miércoles, 14 de marzo de 2018


EL SEÑOR PIP DE LLOYD JONES















Isla de BOUGANVILLE,dentro del archipiélago de Islas Salomón que pertenece a  PAPUA NUEVA GUINEA donde se sitúa la acción de esta novela. En 1990 hubo un golpe de estado en esta isla que tiene minas de cobre. Los rebeldes las cerraron , los blancos salen de ella y los soldados cierran las fronteras. Con ello, dejan de llegar víveres y medicinas a este lugar. Hay un hombre blanco que no ha huído con el último barco: el Señor Watt

El señor Pip es una bonita y sugerente historia muy bien contada, que emociona siempre y es posible que se instale en lo más profundo de nosotros mismos. Está contada por una niña adolescente de trece años y de raza negra, llamada Matilda.
Se sitúa en los  cercanos  años ochenta y se publicó en 2010. Es una novela sobre la supervivencia en una guerra civil que se libró en una pequeña isla del Pacífico Sur llamada Bougainville.

No se recrea en los horrores de la guerra, aunque están presentes. Más bien en lo que va quedando en la memoria de la niña.

Hoy nos sorprende comprobar la violencia, primitivismo y crueldad de guerras tan cercanas en el tiempo y tan desconocidas para nosotros.

Es una historia hermosa, tierna, a veces divertida, pero siempre dura, con un final trágico pero que deja una puerta abierta a la esperanza.

Se entremezclan en ella la realidad y la ficción, y está escrita en una prosa poética, y llena de profundo sentido humano.

Resalta el valor de la literatura y de la lectura como elementos que ayudan a llenar la vida de sentido y a sobrevivir, y el valor de la imaginación como lo que nos ayuda a evadirnos en la adversidad y soportar así la dura realidad. Para que esto suceda  es necesario encontrar a alguien que despierte la imaginación y la conduzca hacia abiertos caminos y este es precisamente el señor Watts.

En la novela se pueden distinguir tres momentos que aparecen a veces entremezclados, sobre todo los dos primeros.

El primero es el encuentro con el señor Watts en la pequeña isla de Bougainville,  llena de contrastes entre la miseria mas absoluta y el esplendor natural de una isla del Pacifico.

Matilda está ya sola con su madre. Su padre acaba de emigrar tras perder el trabajo en las minas de cobre.

Entre los que se quedaron en la isla está el señor Watts, un excéntrico y misterioso hombre blanco, que recorre los caminos con una nariz roja y arrastrando un carrito donde va su mujer. Los chicos le llaman Pop Eye, “ojos saltones”.

El señor Watts reabre la escuela y asume el papel del maestro, cuando ya existe una cierta tensión militar. Presenta a sus alumnos su libro favorito: “Grandes Esperanzas” de Dickens y a su protagonista Pip el joven huérfano. Así transciende la dura realidad de la isla y ofrece el conocimiento de un mundo diferente donde Pip va a ser el amigo, el asidero, el modelo para sobrevivir.

El improvisado maestro resulta ser un gran maestro, capaz de entusiasmar a sus alumnos y comunicar la vida a través de algo que él bien conoce  y ama, el libro de Dickens. Reconoce que no sabe todo y teme no ser capaz de responder a sus alumnos, pero sabe llevarlos a encontrar la respuesta.

Admite en sus clases la intervención de las madres de sus alumnos para que su cultura trasmitida no sea la única, y así deja paso a la cultura indígena a través de sus ritos y hechos cotidianos del entorno. Valora y respeta mucho estas aportaciones y a quienes las hacen. Esta actitud a veces le acarreará problemas, y colisión de valores como los suscitados entre la literatura y la religión, el miedo y la imaginación….
Así le sucedía frecuentemente con Dolores la madre de Matilda que tenía como libro de cabecera la Biblia.

Tiene también recursos muy válidos para salir de situaciones conflictivas. Es un verdadero mediador entre el libro y sus alumnos para facilitar su comprensión y abrir su imaginación.

Ama  la naturaleza, al Gran Dickens y a su libro, también a su mujer a quien cuida y a sus alumnos e intenta llegar a lo más profundo de su ser, a su “esencia” y desde ahí llevarlos al conocimiento.

Esta parte del libro es la más amable y donde se muestra el valor de la imaginación para llegar al conocimiento del mundo y de la vida. Son clases muy creativas, ingeniosas, que hacen del enseñar y  del aprender un placer. Dickens, “Grandes Esperanzas” y Pip llegan a ser tan reales como el señor Watts y entran con fuerza en la vida de los alumnos.

Míster  Watts ha conseguido lo que fue su primer deseo ante la Escuela. Que sea un lugar de luz.

En la segunda parte se nos muestra ya con toda su crudeza los horrores de una guerra civil. Las noticias van llegando en forma de habladurías de comentarios.

La imaginación puede ser peligrosa, puede tener consecuencias negativas, asusta. El libro de “Grandes Esperanzas” desaparece. Dolores lo ha escondido por considerarlo un  peligroso. Matilda sabe dónde está pero por lealtad hacia su madre no lo dice, pero escribe el nombre de Pip en la playa como un homenaje. Cuando los soldados del gobierno, ven este nombre, no saben quién es y piensan que es un espía. Lo buscan or todas las casas y al no encontrarlo incendian casas y pertenencias.

 El señor Watts que tiene recursos para todo propone reconstruir un libro nuevo con lo ha quedado de él en la memoria de sus alumnos. Ejerce una vez mas de autentico guía de los recuerdos

La desconfianza de unos hacia otros, la violencia, el odio, la intolerancia, la brutalidad y la destrucción entran en la isla. El fuego es el recurso final de los grupos guerreros. Arden las casas, arden las pertenencias. lo que produce una sensación de desvalimiento total.

Otro grupo de soldados rebeldes vuelve a por el único hombre blanco, el señor Watts. A sus preguntas da explicaciones sobre su vida a lo largo de  siete noches, utilizando referencias del personaje de Pip.

La mujer del señor Watts muere, y a su entierro acuden muchas mujeres indígenas para consolarlo y en su homenaje citan  pasajes alegres de su infancia en la isla. El señor watts decide huir de la isla y se lo propone a Matilda lo que le supone elegir entre su madre o él, para ya no hay tiempo para tomar esa decisión.

Los estragos de la guerra acaban con lo que Matilda ha querido más: con su madre y con su maestro muertos en situaciones denigrantes. Matilda tiene un momento de desánimo de querer abandonar, pero vuelve a surgir Pip que le ayuda a mantener su deseo de vivir, reanimada por el recuerdo de que Pip también en “Grandes Esperanzas” escapó de la muerte.

La tercera parte es la angustiosa salida de Matilda de su isla, de su mundo infantil destruido. Es el momento  del encuentro emocionado con su padre en Australia que ha estado siembre presente en su vida. El momento de la reconstrucción de lo que fue su mundo anterior. Se reencuentra con Dickens, con el señor Wats, con Pip; encuentros a veces decepcionantes y siempre diferente al imaginado, o quizá porque se ve  desde otra perspectiva.

Vuelve a la Escuela, después a la Universidad y ejerce como maestra; siempre busca a Dickens, relee su libro, sigue las aventuras de Pip y comprueba que hay partes del libro que el señor Watts omitió o mejor que cambió `para ellos. Todo le parece más pesado, más aburrido, menos digerible, diferente a como lo vivió.

Busca a la primera mujer de Watts para saber más de su vida, y esta  le define como un hombre débil, no valiente, con una faceta teatral. Totalmente diferente al que ella conoció.

Todo ello le lleva a plantearse, cual es el verdadero señor Watts. El de antes o el que le presentan ahora. Hay algo de desconcierto pero al final…. Se puede ser todo. “Él era lo que necesitaba ser,  lo que nosotros le pedíamos”. “Pip es mi historia, y al día siguiente lo intentaría donde había fallado Pip. Trataría de volver a casa”

Andrew Adamson escribió una adaptación al cine que se filmó en los mismos parajes que describe la novela y que se estrenó en 2013

AURORA SÁNCHEZ LAISECA