viernes, 7 de abril de 2017

LAS PALABRAS DE LA NOCHE.NATALIA GINZBURG

LA AUTORA.

Natalia Levi nació en Palermo (Sicilia) en 1916 pero vivió en Turín desde los tres años. Pertenece a una familia triestina acaudalada. Su padre, de origen judío, ejerce como profesor en la universidad. Su madre, católica no practicante. Ella tuvo una formación laica; sus padres, antifascistas, fueron procesados por sus ideas

En 1938 se casó con Leone Ginzburg de quien tomó su apellido. Intelectual, antifascista, de origen ruso, profesor de literatura rusa en la universidad de Turín. Fue encarcelado por sus ideas en 1934.Cofundador de la editorial EINAUDI junto con Carlo Levi y Cesare Pavese, amigos ambos.
De 1940 a 1943 fueron desterrados por el gobierno de Mussolini a un pequeño pueblo de los Abruzzos. En 1944, con el comienzo de la deportación de los judíos, Leone es detenido y torturado hasta la muerte en la cárcel Regina Coeli de Roma.

Al ser liberada Italia, Natalia se traslada a Roma donde empieza a trabajar en la editorial fundada por su marido. En ella publica sus primeros poemas y relatos.

Novelista, ensayista, dramaturga, traductora y política italiana. Sus primeras publicaciones rebosan desesperación, tristeza y violencia. Sus obras posteriores combinan tristeza con una original comicidad.

En 1969, tras la muerte de su segundo esposo, y siguiendo la estela de las mujeres de izquierdas, comienza a participar en política y en 1983 es elegida diputada por el PCI al parlamento italiano. Allí pudo presentar diversas propuestas de debate, presentes en sus ensayos.

Como traductora traduce a escritores franceses (Proust, Flaubert, Maupassant) y españoles.

Sus escritos se especializan en el microcosmos de las relaciones familiares.

“Diosa de las pequeñas cosas” (las emociones, la memoria, la familia) era desdeñada por algunos de sus contemporáneos por dedicarse a asuntos menores. La “memoria íntima de sus libros” era considerada por parte de sus colegas masculinos una debilidad…”Mujer escritora” “Una más entre los hombres, pero no escribe como los hombres”

“La pequeña sencillez” La escritora nos cuenta en sus libros enseñanzas esenciales que solemos olvidar y cuya recuperación nos procura un hondo consuelo. No nos cuenta nada que no le haya ocurrido o nada que no nos haya ocurrido, y tiene el tono propio de las confidencias entre amigos.

Todas sus novelas arrancan de la realidad. De lo vivido, aunque se muestran como ficción. “La escritura – dice la autora-es un oficio que se alimenta de los días y de los asuntos propios y de las vidas de los demás, aunque también se nutra de sucesos horribles.

La plenitud de los momentos compartidos, el humor y la ternura, la complicidad de las palabras, la mirada compasiva hacia los más próximos, la presencia de la madre, la etapa más oscura de Italia, el transcurso del tiempo, las relaciones familiares en las distintas etapas de la vida…son temas siempre presentes en todos sus escritos.

“LAS PALABRAS DE LA NOCHE”

Publicada en 1960 fue llevada al cine en 2003.La novela, a través de la relación amorosa de una joven pareja, nos presenta la vida en un pequeño pueblo con una fábrica textil en la que trabajan casi todos los vecinos, vinculando la vida del pueblo con la fábrica desde hace más de treinta años. La acción transcurre hacia 1950 y el tiempo real dura un año aproximadamente, de octubre a octubre. Aunque el tiempo de la narración, a través de la memoria de los personajes, retrocede hasta la fundación de la fábrica y va narrando la vida de la familia de FRANCISCI, dueños de la misma a lo largo de este periodo de tiempo.

La Italia fascista forma parte del escenario y telón de fondo de la historia, como el río de la vida que fluye, arrastrando los sueños, deseos y etapas de la vida de todos sus personajes.

Según palabras  de la autora, los lugares y personajes de este relato son imaginarios. Los unos no se encuentran en el mapa y los otros no viven ni han vivido nunca en ningún lugar del mundo. Y ya lo siento, porque he llegado a amarles como si fuesen reales.

La novela es dialogada en su mayor parte, mostrando la autora un perfecto dominio de los diálogos. Cuando narra, lo hace en primera persona, pues se trata de Elsa, el personaje femenino protagonista, quien cuenta la historia.

A través de las conversaciones entre Elsa y su madre, la autora reflexiona sobre lo difícil que resulta la vida en los pueblos pequeños (espacios cerrados y asfixiantes) donde”todos lo saben todo de todos”, y si no lo saben se lo inventan y lo refieren. Estas situaciones reflejan como la excesiva sumisión y aceptación del establecido conduce a la infelicidad y pérdida de la identidad. “La felicidad-dice la autora-siempre nos parece inalcanzable. Pasa, como el agua del río y solo nos damos cuenta, cuando la hemos perdido”

Nos muestra, con suma sencillez, el paso del tiempo, la repetición de las costumbres generación tras generación, las relaciones humanas en las distintas etapas de la vida, de la dificultad para escapar de los convencionalismos sociales con un profundo conocimiento de la vida del pueblo.

Rinde homenaje a su madre y a sus cuatro hermanos, separados por las circunstancias del país. Según la autora, su madre era una apasionada contadora de historias. Y cuando los hermanos se encontraban y se extrañaban las palabras de la infancia bastaban para recuperar toda la antigua relación, llena de ternura, sonrisas, afecto, compasión, espontaneidad y verdad.


MANUEL JIMÉNEZ

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