…

 Hoy,

con humildad y respeto,

rendimos homenaje

al escritor

y al hombre:

 admirable, brillante,

cordial, chispeante,

dadivoso, entrañable,

fabulador, gentil,

honesto, infatigable,

jovial, laureado,

llano, meticuloso,

natural, observador,

preceptor, querido,

reflexivo, sensible,

testimonial, único,

vanguardista y Vallisoletano…

 Con la exclusiva herramienta

de la palabra…

 PEPA SIRVENT (Club de Lectura “Doctor Fleming” )

Albacete 25 de enero de 2007

 

“LAS RATAS”–Miguel Delibes

(Valladolid 17/10/1920 – 12/3/2020)

Oportunamente programado, para este curso, hemos comentado, hace unos días, en  pequeño grupo, dadas las circunstancias, el libro “LAS RATAS”  Así se expresa Pepa  a propósito de este texto:

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Resumir en escasos renglones la vida de Miguel Delibes es una tarea complicada, por tanto, me limitaré a reflejar algunos datos y fechas que tienen importante repercusión en su vida y en la grandeza de la Literatura en particular, y de la Cultura en general, porque la vida y la obra de este singular, querido y respetado autor engrandece ambas.

Nacido en Valladolid, realiza allí sus estudios Primarios y de Bachillerato antes de declararse la Guerra Civil, en la que sirvió voluntario. Acabada la guerra, se licenció en Derecho además de cursas estudios en la Escuela de Comercio y en la de Artes y Oficios que le permitieron posteriormente entrar en la Redacción del “El Norte de Castilla”, en donde llegó a ser Director en 1958 y del que dimitió en 1963 por desacuerdos con la censura de Fraga Iribarne, trabajo que compartía con el de Profesor en la misma Escuela de Comercio y posteriormente en diferentes Universidades europeas y americanas.

Publica en 1947 su primera novela, “La sombra del ciprés es alargada” que obtiene el premio Nadal de ese mismo año.

En 1962 publica “Las Ratas”, con la que pretende denunciar y hacer visible la situación de los pueblos aislados de Castilla, que no se le permitía desde las páginas del periódico.

En 1973 es nombrado miembro de la RAE.

En 1974, fallece su esposa Ángela Castro con la que había tenido seis hijos. También se publica “Cinco horas con Mario”, que en 1978 lleva a escena la actriz vallisoletana Lola Herrera…obra y representación que aún perviven con éxito.

En 1981 publica “Los Santos Inocentes”, que será llevada al cine en 1984. Dos éxitos rigurosos y merecidos del retrato de un pueblo sumiso ante una clase dominante.

Se le concede el Príncipe de Asturias en 1982. En 1985 es nombrado “Caballero de las Artes y las Letras de la República Francesa”. En 1991 obtiene “El premio Nacional de las Letras Españolas”

También en ese mismo año de 1991, publica “Señora de rojo sobre fondo gris” que dedica a la memoria de su esposa…Y en 1998, su última novela “El hereje” fue un éxito internacional y reclamo turístico en su ciudad natal a modo de homenaje.

Estos concisos y deshilvanados datos solo son una muestra mínima de un vastísimo legado Literario y Cultural que entidades como la Fundación que lleva su nombre, Universidades de varios países y Centros Culturales cuidan, mantienen y divulgan.

 COMENTARIO.-

En la introducción del texto, el autor se sirve de un versículo de S. Marcos:

“Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos. Y tomando un niño lo puso en medio de ellos…”  (Marcos 9,35-38)

“las Ratas” es una novela corta que como el propio autor afirma, surgió para eludir la censura - que desde el periódico que dirigía no podía hacer notoria y pública – sobre el estado de pobreza y abandono en qué vivían los pueblos apartados de Castilla y de cualquier otro punto de la “España Rural” en los años que van desde el final de la Guerra y la apertura del país a mediados de los sesenta. Por ello, el lugar y los personajes son imaginados y nacidos en la mente del autor, buen conocedor de aquellas circunstancias, pero que resultan identificables a cualquiera que viviésemos aquellos años en un pueblo perdido de la geografía española.

EL TIEMPO de la novela, sin días ni fechas, está marcado por las fiestas religiosas del apretado, milagrero y abundante santoral católico, acompañado de la riqueza del Refranero español. Imposible sustraerse a la sabiduría popular que se desprende de un vivir cada día pendiente de los designios del cielo observados con paciencia y transmitidos de generación en generación…

EL ESPACIO es un desolado paraje regado por un arroyo minúsculo, en el que viven “las ratas” e infinitas especies animales y vegetales compañeras y “amigas” de los hombres que las conocen y las cuidan, que riega huertas humildes y mantiene en pie la figura de tres chopos “mochos”. Un pueblo a medio hacer en el que resulta difícil caminar por sus calles intransitables por el lodo o por el polvo…Y un entorno reseco y rodeado de montes pelados en los que la lejana y desorientada Administración invierte cada año, sin éxito, para repoblar de árboles apoyándose en una leyenda que pretenden transformar en historia…

LOS PERSONAJES tan ricos y tan variados como “el santoral”, se convierten en arquetipos de la “humanidad rural”, analfabeta sobre todo, repartida en clases sociales intercambiables, reafirmada en sus creencias - provengan de donde provengan – y fiel sin matices a la autoridad de la que emanan, apegada a su pequeño espacio del que se siente dueña, lastrada por una economía de subsistencia de la que les impide salir su propia ignorancia y el aislamiento en el que viven…

“El Nini” rompe todas las reglas. Es un niño “listo”, nacido del fruto de un incesto que sobrevive al amparo de una madre que un día enloquece, y de un padre, “el tío Ratero”, rudo, sin más posesión que su habilidad para cazar ratas de agua – como alimento y supervivencia – y una cueva abierta en la ladera de uno de los baldíos y rocosos cerros que rodean un pueblo sin nombre y de irregular composición de la que ninguna autoridad puede arrancarlo.

“El Nini” escucha a sus abuelos y al “Centenario”, observa el cielo y sus ciclos, la dirección del viento y los cambios de la luz, a los animales y a las plantas, los olores de la vida, las conductas de los humanos, sus miradas, sus gestos, y hasta las palabras que no dicen…y de esa sabiduría que nace de la reflexión se aconsejan los habitantes del pueblo…Éstos, todos apodados, componen un rico y vasto mosaico donde coexisten el dolor y la alegría, la esperanza y el fracaso, el poder y la servidumbre, las creencias religiosas y los falsos bulos, la vida y la muerte…La “muerte” que ciega a “el Ratero” en defensa de lo que “es mío”…

EL LENGUSAJE está condensado en poco más de ciento ochenta páginas y miles de palabras. Ni una de más ni una de menos. Imposible adjetivar la amplitud, la belleza y la concreción del vocabulario, la brevedad de los diálogos o la precisión de las descripciones. Imposible no sentir el horror de la enfermedad del “Centenario”, los retorcidos senderos de salvación del “Undécimo Mandamiento”, la perniciosa intriga de “Malvino”, la servidumbre de “Justito el alcalde”, la inmaculada belleza de un amanecer nevado, el fragor de una cruel tormenta, o el horror de la violencia…

¿ARGUMENTO, TEMA, MENSAJE?…Desde mi punto de vista y sin dudarlo, una lección. Una enorme lección de vida. Una lección porque la cuenta un profesor. Y de vida, porque es la vida que ese hombre-profesor conoce tan bien, ama y cuida tanto, y al contárnosla no sólo pretende mostrarnos una durísima realidad que el poder hace invisible, si no que está demandando que se corrijan errores…Quizás por esa razón, “pone a un niño en medio de ellos…”

“El Nini” es el protagonista, pero es también – con la licencia del autor – el narrador de los hechos, que más que narrar, vive y hace vivir al lector. Y así, vamos conociendo como se desarrolla la vida sencilla de los habitantes de un apartado y  encerrado poblado por la geografía que lo rodea, sus alegrías y sus pesares, sus relaciones sociales, sus tradiciones y su cultura, las influencias religiosas, políticas y de clase social que definen a cada personaje, y sobre todo, su relación con la Naturaleza. Y es en este punto donde el autor, sirviéndose de un niño, despliega su verdadero saber y sentir, su potencia como narrador y su sensibilidad como hombre. Y el lector sufre con el dolor de la enfermedad, y sonríe con las pequeñas venganzas del niño, y escucha el canto de las aves o los silbidos del viento, y goza de la visión helada de un paisaje de invierno pero siente el mismo frío que hiela los pies descalzos del niño o el mismo calor que saca a los vecinos a respirar en las noches agobiantes de la canícula, y se hunde en la negrura y la miseria de una cueva habitada por hombres…y finalmente, siente el horror de una ridícula venganza que acaba en muerte.

A pesar de las limitaciones que nos impone la situación sanitaria generada por el “covid 19”, en la reducida “puesta en común”, todos coincidimos en calificar la novela como un texto SOBRESALIENTE…que yo sugeriría, si tuviese oportunidad para ello, incluir en los cursos de Bachillerato de “obligada lectura y análisis”… En un comentario reducido, un miembro del grupo asegura “que está demasiado bien escrita”…

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(Además recomiendo un artículo publicado por Rafael Narbona em septiembre de 2018 en http/elcultural.com)

lunes, 2 de noviembre de 2020

 ADIOS A JAVIER REVERTE



“Muchos lo recordarán por haber organizado viajes gracias a sus libros. Muchos viajeros y lectores, y lectores viajeros se han quedado hoy huérfanos: el escritor y periodista Javier Reverte ha fallecido en Madrid a los 76 años según ha informado la familia.

Había nacido en un Madrid de post guerra civil en 1944.Javier pudo estudiar Filosofía y Periodismo, una profesión que ejerció durante casi 30 años, trabajando como corresponsal de prensa en Londres, París y Lisboa y como enviado especial en numerosos países. También trabajó como articulista, cronista político, entrevistador, editorialista, redactor-jefe de mesa, reportero del programa 'En Portada' de TVE y llegó a ser subdirector del diario 'Pueblo'.

 A mediados de marzo, cuando se acababa de decretar el confinamiento domiciliario por el covid-19 comentaba a este periódico: "Siempre leo por trabajo o por gusto. Y normalmente, salvo cuando un texto me obsesiona, varios libros a la vez. Ahora mismo tengo sobre la mesa, recién abierto, 'El infinito es un junco', de Irene Vallejo, que me han recomendado algunos amigos inteligentes. Y voy leyendo al tiempo un trabajo de Fraya Stark, 'The valley of the Assassins',.

 Mi vida no ha cambiado mucho con la pandemia, siempre tengo una veintena de libros pendientes. Y contra el aburrimiento, no hay nada mejor que un libro. Deberían probarlo ahora los que no suelen leer, no saben qué estupenda medicina es contra el aislamiento y la soledad".

Pasión viajera

De su pasión por los viajes lo dicen todo sus libros, que alcanzaron un éxito espectacular en la década de los noventa. Sobre todo la 'Trilogía de África', formada por 'El sueño de África', 'Vagabundo en África' y 'Los caminos perdidos de África', y que además de ser una guía de viajes por países como Kenia, Tanzania y Zanzíbar, era un cúmulo de historias. Desde los grandes conquistadores a los colonizadores, a las culturas de los propios pueblos. Mucho más inteligente y mucho más divertido que cualquier Google Maps. 

Lo mismo ocurría con Corazón de Ulises, capaz de guiar a cientos de personas por Grecia, Turquía y Egipto. O con la 'Trilogía de Centroamérica', formado por libros que transcurren en Nicaragua, Guatemala y Honduras.

Mis novelas y libros de viajes los inspira sobre todo la realidad. Soy un escritor hincado en la realidad, no puedo prescindir de ella

Uno de sus últimos libros fue 'Canta Irlanda', un recorrido por la denominada Isla esmeralda, donde paisaje y gentes se funden con una extraordinaria tradición literaria. Según decía el propio Reverte, los irlandeses son un pueblo que comparten con los españoles sobre todo un carácter alegre y su apego a la cultura popular.

Reverte era un hombre amable, muy ameno en sus conferencias. Un hombre dispuesto a escuchar porque de ahí salían sus novelas y libros de viajes, de los que dijo en alguna ocasión: "Los inspira sobre todo la realidad. Soy un escritor hincado en la realidad, no puedo prescindir de ella. Quizás se deba al hecho de haber ejercido el periodismo durante muchos años".

Suena a lugar común y quizá como periodista no le gustaría, pero que el último viaje te sea leve”


Tomado de EL CONFIDENCIAL-30 -10-2020


sábado, 24 de octubre de 2020


 

COMENTARIO AL LIBRO DE SANDOR MARAI

 “LA MUJER JUSTA”

 La “Mujer justa” es una novela que nos cuenta una historia desde tres perspectivas vitales diferentes. Está escrita en primera persona y son tres monólogos que nos llevan a conocer a los tres protagonistas y a la sociedad húngara de su tiempo. Se sitúa en Hungría en los tiempos convulsos de la Revolución Rusa y las dos Guerras Mundiales

Los protagonistas son Marika, primera mujer de Peter, Peter y Judith la segunda esposa de este, a los que hay que añadir el escritor Lazar, amigo de Peter y su madre, presentes ambos en los tres relatos.  

La novela tiene a veces un cierto sentido poético y un marcado acento psicológico y filosófico. Es una novela densa, a veces reiterativa, llena de digresiones, pero que logra un retrato muy profundo y bien acabado de los personajes, y a la vez una descripción bastante completa de la sociedad húngara y de la burguesía, en las que se está llevando a cabo un gran cambio social, con la consiguiente crisis de valores y el resurgir de otros.

La narración es impecable, con un uso muy preciso de las palabras, sobre todo de los adjetivos, que el autor utiliza para matizar su discurso. En ningún momento hace juicios de valor de las acciones y/o actitudes de  los personajes, manifestando una gran tolerancia en ese momento histórico. En las tres historias hay un cierto determinismo hacia el fracaso, y en líneas generales tiene un tinte escéptico y pesimista.


Los temas presentes en la novela son: el amor, la pasión, la soledad, mentiras, traición, el valor de la cultura, la muerte, el sentimiento de culpa, las diferencias entre las clases sociales, la burguesía y sobre todo de la felicidad que buscan los seres humanos y a los tres les resulta algo inalcanzable.

Tiene tres partes bien definidas y que se publicaron en diferentes momentos, las dos primeras en 1941 y la tercera en 1949. La primera es el relato más logrado, la segunda es mucho más conceptual y filosófica, la tercera es un relato más pobre, redundante y artificioso.

La primera parte es el monólogo de Marika con una amiga suya a la que va relatando los avatares de su relación con Peter su marido. Está profundamente enamorada de él, cree que el matrimonio es sagrado y el divorcio un sacrilegio. Va descubriendo la complejidad de sentimientos, pasiones y decisiones que surgen en su relación de pareja. Habla de la soledad, de la incomprensión, del orgullo y del desprecio. De la indiferencia y frialdad que percibe en su marido.

Es consciente de sus limitaciones frente a Peter y a pesar de ello lo ama sin reservas. Descubre que él tiene un secreto, que Lazar le confirma y le orienta hacia la madre de Peter con quien mantiene una conversación en la que le habla de Judith, la sirvienta que está en la casa desde que Peter tenía 15 años.

Ella lucha por reconquistarle pero no logra su propósito y se hace consciente de que ella no es la mujer “justa” para Peter, la que reúne todos los requisitos para hacerle feliz, lo que le lleva al divorcio. Termina el relato diciendo, pero yo amo a Peter, todo pasa menos el amor, aunque eso no tiene ningún sentido práctico.

a segunda parte, la más larga y densa, es el monólogo de Peter, representante de la alta burguesía húngara: hombre rico, elegante, y muy preocupado por su imagen, por su lugar en la sociedad, por las apariencias. Es un hombre muy complejo que hace grandes reflexiones de lo que significa y supone ser burgués.

Su tragedia es la incomunicación y la consiguiente soledad: descubre que todo lo que hace, dice y siente no le permite relacionarse con los demás. No concibe la vida sin pasión.

Aunque dice que Marika es una gran mujer, él no la quiere, sueña que Judith puede llenar su soledad. Se casa con ella y se entregó a ella con pasión, pero fracasó. Cuando descubre que ella no le ama, que no se entrega y encima  le engaña, la abandona. Según Peter el problema con ella era de rencor, soberbia y miedo, ella tenía su propio resentimiento.

La tercera parte es el monólogo de Judith, que va relatando su vida a su amante en una pensión romana. Le cuenta que ella era de origen humilde, de una familia mísera y se había casado por interés con un hombre rico, al que admiraba y despreciaba porque era  burgués.

Fue sirvienta en la casa de Peter. Le conoció a los 15 años y no mantuvo ningún tipo de relación con él, hasta que años más tarde el le pidió que se casara con él y ella no aceptó, abandonó la casa y Peter se casó con Marika. Cuando Marika se divorcia, él se casa con Judit.

En el relato cuenta como era su vida de sirvienta en la casa; las experiencias que ha vivido en Londres, sus matrimonios de conveniencia. En todo su relato está presente la mentira, el engaño, para obtener bienes materiales que le permitan salir de la pesadilla de su pobreza. Sus palabras ponen de manifiesto su incapacidad de salir de la ignorancia. Su interés  no es progresar como persona sino hacerse rica, tener cosas, aunque ello le lleve a renunciar al cariño. Solo es feliz teniendo más, pero no le lleva a olvidar su infancia miserable, allí no quiere regresar a ningún precio.

Es un libro tan complejo que no hemos sabido hacer un resumen más corto, esperamos que os haya gustado como a nosotras.

Aurora Sánchez Laiseca y Gloria Espinilla Berástegui


BIOGRAFÍA DE  SANDOR MARAI 

Nació en 1900 en Kosece, pequeña localidad del Imperio Austrohúngaro, hoy pertenece a  Eslovaquia.De familia  burguesa, de origen sajón, afincada en Hungría.

 Estudió Periodismo en Leipzig y viajo por varios países europeos, conociendo a otros escritores y diversos artistas de vanguardia. Vivió unos años en Paris, trabajando como corresponsal de prensa y en 1928 se instaló en Budapest, dedicándose a la escritura.


Con tan solo  treinta años escribió su obra Confesiones de un burgués que, sin duda, puede considerarse un libro  de memorias. No  solo refleja su intensa vida viajera sino que también encontramos en él  la raíz de toda la obra de este gran escritor: Aquí están sus lecturas, su obsesión por escribir, su pasión por el periodismo, sus amantes, su matrimonio, los encuentros con autores célebres, los viajes, el sentimiento de desarraigo, el fantasma del alcoholismo...”

En 1948 abandonó su país, tras haber perdido parte de su familia ,su clase social y desmembrado su país. Reside en Suiza e Italia y en 1952 llega a Estados Unidos, obtiene la ciudadanía Estadounidense y  reside allí hasta sus últimos días. En realidad él se recluye en la única patria posible para un escritor: la escritura, dejando constancia de una cultura cuyo esplendor y ocaso había vivido en carne propia,

Aunque escribió en varios géneros: poesía, novela, ensayo, cuento y crítica literaria, destaca especialmente como novelista. Comienza a escribir en alemán pero pronto se decide por el húngaro, su lengua materna, a la que atribuye mayor belleza. Su etapa más fértil como novelista corresponde a la década de 1930-40 en que aparecen sus novelas más importantes: “El último encuentro”, “La mujer justa”, Divorcio en Buda “, entre otras, y por las que llegaría a ser considerado uno de los grandes escritores europeos de su época.

Cultivó también la novela psicológica, en la que analiza diversos aspectos de la burguesía húngara en el periodo de entreguerras, su  decadencia, tras la desaparición del Imperio, y la invasión de Hungría por los nazis y después por los bolcheviques, de las que da testimonio como testigo presencial.

Destaca su obra por la elegancia de su estilo, su prosa poética (en varios de sus libros), depurada y precisa, muy realista por las situaciones que plantea y las soluciones que propone y principalmente por la profundidad en el análisis psicológico de todos sus personajes.

Entre sus temas recurrentes, destacan:

 LA FAMILIA. La trasmisión de valores de la familia : educación, tolerancia, amor, búsqueda de la verdad, humildad, respeto, paciencia…, sin esperar nada a cambio, “Debería de enseñarse en los colegios desde temprana edad – dice el autor – todo lo relativo a las relaciones humanas entre hombres y mujeres a fin de cultivar la tolerancia, mejorar la convivencia y resolver conflictos familiares”.

. LA DECADENCIA DE LA BURGUESÍA.  La invasión de Hungría por los nazis y el cerco de Budapest, obligó a burgueses y judíos a “saber hacerse invisibles” para sobrevivir. En varias de sus obras, expone el autor como la SOLEDAD y la proximidad de la muerte hace que “los señoritos distinguidos” confraternicen con la “gente simple” abatiendo barreras entre clase sociales y queriendo dar a entender la igualdad entre todas ellas

. LA HERENCIA, EL TIEMPO Y LA NOSTALGIA están presentes en toda su obra. El monólogo interior permite a los personajes contemplar desde el presente sucesos y sentimientos del pasado, analizarlos con el conocimiento acumulado por el paso del tiempo y juzgarlos con benevolencia. “Es toda una vida el tiempo que se necesita para aprender a vivir”, dice el autor.


LIBERACIÓN, SOLEDAD Y MUERTE. Sandor Marai intelectual comprometido, escribió contundentes artículos en contra del nazismo, declarándose profundamente antifascista. Tras la invasión de los nazis tuvo que ocultarse y solo su fama como escritor pudo salvarlo de severas represalias. Con la liberación de Hungría por parte de los rusos, creyó llegada su propia LIBERACIÓN, Pero su estrella comenzó a apagarse con el establecimiento del régimen comunista. Al negarse a colaborar, fue tildado de “burgués” por los comunistas. Todas su obras fueron prohibidas en su país durante varias décadas, haciéndolas caer en el olvido, hasta la caída del comunismo.

La muerte de tres de sus hermanos, de su esposa Lola y de su hijo, en poco más de un año, sumieron a Marai en la soledad más absoluta

“Cuando ya hemos aprendido todo en la vida, nos damos cuenta de que la vida nos ha sobrepasado”. “Ya no se puede seguir viviendo, sabiendo que ya no existe nadie que te espere, nadie que te necesite, nadie para quien tú resultes imprescindible”. “Nadie con quién compartir vínculos de AFECTO, PACIENCIA, COMPASIÓN, Y PERDÓN”.

Marai se quedó completamente ciego y apenas se mantenía en pie.

El día 22 de febrero de 1989, a los 82 años, en S. Diego (California), unos meses antes de la caída del Muro de Berlín, muere Sandor Marái disparándose un tiro en la cabeza. La muerte, de su propia mano, significa para Marai su LIBERACIÓN tan largamente esperada, (“El bien más preciado para el hombre sobre la tierra”)

Manuel Jiménez