TERRA
ALTA de Javier Cercas.
Terra Alta es el título de la novela con la que el escritor
extremeño Javier Cercas obtuvo el premio Planeta 2.019.
Y si bien considero a Javier Cercas
(de quien ya hemos y comentado en nuestro club Soldados de Salamina y Anatomía
de un instante), uno de nuestros mejores escritores actuales, no opino de
igual manera acerca del citado galardón ya que pienso –como otros muchos– que
es un premio de muy dudosa “limpieza” pues, en ocasiones, ha pesado más,
a la hora de concederlo, la popularidad del premiado o el oportunismo del tema
a tratar que los propios valores literarios de la obra en cuestión.

Eso sí, una novela policíaca de lo
más tramposa pues deja al seguidor de este género que va reuniendo
pacientemente indicios y pruebas para desvelar el enigma, con la sensación de
que “le han tomado el pelo” cuando el autor ejerciendo como un
prestidigitador y por arte de magia se saca de la chistera, o más bien de la
manga un asesino y un móvil completamente inverosímiles.
Contiene también todos los elementos
que configuran la novela negra: Policías corruptos, abogados marrulleros,
gánsteres poderosos, sádicos sicarios e historias personales más o menos,
oscuras.
Tampoco faltan en ella las
connotaciones políticas:
Unas, antiguas y relacionadas con la
Guerra Civil y más concretamente con la batalla que tuvo lugar en aquellos
parajes a orillas del Ebro, la más sangrienta y decisiva de toda la contienda y
que, según el autor, todavía sigue viva al menos en las conversaciones de los
viejos del lugar.
Otras, de rabiosa actualidad como el
fallido referéndum promovido por Puigdemont y sus consecuencias en la Cataluña
actual.
Acerca de este tema he aquí lo que
dice el Sargento Blai, de los Mossos de Escuadra:
“Yo soy independentista desde que mi
madre me parió, no como esta panda de conversos que nos gobiernan y que nos
dejarán en la estacada en cuando puedan. Pero antes que independentista soy
policía y los policías estamos para cumplir la ley, o sea para hacer lo que
dicen los jueces, y no lo que nos salga de los cojones. Y si los putos jueces
me ordenan que cierre los colegios, yo me pongo en primer tiempo de saludo, me
meto mi independencia por el culo, cierro los colegios y en paz.”
Una reflexión sobre este párrafo:
¿Cuál sería la situación actual en
Cataluña si el Mayor Trapero, juzgado estos días por sedición, y el resto de
los mandos a sus órdenes hubiesen pensado y actuado como el sargento Blai?
Para completar el guiso, Cercas le
añade un último ingrediente:
Los atentados terroristas de
Barcelona y Cambrils ocurridos en 2.017, guiso que, por último sazona con unos
toques de Opus Dei para que no le falte de nada.
He dejado para el final al
protagonista –Melchor Marín–, tipo torturado y contradictorio donde los haya, compendio, de los dos
personajes principales de Los Miserables –El hampón Jean Vanjean, más
tarde reconciliado con la sociedad y su empedernido perseguidor el implacable
inspector Javert–, obra ésta, omnipresente a lo largo de casi toda la novela.
Melchor, tras una juventud delictiva
gracias a la influencia de la lectura de Los Miserables decide hacerse
policía consiguiendo, por medios poco limpios, entrar el el cuerpo de Mossos de
Escuadra y allí y a pesar de sus, a veces, poco ortodoxos métodos, se gana el
aprecio de sus jefes gracias a su heroísmo y sagacidad.
Aparte de una lectura bastante
amena, Terra Alta me ha llevado al firme compromiso de leer Los
Miserables, lectura (a muchos les ocurre lo mismo con El Quijote) que he ido posponiendo una y otra vez por
conocer sobradamente su argumento a través del cine, la radio o el teatro.
JUAN CUERDA
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