jueves, 18 de mayo de 2017

EL SUR (1981)–ADELAIDA GARCÍA MORALES(1945-2014)


Muy animado y participativo resultó el encuentro del club de lectura, el pasado 11 de mayo, para comentar la última lectura “EL SUR de ADELAIDA GARCÍA MORALES.

Los comentarios se centraron en varios aspectos:

* Biografía de la autora
* Autobiografía de “El Sur”
* Paralelismo entre El Sur y Bene
* Relación y vida en común entre Adelaida y Víctor Erice.
* Película El Sur de Víctor Erice. Diferencias con la novela.
* Análisis de la novela El Sur.

BIOGRAFÍA. Lo poco que se conoce de ella procede de alguna entrevista concedida por la escritora y de una carta publicada por Víctor Erice tras la muerte de Adelaida, en defensa de su memoria.

Según Erice” Adelaida no fue una persona común: tampoco una fantasmagoría. Nunca logró integrarse en la sociedad y eso la honra. Consiguió cierta fama literaria aunque efímera. Escribió siempre desde su dolor verdadero. Su herida primordial era muy profunda, venía de lejos. Vivía en precario en todos los  planos de la existencia. Siempre me mantuve próximo a ella  incluso después de nuestro divorcio”

Tienen un hijo en común, que contaba 17 años cuando murió su madre. En los años que convivieron (más o menos entre 1970 y 1990) Adelaida se refugió durante cinco años en la Alpujarra granadina donde en 1981 dio luz a sus dos libros: El SUR Y BENE.

Nació en Badajoz en 1945.A los 15 años se trasladó a Sevilla de donde eran sus padres.Allí estudió filosofía y cinematografía; composición de guiones, en Madrid.
Trabajó como profesora de filosofía y literatura, como modelo, actriz y guionista de cine (Así conoció a Víctor Erice y a Ángel Fernández Santos), como traductora en Argelia, etc antes de dedicarse, en exclusiva a la escritura.

Según la escritora, El Sur es una novela autobiográfica “Yo admiraba mucho a mi padre y cuando el cayó en una profunda depresión a mí me invadió su estado de amargura y un cierto distanciamiento…Escribir el Sur para mí era una especie de terapia… Con su escritura desapareció la angustia que me oprimía”

“Me inicié en la escritura por la imitación de mi madre. Ella era una mujer muy distante, se encerraba en su habitación con su máquina de escribir. Escribió mucho pero no publicó nada. Después nació en mí UNA NECESIDAD INTERIOR que me impulsaba a escribir. Mi escritura está siempre relacionada con MI ESTADO INTERIOR. Sólo dejé de escribir en una ocasión, a causa de un fuerte trauma que me produjo un problema de salud de mi hijo pequeño”

“En mis libros intento incorporar EMOCIÓN Y TENSIÓN DRAMÁTICA en las historias. Intento estar más pendiente de la historia contada que de experimentar con nuevas formas de escritura”

“Todas mis obras tienen en común los mismos temas: LA MUERTE, EL AMOR PASIONAL, LA SOLEDAD…supongo que es porque me gustan las situaciones límites”

“Escribo siempre visualizando las imágenes y las escenas. Influencia, sup0ngo, de haber escrito guiones para el cine”

“Escribo para la memoria. Nunca para publicar. Quizás surja de ahí ese lado fascinante y secreto de muchas de mis obras”

“En todos mis libros hay una presencia de la mujer más importante que la del hombre. La figura masculina queda envuelta en un aura de misterio que produce sensaciones de ausencia física, añoranza, presencia de sombras, malos presagios, fantasmagorías, etc
Por el contrario, las mujeres se parecen a las de mi generación. Han tenido que romper más prejuicios que los hombres. Son más duras y más luchadoras y son capaces de incorporar más riqueza de sentimientos y de experiencias. Son más altruistas y portadoras de valores, aunque la sociedad no les haya permitido hasta ahora SER ALGUIEN"

EL SUR. ¿Qué podemos amar que no sea sombra? HÖLDERLIN. Con este pensamiento identifica la autora su novela.

Novela de singular belleza, de una hermosura in definible, una historia casi inefable, difícil de expresar con palabras. Con un recorrido interior lleno de sensaciones, de emociones, tristezas y alegrías…Un drama familiar, de infancia y adolescencia, en ambiente rural, situado al principio de la posguerra española…

La novela cuenta ocho años de la vida de Adriana, (desde los 7 a los 15) en la década de los 50.Una niña nacida en el norte de España que descubre el Sur a través de la vida de su padre y que terminará por entroncar los dos paisajes geográficamente tan diferentes, después de la muerte de él.

A los siete años Adriana siente una profunda admiración por su padre. Lo considera casi un mago, diferente de los demás hombres y capaz de hacer pequeños milagros con su péndulo. Siente por él una especie de amor platónico y desea imitarlo y compartir esos momentos mágicos. No comprende por qué su padre abandonó el Sur, en donde nació, ni por qué se niega a que ella pueda asistir al colegio. Sospecha que su padre oculta un secreto. Para su madre y el resto de la familia, su padre es portador de un MAL de naturaleza desconocida y es necesario rezar por é para, al menos, salvar su alma. Adriana, el día de su Primera Comunión ofrece a Dios su vida a cambio de la salvación de su padre.

A los nueve años, al regreso de un viaje de sus padres al Sur, ninguno de los dos volvería a ser el mismo. El padre, envejecido, irascible u solitario, no volvería a coger el péndulo. La madre, encerrada, lloraba y maldecía.
“Papa me ha dicho que, si no fuera por ti, se pegaría un tiro”

Entonces supe que en su vida había existido otra, mujer…Supe su nombre: Gloria Valle. Por primera vez sentí como si me hubiese abandonado y empecé a tener temor de acercarme a él…

“Cuando seas mayor no te cases ni tengas hijos si es que quieres hacer algo de interés en la vida, aunque solo sea para tener la libertad de  morir cuando quieras” Nunca olvidaré  aquellas palabras suyas desesperadas.

“Al fin pude asistir al colegio. Me sirvió para descubrir mi incapacidad para relacionarme con mis compañeras. Descubrí mi soledad y mi sufrimiento parecidos a los de mi padre y aprendí a vivir en la soledad y el silencio que él nos había impuesto. A veces deseé marcharme muy lejos de casa.
A  los catorce años era ya una mujer. Me sentía más querida por la calle que en casa. “Cada vez me sentía más alejada de ti… solo en sueños aparecías, a veces, luminoso y cercano…Una tarde me encontraste con Fernando un amigo mío que venía a despedirse. Fue la primera vez en mi vida que me has pegado…Aquello fue lo más cercano a la muerte que he conocido…
Poco después todo se derrumbó. Tú te quitaste la vida…mamá se marchó a vivir a su ciudad. Yo fui al sur, con tía Delia, tu hermana
Llegué a conocer a Gloria Valle y a su hijo, mi hermano… y el amor como una sombra, nació entre nosotros”

El encuentro de Adriana con su inesperado hermano menor (el cual ignora su verdadero origen) y finalmente el nacimiento del amor entre los dos adolescentes, provoca el entronque del Norte y del Sur y la resurrección lírica del padre suicida a través de la delicada fusión incestuosa de sus hijos.

El narrador de la novela es la propia Adriana, personaje principal de la misma. Está escrita en segunda persona, dirigida íntegramente hacia su padre en un excelente monólogo interior y en un ambiente de SOLEDAD, TRISTEZA Y NOSTALGIA.

El tiempo de la narración es impreciso, situado entre el viaje de la protagonista a Sevilla tras la muerte del padre y 1981, fecha de la aparición del libro. Adriana regresa al Norte donde nació para visitar la tumba de su padre.

El tiempo del narrador comprende los ocho años de la juventud y adolescencia de Adriana y el momento actual desde el cual y entre las sombras de la memoria y la soledad rememora el enamoramiento platónico, la posterior desilusión y finalmente el perdón y la comprensión de una niña hacia la figura totémica del padre, al que ve al principio como un hombre con propiedades mágicas y finalmente como a un ser trágico cuyo pasado no le deja vivir en paz.

MANUEL JIMÉNEZ


ALEJANDRO HENARES, seguidor de nuestro club, nos ofrece  esta aportación que viene a enriquecer el comentario del libro y el visionado de la película “EL SUR”

LA MAGIA DE "EL SUR"

Desde el mismo momento de su estreno, "El Sur" se convirtió en un clásico del cine. El segundo largometraje de Víctor Erice es una obra maestra en la que imperan la magia, la belleza y la inteligencia. Su perfección queda patente tanto en las inspiradas elipsis temporales como en la construcción de las secuencias por bloques temáticos y el paso de unas a otras.

La proyección de la película "Flor en la sombra", interpretada por Irene Ríos, una supuesta actriz que años atrás se encontró unida afectivamente con Agustín será el principio del fin. Estrella inicia su progreso de destrucción del mito infantil del padre. Agustín retoma una historia de amor llena de frustraciones y fracasos. Para ambos algo ha cambiado en sus vidas a raíz de dicha proyección.

 Es el homenaje más acertado que se le puede hacer al cine, recuperando sin quererlo, esa parte de nuestras vidas. Los homenajes se suceden en los detalles más insospechados: Cine Arcadia, los carteles de "La condesa descalza" o "La sombra de una duda", la petición del prospecto de "Flor en la sombra", etc. Pero ese homenaje encierra a su vez una carta ácida y amarga. Las referencias a la magia del cine, de la supuesta Irene Ríos en su carta a Agustín, con sus juicios negativos para con ese cine creador de fantasías que se truecan en tristes realidades, y el abandono definitivo de la actriz, me hacen recordar el caso real del propio Erice y su relación con el cine.

Realizador que ha hecho tan sólo tres grandes obras maestras por década: "El espíritu de la colmena" (1973), "El Sur" (1983) y "El sol del membrillo" (1992). 

Al final de la película, pasados los años, Estrella, en su conversación con Agustín, hace referencia nuevamente a ese recuerdo de la infancia en que su padre era sorprendido tras su visión de la citada película de Irene Ríos. Los olvidos y los recuerdos componen una de las secuencias más mágicas de toda la cinta, entre reproches mutuos y recuerdos del pasado que abocan a su fin.

Victor Erice demuestra no tan sólo conocer las artes de nuestro siglo, sino además las sabe utilizar en el cine con una justeza de criterio que dignifica su propia esencia. En especial la música y la fotografía. Esta última, y dejando a un lado la excepcional labor desarrollada por José Luis Alcaide (uno de los más grandes fotógrafos del cine español), se inscribe en la película como elemento que o bien nos informa de algo excitante y desconocido (fotos coloreadas de Andalucía) o bien recrean nuestro ego, afirmando nuestra importancia como testimonio de la propia historia (foto de Estrella en el escaparate).
 La utilización de música es mucho más compleja y rica, oscilando entre esas exquisitas piezas de música clásica, hasta el magnífico pasodoble y el doble de tratamiento que recibe, bien como vivencia directa o como punto de evocación y nostalgia.
 Hablar de "El Sur" es hablar de sentimientos, de la nostalgia del pasado, de los sueños, de la tierra, del paso del tiempo, de lo que pudo haber sido y no fue. "El Sur" es una obra impresionante de relevantes valores poéticos y sensoriales, cuya pretendida equivocidad se abre al misterio de la existencia humana.
Como vais a leer "El avaro"  aquí os dejo un enlace que os puede interesar
http://www.rtve.es/alacarta/videos/estudio-1/estudio-1-avaro/867619/

viernes, 12 de mayo de 2017



 LAS CUATRO ESQUINAS  MANUEL LONGARES

El pasado jueves 27 de Abril, nos reunimos para la puesta en común de ideas, criterios y sensaciones que nos había producido la lectura del libro de Manuel Longares Las Cuatro Esquinas, autor poco conocido por la mayoría de miembros de nuestro club de lectura. Su libro causó un rico coloquio y un dinámico debate, creando la quinta esquina con las aportaciones y experiencias personales de lo vivido.

 Su obra no la podemos llamar novela, porque carece de una historia continuada; tampoco son simples relatos, pues los mismos están unidos a una época con una misma intención: una reflexión sobre el franquismo y su herencia. Las Cuatro Esquinas es un libro, indefinible en su género, que nos ofrece cuatro fragmentos de nuestra historia contemporánea.

El primer fragmento comienza en los principios de la postguerra, en un ambiente de pobreza y la angustiosa situación de un matrimonio con un ahijado preso y el miedo a que sea ejecutado; los perdedores siempre vigilados y amenazados. Contrasta con la prepotencia de los vencedores recreándose en su poder. La música quedaba como fondo que acompañaba su dolor.

El segundo fragmento se sitúa a principios de los años sesenta, en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense, donde sólo podían acceder a ella los privilegiados. Narra una sociedad donde comienza el crecimiento de una nueva clase media que ve mejoras y queda esperanzada por las promesas de los varios planes de desarrollo. López Bravo, López Rodó, Alberto Ullastres y el Opus Deis empiezan a tomar el pulso y el orden del país. Hace referencia al asesinato del político comunista español José Grimau, ejecutado por la dictadura franquista.

En el tercer fragmento asistimos a la obsesiva persecución de un policía de corrupta moral hacia un joven católico y agitador universitario. Las Universidades empezaban a quitarse el yugo del SEU y se convertían en hervideros revolucionarios por la democracia, se organizaban asambleas contra el orden franquista... En esos momentos surge una Iglesia de base que se enfrenta con la jerarquía católica casada con el poder franquista, que Manuel Longares nos la sitúa en el Pozo del Tío Raimundo, centro de una acción ciudadana y lucha vecinal por la libertad, donde confluyen los grupos universitarios, obreros y de lucha clandestina de Madrid.

El cuarto y último fragmento se desarrolla en nuestros días, cuando la muerte de un compositor plantea a sus compañeros de tertulia, músicos jubilados, la cuestión de la trascendencia y los sueños no cumplidos. La lectura de esta última narrativa tiene para mí un alto contenido sentimental, pues próximo al año 2008 en que la sitúa el autor tuvo lugar el fallecimiento de mi cuñado-hermano José Chicano, solista de trompeta de la Orquesta Sinfónica de Radio y Televisión, y creador del grupo de Metales de la Orquesta de Radio TV.

PALABRA DE AUTOR

- Afirma al inicio que el autor no es sino un pretexto para que su época se pronuncie...


En el libro prevalecen las etapas históricas sobre los que las vivieron. No hay biografía ni memorias, es la época la que toma la palabra.


- Cada una de las cuatro esquinas ofrece un ciclo histórico. ¿Cuáles fueron más agradecidas y cuáles más arduas de escribir?
- Las esquinas más lejanas fueron las más cómodas de escribir. Las contemporáneas, las más ingratas. 1940, 1960, 1980, 2000... ¿Habrá una quinta esquina?
- Quizá exista una quinta esquina, pero no la alcanzo.
- Longares ha fatigado tanto el Periodismo como la Literatura. ¿Cuál es su preferida?

- Afortunadamente, me he librado de la necesidad del periodismo.

La lectura de Las Cuatro Esquinas crea la Quinta, la que tú, con tus emociones, con tus recuerdos, vas construyendo y piensas que la transición a la democracia no está realizada: siguieron los mismos policías torturadores, los funcionarios falangistas fueron cambiados y mejorados de puesto, el recuerdo del franquismo sigue ahí; él trajo la guerra, nos robó una República y nos puso un Borbón. Nos impregnaron de miedo y nos volvimos apáticos. Hoy, con esta apatía, somos responsables ante una actualidad política vergonzante y corrupta sin límites. Muchos nudos del “bien atado” fueron cortados, pero sus herederos siguen mandando. Con este comentario me hago eco de la primera frase de LAS PALABRAS DE AUTOR, arriba expuestas.

Albacete 9 de Mayo 2017

JUAN JOSÉ JÁVEGA