viernes, 24 de mayo de 2013

JOB. JOSEPH ROTH



Aunque la literatura centroeuropea parece estar en boga hoy, muy pocos en el club conocíamos la obra de Joseph Roth  uno de sus nombres más representativos. Este “judío oriental en busca de patria”, según lo caracterizó Marcel Reich-Ranicki, dejó tras de sí veinte narraciones e infinidad de crónicas que reflejan a la humanidad en un fin de mundo.

En pocos autores se hace tan necesario como en Roth no separar la vida de la obra. Su vida es complicada y dura, al punto de que su devenir existencial marcó definitivamente su obra.

Su biografía ciertamente estuvo erizada por continuas penalidades. Se lo confesaba a Stefan Zweig en carta fechada en noviembre de 1935: “Tengo 41 años. Durante quince he comido pan a secas. Luego vino el pan con mantequilla. Luego vino la guerra. Luego vinieron diez años de subsistencia. Luego vinieron los anticipos. Periodismo. Trabajo repugnante. Humillación”.

Sus problemas comienzan en el propio nacimiento, con un padre que  abandona a su madre antes de nacer él y que luego terminó perturbado. Lo cierto es que el fantasma paterno se enseñoreó de él hasta sus últimos días, como lo atestigua otra carta a Zweig de julio de 1934: “¡Si supiera usted bien cómo me va! ¡Qué rodeado estoy de tinieblas! Temo cada día por mi juicio y vuelven los presentimientos que no había tenido desde mi adolescencia, de que me volveré loco a la misma edad que mi padre. ¡Sufro aterradoramente, mi querido amigo! Y trabajo para huir”.

A su propia vida personal  se sumó la relación con su esposa cuyos desequilibrios  psicológicos supusieron para Roh el inicio de un viacrucis interminable, de una prueba excesivamente dolorosa. Internada en psiquiátricos, al final, fue objeto de la eutanasia de los tiempos nazis.

La vida y en consecuencia la obra de Roth se resisten a interpretaciones unívocas. Las ambivalencias están presentes tanto en su propia evolución ideológica como en el hecho de que su desequilibrio- desde los 23 años bebió cada vez más compulsivamente, hasta su destrucción final- apenas se trasparentaran en su escritura
 El hombre que en los años 1920 firmaba Joseph el Rojo defendiendo tesis socialistas, al final de su vida, defiende y se adscribe a la anacrónica corriente de los monárquicos más sectarios.

Una  línea es clara en muchas de sus obras. Roth es el escritor de los más desfavorecidos, el narrador de mundos que se vienen abajo.
En Job (1930) describe una biografía triste. También Job es la historia de un desencanto. La novela narra la andadura de una humilde familia judía de Zuchnow, una pequeña localidad por aquel entonces rusa. En el protagonista Mendel Singer el autor recrea la historia de Job. Como el personaje bíblico, también Mendel Singer es un hombre que se cree piadoso y recto, que confía plenamente en el Dios bondadoso y cree ciegamente en el sentido oculto de los designios divinos. La modesta vida que le permite llevar su sueldo de maestro, con el que debe alimentar a su mujer Deborah y a su descendencia, transcurre con cierta tranquilidad hasta el nacimiento de su cuarto y último hijo, Menuchim.

 El benjamín de la familia es un niño tullido, que con su enfermedad sumirá a los padres en la tristeza más profunda. El infortunio de los Singer va en aumento al ser llamados a filas sus otros dos hijos varones y acaba de colmarse cuando su hija se entrega a sus amoríos con cosacos, amoríos que el padre desea cortar de raíz.
La carta de uno de los hijos, que les informa de su deserción y de su nueva vida en los EEUU y les invita a seguirle llega en el momento justo. La familia emigra a América y deja atrás a Menuchim, al cuidado de una joven pareja.

 Estalla la guerra y las desgracias se suceden cayendo como una plaga sobre ellos: el hijo americano se alista voluntario y pierde la vida en la contienda, el otro sirve al zar y se da por desaparecido, la madre muere como consecuencia de la noticia y la hija enloquece. Mendel Singer se rebela contra Dios. Le declara la guerra a un Dios desconsiderado e injusto al que acusa de cruel y de cebarse en los más débiles. Mendel Singer pierde su fe, deja de rezar, destierra a Dios de su corazón y abomina de Él. Su mundo interior se ha desmoronado. El final, feliz a pesar de todo, casi de cuento de hadas, no resta calidad al genio narrativo de Roth.
Como hemos dicho  antes, Roth cargó toda su vida el duelo por la locura de Friedl, su esposa, y ese duelo se advierte en la parte más importante de Job, constituye el aliento de sus mejores páginas. Mientras escribía la novela Friedl deliraba en el otro cuarto. Así la descripción de la locura de Miriam es, sin duda, la de Friedl. Y en el milagro del hijo retrasado mental que reaparece en Nueva York convertido en un gran músico, respira la esperanza de la curación milagrosa. 

¿Qué decir de su estilo? Tanto en su narrativa como en el periodismo, cuajó una de las prosas más acrisoladas y brillantes surgidas en Austria en la primera mitad de siglo y eso, que tuvo  compatriotas de la talla de Musil, Broch, Zweig, Doderer o Hofmannsthal). “Supo, en definitiva, sobreponer su estatura de artista supremo por encima de los remolinos que constantemente corrían bajo sus pies”
El autor moldea a los personajes con magistral sutileza y sabe hacer del lenguaje literario una exquisita herramienta. Da vida a las emociones más inasequibles. Roth pone de manifiesto los recovecos más recónditos del alma de sus criaturas con la mera insinuación de un gesto, sabe captar y transmitir como nadie lo etéreo, lo sublime, lo inmaterial. Es el maestro de lo intangible.

Es casi increíble que a través de un cúmulo de desgracias  fuera capaz de crear tanta belleza

BIBLIOGRAFIA  DE  JOSEPH ROTH ( editados en España)

  • A diestra y siniestra, Anagrama, 1982
  • El anticristo: un alegato moral contra la barbarie, Península, 2002.
  • El busto del emperador, Acantilado, 2003.
  • Las ciudades blancas, Minúscula, 2004
  • Cartas (1911-1939), Acantilado, 2009.
  • Confesión de un asesino, Anagrama, 1997
  • La Cripta de los Capuchinos, Acantilado, 2002.
  • Crónicas berlinesas, Minúscula, 2006
  • El espejo ciego, Acantilado, 2005
  • La filial del infierno en la tierra, Acantilado, 2004.
  •  Fuga sin fin, Acantilado, 2003
  • Hotel Savoy, Acantilado, 2004.
  • Jefe de estación Fallmerayer, Acantilado, 2008
  • Izquierda y derecha, Ediciones Barataria, 2010.
  • Job, Bruguera, 1981.; Acantilado, 2007
  • Judíos errantes, Acantilado, 2008
  • El juicio de la historia: escritos 1920-1939, Siglo XXI de España, 2004
  • El leviatán, Siruela, 2003.
  • La leyenda del santo bebedor, Anagrama, 1999, prólogo de Carlos Barral
  • La marcha Radetzky, Círculo de Lectores, 2004.; Edhasa, 1994.
  • La noche mil dos, Anagrama, 1992.
  • El peso falso, Siruela, 2003.
  • Primavera de café. Un libro de lecturas vienesas, Acantilado, 2010
  • El profeta mudo, Montesinos, 1982. Acantilado, 2012.
  • La rebelión, Seix Barral, 1984.; Acantilado, 2008.
  • Tarabas, Seix Barral, 1983.; Acantilado, 2007
  • La tela de araña, Acantilado, 2001
  • El triunfo de la belleza, Acantilado, 2003
  • Crónicas berlinesas, Minúscula, 2006.
  • Viaje a Rusia, Minúscula, 2008.
  • Zipper y su padre, Sirmio, 1996
 
ISABEL































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