LA BUENA TIERRA. PEARL S. BUCK
Autora: Pearl S. Buck, publicado en 1931. Es
el primer libro de una trilogía sobre una familia China durante tres
generaciones, que fue llevado al cine en el año 1937.
Es una
novela que refleja la situación de la sociedad rural china antes de la
revolución comunista. Es un relato con un lenguaje muy sencillo y fácil de
leer, escrita en tercera persona, siempre desde la perspectiva del principal
protagonista Wang Lung: todos los personajes y los hechos están narrados desde
su punto de vista, sus emociones, desde sus sentimientos...

Wang
Lung es un humilde labrador que vive en una pequeña aldea, en una casa de
tierra con tres habitaciones, dedicado a cultivar la tierra y a cuidar de su
padre. Es una buena persona con grandes valores humanos como se revela a lo
largo del relato.
La
historia comienza el día que va a recoger a la que será su esposa a la ciudad
próxima a su aldea. Casamiento que como en todas las familias chinas ha
acordado su padre y ha elegido para él una esclava de la gran casa Hwang, que
no es bonita, que tiene unos pies grandes, porque según el padre “así será una
mujer con capacidad de trabajo y pocas exigencias”, esto liberará al hijo del
trabajo diario del cuidado de la casa, de la atención al padre y además podrá ayudar en el campo.

Él se
siente satisfecho y agradecido porque se da cuenta de la gran fortuna que ha
tenido con esa mujer, le ha dado muchos hijos y le ayuda en todo sin pedir nada
a cambio, pero no se lo dice en ningún momento porque en ese medio cultural se
consideraba algo indigno que el hombre le dijera a una mujer lo que valía, se
le consideraría como un hombre débil .
O’Lan
se convierte en una pieza clave para la supervivencia de todos, ha sido una esclava desde los siete años cuando
la vendieron sus padres en otra época de gran hambruna, lo que le enseñó a
luchar y sobrevivir frente a las dificultades. Esto la hará tomar en algunos
momentos decisiones importantes: matará al buey para que sus hijos no mueran de
hambre; orientará a su marido en la compra de nuevas tierras; va a saber
conducir a sus hijos para enfrentarte a la miseria, les enseñará a pedir para
no morir de hambre; les dará de comer un trozo de carne, frente a la oposición
del padre, porque uno de los hijos lo ha robado, es un alimento y no lo puede
desaprovechar cuando están hambrientos; gracias a un golpe de fortuna en una
revuelta popular dentro de un palacio, va a “robar, llevarse” unas joyas que
encuentra, lo que les permitirá salir de la penuria, volver a su tierra y
alcanzar una situación económica desahogada que le llevará a Wang Lung a
comprar nuevas tierras; le permitirá
poder educar a sus dos hijos mayores; construir una casa nueva; contratar
trabajadores para sus tierras.
Cuando
Wang Lung logra una gran fortuna trabajando en sus tierras, con la ayuda de
O’Lan y de su amigo Ching, comienza a imitar el comportamiento de los hombres
ricos, deja de trabajar directamente en el campo, primero por una gran
inundación y después porque ya tiene trabajadores que lleven la tierra. El ocio
le lleva a la ciudad, a visitar las casas de te, a dejarse influir por la vida
fácil, los malos consejos de su tío y a desear a las mujeres bonitas,
enamorándose perdidamente de Loto una concubina que hará su segunda mujer, ahí
comenzarán nuevas dificultades, se hará patente su insatisfacción y su
desprecio hacia O’Lan, ya que se da cuenta (rechaza) su fealdad y rudeza y con
gran egoísmo la desprecia.
La
mejora económica no supone ninguna ventaja para ella, sigue haciéndose cargo de
todos los trabajos derivados de la familia y del mantenimiento de la casa, pero
sabe mantener su dignidad y separar la presencia de la segunda esposa en la
casa, con la vida de su familia a pesar del gran sufrimiento que ello le
supone.
Solo al
final de la obra y cuando Wang Lung se
hace consciente que O’Lan se muere, la
acompaña hasta el último momento y le surgen remordimientos por su falta de
reconocimiento de su primera mujer, aunque en el fondo piensa que ha sido un
buen marido porque nunca la ha golpeado.
El
hecho de alcanzar un reconocimiento social y riqueza no satisface a Wang
Lung, no es feliz cuando se traslada a
vivir a la casa grande por decisión del hijo mayor; no consigue que se
entiendan sus hijos y nueras, al final de su vida volverá a su casa en el campo
con Flor del Peral, una joven esclava que ha comprado y que lo aprecia por su
bondad y que será la persona que se responsabilice, cuando él falte, de la hija mayor, “la pobre tonta”
como el la llama y por la que siente un gran cariño
La obra
a través de sus numerosos personajes hace un relato de las costumbres y
tradiciones chinas y de su valores supremos:
-
La
veneración y respeto por los ancianos, por su sabiduría, aunque también deja
traslucir la tiranía que imponen en todos los aspectos sobre los hijos, tomando
por ellos todas las decisiones personales claves: trabajo, estudio, elección de
esposa, etc.
-
La
permanencia de todos los hijos varones de la familia en la casa del padre con
sus familias.
-
El
mantenimiento y cuidado de toda la familia extensa del padre, que en la obra se
va revelar como un gran inconveniente por el egoísmo, la falta de laboriosidad
para mantener a su familia con su propio trabajo de un hermano del padre y de
su familia, que les lleva a convertirse en parásitos y depredadores de la
familia de Wang Lung porque viven todos a su costa
-
El
valor del propio trabajo para progresar en la vida.
-
Su
respeto y vinculación con la tierra que para los campesinos chinos supone su
máxima riqueza.
-
El l
estoicismo frente a la adversidad
También
están muy bien descritas las grandes
limitaciones que suponen esas y otras tradiciones:
-
La
valoración del poder de los dioses en los que creen, ya que piensan que van a enfurecerá y a castigarlos con
nuevas desgracias si se enorgullecen de las cosas buenas que les pasan, lo que
les lleva a una gran hipocresía en sus relaciones tanto con ellos, como entre
las personas.
-
La desvalorización de la mujer,
consideran
una desgracia tener una hija: ante la adversidad son vendidas como esclavas o incluso
asesinadas. Este será un dato relevante de la bondad de Wang Lung, porque en el
momento de gran hambruna, no vende a su hija. Las mujeres en la sociedad china
son las responsables del mantenimiento de todas las labores del hogar tanto de
su familia como de la familia extensa, como esclavas, como concubinas, o en las
casas ricas, como objetos bellos responsables de darles hijos.
-
La gran dependencia de la
opinión de los demás, del
qué dirán vecinos, familiares, etc
-
Las
grandes distancias entre clases sociales y el servilismo que ello supone a las
clases más desfavorecidas.
Hay
muchos otros personajes que completan este relato presentando prototipos
humanos universales. La descripción de todos ellos son notables, con sus luces
y sombras, sin juicios de valor ni maniqueísmo, la avaricia, el odio, el
rencor, la dulzura, el amor, la ternura están contemplados con sencillez como
parte de la vida y de la naturaleza humana.
Está
muy bien elegido el título del relato “La buena tierra”, es la auténtica protagonista
de la novela, como dice el padre de Wang Lung “de la tierra salimos y a ella
volvemos”, nadie puede robarnos la tierra si sabemos conservarla. Esta va ser
una de las grandes desilusiones de Wang Lung al final de sus días, cuando
percibe que los hijos venderán la tierra cuando el muera, “piensa que eso será
el fin”; los hijos se sonríen por encima de su cabeza, diciéndole al mismo
tiempo que esté tranquilo...
Otra de
sus grandes preocupaciones va a ser el futuro de la hija mayor, “la pobre
tonta” hacia la que manifiesta durante toda su vida una gran ternura.Será Flor
del Peral a la que elegirá para acompañarle a la casa del campo en la que
decide volver para pasar el final de sus días, quien la cuide
Me
parece importante resaltar como resumen de este relato, rico en matices, que
describe muy bien el ambiente social de miseria y hambruna que desembocará en
la Revolución China y, sobre todo, que presenta en sus dos principales
protagonistas, las características universales que mejor definen a las buenas
personas: responsabilidad por su familia y por su trabajo, gran laboriosidad,
dignidad y respeto por los valores que rigen sus vidas, capacidad de soportar y
superar la adversidad, estoicismo: fortaleza y dominio de ellos mismos,
sabiduría frente a las circunstancias que se plantean en la vida.
Por último señalar que ha
habido una valoración unánime y muy positiva del libro por parte de todos los
componentes del grupo, lo que ha generado un debate muy enriquecedor e
interesante.
GLORIA ESPINILLA
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