martes, 24 de noviembre de 2020

 

HOMENAJE A MIGUEL DELIBES

 Nuestro Blog también quiere sumarse a cuantos celebran la existencia  de uno de los grandes de nuestra Literatura.

Seguramente no aportaremos nada nuevo, o sí,  porque los ecos de la lectura son muy personales.

No podíamos comenzar con mejor pie que trayendo aquí el poema que escribió Pepa Sirvent en el 2007, cuando supimos  del fallecimiento del escritor

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 Torrentes, cascadas de ideas,

se agolpan abrumadoramente.

 Me adentro en el silencio a rescatarte,

allá por los sesenta,

cuando saliste a mi encuentro.

Y sobrecogida por

“La parábola del náufrago”

te he seguido…

 Hoy,

con humildad y respeto,

rendimos homenaje

al escritor

y al hombre:

 admirable, brillante,

cordial, chispeante,

dadivoso, entrañable,

fabulador, gentil,

honesto, infatigable,

jovial, laureado,

llano, meticuloso,

natural, observador,

preceptor, querido,

reflexivo, sensible,

testimonial, único,

vanguardista y Vallisoletano…

 Con la exclusiva herramienta

de la palabra…

 PEPA SIRVENT (Club de Lectura “Doctor Fleming” )

Albacete 25 de enero de 2007

 

“LAS RATAS”–Miguel Delibes

(Valladolid 17/10/1920 – 12/3/2020)

Oportunamente programado, para este curso, hemos comentado, hace unos días, en  pequeño grupo, dadas las circunstancias, el libro “LAS RATAS”  Así se expresa Pepa  a propósito de este texto:

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Resumir en escasos renglones la vida de Miguel Delibes es una tarea complicada, por tanto, me limitaré a reflejar algunos datos y fechas que tienen importante repercusión en su vida y en la grandeza de la Literatura en particular, y de la Cultura en general, porque la vida y la obra de este singular, querido y respetado autor engrandece ambas.

Nacido en Valladolid, realiza allí sus estudios Primarios y de Bachillerato antes de declararse la Guerra Civil, en la que sirvió voluntario. Acabada la guerra, se licenció en Derecho además de cursas estudios en la Escuela de Comercio y en la de Artes y Oficios que le permitieron posteriormente entrar en la Redacción del “El Norte de Castilla”, en donde llegó a ser Director en 1958 y del que dimitió en 1963 por desacuerdos con la censura de Fraga Iribarne, trabajo que compartía con el de Profesor en la misma Escuela de Comercio y posteriormente en diferentes Universidades europeas y americanas.

Publica en 1947 su primera novela, “La sombra del ciprés es alargada” que obtiene el premio Nadal de ese mismo año.

En 1962 publica “Las Ratas”, con la que pretende denunciar y hacer visible la situación de los pueblos aislados de Castilla, que no se le permitía desde las páginas del periódico.

En 1973 es nombrado miembro de la RAE.

En 1974, fallece su esposa Ángela Castro con la que había tenido seis hijos. También se publica “Cinco horas con Mario”, que en 1978 lleva a escena la actriz vallisoletana Lola Herrera…obra y representación que aún perviven con éxito.

En 1981 publica “Los Santos Inocentes”, que será llevada al cine en 1984. Dos éxitos rigurosos y merecidos del retrato de un pueblo sumiso ante una clase dominante.

Se le concede el Príncipe de Asturias en 1982. En 1985 es nombrado “Caballero de las Artes y las Letras de la República Francesa”. En 1991 obtiene “El premio Nacional de las Letras Españolas”

También en ese mismo año de 1991, publica “Señora de rojo sobre fondo gris” que dedica a la memoria de su esposa…Y en 1998, su última novela “El hereje” fue un éxito internacional y reclamo turístico en su ciudad natal a modo de homenaje.

Estos concisos y deshilvanados datos solo son una muestra mínima de un vastísimo legado Literario y Cultural que entidades como la Fundación que lleva su nombre, Universidades de varios países y Centros Culturales cuidan, mantienen y divulgan.

 COMENTARIO.-

En la introducción del texto, el autor se sirve de un versículo de S. Marcos:

“Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos. Y tomando un niño lo puso en medio de ellos…”  (Marcos 9,35-38)

“las Ratas” es una novela corta que como el propio autor afirma, surgió para eludir la censura - que desde el periódico que dirigía no podía hacer notoria y pública – sobre el estado de pobreza y abandono en qué vivían los pueblos apartados de Castilla y de cualquier otro punto de la “España Rural” en los años que van desde el final de la Guerra y la apertura del país a mediados de los sesenta. Por ello, el lugar y los personajes son imaginados y nacidos en la mente del autor, buen conocedor de aquellas circunstancias, pero que resultan identificables a cualquiera que viviésemos aquellos años en un pueblo perdido de la geografía española.

EL TIEMPO de la novela, sin días ni fechas, está marcado por las fiestas religiosas del apretado, milagrero y abundante santoral católico, acompañado de la riqueza del Refranero español. Imposible sustraerse a la sabiduría popular que se desprende de un vivir cada día pendiente de los designios del cielo observados con paciencia y transmitidos de generación en generación…

EL ESPACIO es un desolado paraje regado por un arroyo minúsculo, en el que viven “las ratas” e infinitas especies animales y vegetales compañeras y “amigas” de los hombres que las conocen y las cuidan, que riega huertas humildes y mantiene en pie la figura de tres chopos “mochos”. Un pueblo a medio hacer en el que resulta difícil caminar por sus calles intransitables por el lodo o por el polvo…Y un entorno reseco y rodeado de montes pelados en los que la lejana y desorientada Administración invierte cada año, sin éxito, para repoblar de árboles apoyándose en una leyenda que pretenden transformar en historia…

LOS PERSONAJES tan ricos y tan variados como “el santoral”, se convierten en arquetipos de la “humanidad rural”, analfabeta sobre todo, repartida en clases sociales intercambiables, reafirmada en sus creencias - provengan de donde provengan – y fiel sin matices a la autoridad de la que emanan, apegada a su pequeño espacio del que se siente dueña, lastrada por una economía de subsistencia de la que les impide salir su propia ignorancia y el aislamiento en el que viven…

“El Nini” rompe todas las reglas. Es un niño “listo”, nacido del fruto de un incesto que sobrevive al amparo de una madre que un día enloquece, y de un padre, “el tío Ratero”, rudo, sin más posesión que su habilidad para cazar ratas de agua – como alimento y supervivencia – y una cueva abierta en la ladera de uno de los baldíos y rocosos cerros que rodean un pueblo sin nombre y de irregular composición de la que ninguna autoridad puede arrancarlo.

“El Nini” escucha a sus abuelos y al “Centenario”, observa el cielo y sus ciclos, la dirección del viento y los cambios de la luz, a los animales y a las plantas, los olores de la vida, las conductas de los humanos, sus miradas, sus gestos, y hasta las palabras que no dicen…y de esa sabiduría que nace de la reflexión se aconsejan los habitantes del pueblo…Éstos, todos apodados, componen un rico y vasto mosaico donde coexisten el dolor y la alegría, la esperanza y el fracaso, el poder y la servidumbre, las creencias religiosas y los falsos bulos, la vida y la muerte…La “muerte” que ciega a “el Ratero” en defensa de lo que “es mío”…

EL LENGUSAJE está condensado en poco más de ciento ochenta páginas y miles de palabras. Ni una de más ni una de menos. Imposible adjetivar la amplitud, la belleza y la concreción del vocabulario, la brevedad de los diálogos o la precisión de las descripciones. Imposible no sentir el horror de la enfermedad del “Centenario”, los retorcidos senderos de salvación del “Undécimo Mandamiento”, la perniciosa intriga de “Malvino”, la servidumbre de “Justito el alcalde”, la inmaculada belleza de un amanecer nevado, el fragor de una cruel tormenta, o el horror de la violencia…

¿ARGUMENTO, TEMA, MENSAJE?…Desde mi punto de vista y sin dudarlo, una lección. Una enorme lección de vida. Una lección porque la cuenta un profesor. Y de vida, porque es la vida que ese hombre-profesor conoce tan bien, ama y cuida tanto, y al contárnosla no sólo pretende mostrarnos una durísima realidad que el poder hace invisible, si no que está demandando que se corrijan errores…Quizás por esa razón, “pone a un niño en medio de ellos…”

“El Nini” es el protagonista, pero es también – con la licencia del autor – el narrador de los hechos, que más que narrar, vive y hace vivir al lector. Y así, vamos conociendo como se desarrolla la vida sencilla de los habitantes de un apartado y  encerrado poblado por la geografía que lo rodea, sus alegrías y sus pesares, sus relaciones sociales, sus tradiciones y su cultura, las influencias religiosas, políticas y de clase social que definen a cada personaje, y sobre todo, su relación con la Naturaleza. Y es en este punto donde el autor, sirviéndose de un niño, despliega su verdadero saber y sentir, su potencia como narrador y su sensibilidad como hombre. Y el lector sufre con el dolor de la enfermedad, y sonríe con las pequeñas venganzas del niño, y escucha el canto de las aves o los silbidos del viento, y goza de la visión helada de un paisaje de invierno pero siente el mismo frío que hiela los pies descalzos del niño o el mismo calor que saca a los vecinos a respirar en las noches agobiantes de la canícula, y se hunde en la negrura y la miseria de una cueva habitada por hombres…y finalmente, siente el horror de una ridícula venganza que acaba en muerte.

A pesar de las limitaciones que nos impone la situación sanitaria generada por el “covid 19”, en la reducida “puesta en común”, todos coincidimos en calificar la novela como un texto SOBRESALIENTE…que yo sugeriría, si tuviese oportunidad para ello, incluir en los cursos de Bachillerato de “obligada lectura y análisis”… En un comentario reducido, un miembro del grupo asegura “que está demasiado bien escrita”…

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(Además recomiendo un artículo publicado por Rafael Narbona em septiembre de 2018 en http/elcultural.com)

1 comentario:

Gloria Espinilla dijo...

Pepa, enhorabuena, que bien has resumido Las Ratas, has resaltado la singularidad y los valores que presenta la obra con gran maestría y con un lenguaje muy bello. Me ha gustado muchísimo y un abrazo. Gloria 🌷🌷🌷