NOS
VEMOS ALLÁ ARRIBA – Pierre Lamaitré
Nacido en París el 19 de abril de 1951, es un escritor y guionista francés, ganador del premio Goncourt 2013 con su novela Au revoir là-haut (Nos vemos allá arriba)
Estudió psicología e
hizo gran parte de su carrera en la formación profesional de adultos enseñando
comunicación, cultura general, y literatura destinada a bibliotecarios. Se
consagró luego a la escritura, como novelista y guionista. Sus novelas han sido
traducidas a decenas de idiomas. Considera su trabajo como un permanente “ejercicio de
admiración por la literatura”.
Desde su primera novela, Travail soigné (2006; publicada en español con
el título de Irene), rinde homenaje a sus maestros. Esta obra marca también el comienzo de su
serie policial que tiene como protagonista a Camille Verhoeven, comandante de
la Brigada Criminal de París.
Tres años más tarde,
en 2009, lanza su segunda novela, Robe de marié (Vestido de novia),
ejercicio explícito de admiración del arte de Hitchcock.
Aborda la intriga social con Cadres noires (Recursos
inhumanos) en 2010, que pone en escena el drama de un ejecutivo en paro que
termina aceptando participar en un juego de rol en forma de toma de rehenes.
En“Alex”, su cuarta novela, juega con la identificación como motor del thriller
y en ella se encuentran múltiples referencias, que el autor señala
explícitamente, sobre Louis Aragon, Marcel Proust, Roland Barthes, John Harvey, Borís Pasternak…sus autores de referencia.
Au revoir là-haut (2013; Nos vemos allá arriba) marca un cambio
importante en su obra, que se convierte en una novela picaresca. Abandonando el género
policíaco, Lemaitre permanece fiel al
espíritu de sus primeras novelas, puesto que cita desde d'Émile Ajar a Stephen Crane, Victor Hugo y La Rochefoucauld, y otros que nombra en los
agradecimientos, entre ellos especialmente a Louis Guilloux y Carson McCullers. En noviembre de 2013 recibe el premio Goncourt y encabeza la lista de superventas L'Express.
(Los datos biográficos han sido recogidos en Internet.)
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COMENTARIO:
El título de la novela está tomado de la carta que el soldado Jean Blanchard dirigió a su esposa antes de morir fusilado el 4 de noviembre de 1914 por abandono de su posición en el frente, aunque posteriormente, el 29 de enero de 1921 fue rehabilitado. “Te doy cita en el cielo, donde espero que Dios nos reúna. Nos vemos allá arriba, mi querida esposa”
La novela comienza un dos de noviembre de 1918,”Dia de
difuntos”, cuando está cercano – tan solo a diez días – el final de la Gran
Guerra, y en uno de los últimos puntos del frente, el teniente Henrri d’Aulnay-Pradelle
ordena un ataque a la posición enemiga, conociendo la firma del armisticio y
con el único afán de un ascenso en su carrera militar. Los dos soldados – Louis
Thérienx y Gaston Grisonnier un joven y un viejo – que hacen de avanzadilla,
mueren tiroteados nada más salir de la trinchera, lo que desata el ímpetu de la
tropa que encabezan Alberte Maillard y Eduard Perocourt…Y acaba el 14 de julio
de 1920, el día en las autoridades, el ejército y el pueblo, rinden homenaje
institucional a los muertos en la contienda.
El teniente Pradelle es condenado a la cárcel, la
decadencia y la pobreza por sus muchos y deshumanizados actos, por su
depravación y desordenado afán de riqueza y poder.
El soldado
Eduard Pericourt, a quién la carga de un obús había destrozado el rostro
negándose a cualquier regreso a la normalidad, incluido el reencuentro con su
familia, muere atropellado por el coche que conduce su propio padre a la salida
del hotel en el que pasa los últimos días y en un momento de alocada euforia,
cubierta su destrozada cara con una careta que reproduce sus rasgos de antes de
la guerra, y que Marcel Pericourt, el padre, sólo descubriría, años más tarde
antes de morir él también, el gesto de “gratitud” con el que Eduard se despidió
de él en el instante del reencuentro.
El soldado Albert Maillard, que había descubierto al
teniente Pradelle, asesino de sus propios soldados y hombre sin escrúpulos ante
la memoria de los muertos o el honor y la honestidad de los vivos, dedica todos
sus esfuerzos físicos y económicos a ayudar a Eduard que lo ha salvado de morir
también a manos de Pradelle, y lo acompaña en sus momentos de descarnada
destrucción y en los de desenfrenada euforia, también en sus locas e
inverosímiles proposiciones, a pesar de sus dudas, de su inseguridad y falta de espíritu, a pesar de
sus miedos…Es el único que consigue escapar con su novia Pauline y todo el
dinero conseguido por la estafa pergeñada por Eduard contra una sociedad a la
que considera corrupta, deshumanizada, materialista y opresora, sobre todo con
los débiles, los desposeídos y los diferentes…Una “venganza” con final feliz,
que quizás sólo sea posible en una novela…Todo ello, 440 páginas de por medio.
La novela, escrita para conmemorar el Primer
Centenario del inicio de la Gran Guerra y que obtuvo, entre otros, el Premio
Goncourt, utiliza varios géneros, sostiene una estructura impecable, los
personajes representan muy bien su arquetipo, el lenguaje, correctamente
utilizado, transforma en imagen visual a personajes y escenas, la acción
mantiene un desarrollo a la vez trepidante y sereno con la finalidad de
mantener el interés del lector…Sin duda, una gran novela…Reducida a la mitad,
sería extraordinaria.
Pepa Sirvent- Diciembre de 2020