miércoles, 6 de marzo de 2019


TODO SE DESMORONA. Chinua Achebe


“Todo se desmorona” narra la historia de Okonkwo y de su familia, a través de las vicisitudes que les van ocurriendo, nos describe la cultura del pueblo igbo, situado al este de Nigeria, y nos ofrece una visión de África, antes y durante el proceso de colonización por parte de Inglaterra.

El libro está dividido en tres partes. En la primera, que comienza cuando Okonkwo tiene unos 38 años, lo describe como un hombre fuerte, valiente, laborioso, prestigioso, que se ha hecho a sí mismo gracias a, sus triunfos personales como guerrero (venció a Amalinze el Gato con 18 años; ha cortado unas cuantas cabezas; ha sido enviado por su clan a Mbaino como emisario de guerra, porque han matado a una mujer, volviendo a los dos días con una virgen (que será la nueva esposa del viudo), y un chico de 14 años, Ikemefuma que se quedara a vivir en su casa 3 años) y sobre todo a su trabajo.

Describe a Okonkwo en oposición a su padre, Unoka, huyendo de su imagen y de su fama de haragán, improvisador, parlanchín, derrochador y acumulador de deudas (le gustaba vivir a costa de los demás), que dejó a su familia en la pobreza y sin ninguna posesión. Durante toda su vida se sintió avergonzado de él porque murió sin haber conseguido ningún título, lo que hizo que fuera considerado como agbala, palabra que sirve para designar a las mujeres y a los hombres sin título. Todo esto, junto al miedo al fracaso, le ocasionará a lo largo de su vida grandes problemas porque le lleva a odiar a todas las personas que él considera que tienen esos atributos.

Okonkwo se ha ganado su prestigio trabajando en el campo todos los días de sol a sol. En su casa se refleja su prosperidad, su cabaña, su “obi” es un recinto amplio, rodeado por un ancho muro, que tiene en la parte de atrás una cabaña y un corralito con gallinas para cada una de sus tres esposas, y en los extremos, un granero, con grandes montones de ñames (raíz grande tuberculosa, base de la economía del pueblo igbo) y un recinto para las cabras, aparte un pequeño santuario donde guarda los símbolos de madera de su dios  personal y de sus espíritus ancestros, a los que rinde culto con ofrendas (nuez de cola, comida y vino de palma) y les reza por él, por sus tres esposas y sus ocho hijos.

Pero Okonkwo es un hombre de trato duro, en algunos  momentos brutal, porque odia y teme todo lo relacionado con la ociosidad, la debilidad y el miedo al fracaso; esto le hace muy irascible y odiar las fiestas. Responde a los suyos con gran violencia ante la mínima sospecha de debilidad o haraganería. Sus esposas y sus hijos le temen, sobre todo su hijo mayor, de 12 años, es un niño triste porque le golpea habitualmente. Llegando al extremo de participar en la muerte de Ikemefuna para que nadie del clan pudiera considerarle cobarde, cuando miembros importantes del clan le habían eximido de participar.

Junto a esto también muestra su lado más humano cuando Ikemefuna no come porque quiere volver a su aldea; cuando la hija de su segunda esposa  Ezinma cae enferma y va a buscar hierbas para curarla…. También es muy significativa del valor que le dan a la amistad entre los hombres en la relación que establece con Obierika, un hombre sabio, que sabe aconsejarle y ayudarle en la adversidad.

En toda esta primera parte hay hechos y anécdotas que ponen de manifiesto el gran valor que dan a los proverbios y a los relatos, de hechos de guerra si los hacen los hombres, los de las mujeres estaban más relacionados con hechos de la naturaleza, con costumbres o de carácter moralizante.
Describe la organización social, cuál es el papel de cada uno en el clan, que fiestas celebran antes de sembrar la tierra, como la Semana de La Paz que ningún miembro del clan puede violar ni siquiera elevando la voz a un vecino (antiguamente cuando un hombre violaba La Paz lo arrastraban por toda la aldea hasta que se moría) y de qué forma se llevan a cabo; que es lo que está permitido y prohibido; cuál es el procedimiento a seguir para contraer matrimonio; como aplican la justicia frente a las infracciones, bien los sacerdotes de las diferentes diosas, bien los 9 hombres enmascarados (hombres de prestigio que no se pueden desenmascarar, esto es un delito muy grave castigado con la muerte). En todas estas situaciones se pone de manifiesto la dureza e injusticia de muchas de sus costumbres: abandonaban a los gemelos en el Bosque Maligno, lugar del clan en el que estaban los malos espíritus, porque consideraban que eran una ofensa y había que destruirlos.

En una de esas ceremonias y ritos, en el entierro de Ezeudu se le escapa un tiro a Okonkwo y mata accidentalmente a un hijo de este. Matar a un hombre del clan era un delito contra la diosa de la tierra y el hombre que lo cometía tenía que huir del lugar con toda su familia. El delito podía ser de dos tipos, macho o hembra. El de Okonkwo era hembra, porque había sido accidental. Podría regresar al clan pasados siete años.

Obierika y algunos amigos acudieron esa noche a ayudarles a recoger todo y a consolarles, antes de cantar el gallo abandonaron la aldea huyendo hacia la aldea en la que nació su madre, Mbanta. Al amanecer hombres de Ezeudu derribaron y quemaron las cabañas de Okonkwo, mataron a los animales y destruyeron el granero.

Termina la primera parte con el llanto y la reflexión de Obierika sobre lo ocurrido ¿Por qué había que sufrir tanto por un delito cometido accidentalmente? Pensó en ello mucho rato y no halló respuesta, solo mayor confusión. Se acordó de los gemelos de su esposa que él había tirado. ¿Qué delito habían cometido?. Si el clan no ejecutaba el castigo se desataría la cólera de la diosa de la Tierra contra todo el clan, “si un dedo tenía aceite, manchaba a los demás “.

La segunda parte describe el destierro de Okonkwo, cómo es recibido él y su familia por el hermano menor de su madre, Uchendu, cómo  le ayudan a construir su casa;, hacen ritos para expiar su pecado; le facilitan todo para sembrar de nuevo, pero a Okonkwo le falta el ánimo, “es como aprender a ser zurdo en la vejez”. Se ha roto su sueño de llegar a ser  un hombre importante en su clan. El hermano de su madre preocupado por su desánimo, lo reúne junto con sus hijos y le dice que tiene la obligación de consolar a sus esposas y a sus hijos, de valorar la familia que tiene ahora que le va a ayudar a volver a Umofobia después de 7 años.

En el segundo año de destierro recibe la visita de Obierika, le lleva todos los cauris obtenidos por sus ñames y le asegura que continuarán haciéndolo el los próximos años. Le cuenta que la aldea de Abame ha sido destruida por la aparición del hombre blanco.

Obierika vuelve a visitarle dos años más tarde y le comunica que su hijo mayor, Nwoye se presentó en Umofobia con los misioneros. Okonkwo se niega a hablar de su hijo, es la primera esposa la que le explica lo ocurrido: la nueva religión ha dado respuesta a muchos de los interrogantes que atormentaban su alma desde hace mucho tiempo (muerte dé Ikemefuna, llanto de los gemelos…)
Cuenta la llegada a Mbanta de los misioneros blancos que les piden un terreno para construir su iglesia. El clan les da una parte del Bosque Maligno, cuando pasan 7 semanas y no están muertos como ellos esperaban, se quedan desconcertados ¿Qué está pasando?. Los parias, la gente que está rechazada por el clan, se siente acogida por la nueva religión. Nwoye empieza a visitarlos, cuando se entera Okonkwo le da una gran paliza, las mujeres y los niños lloran pero no se atreven a intervenir, llega Uchendu y le obliga a parar, Nwoye huye a la escuela que los misioneros han abierto en Umofobia donde le enseñan a leer y a escribir.

Al acercarse el séptimo año, momento de la partida hacia Umofobia, Okonkwo organiza un gran banquete para agradecer la acogida y ayuda de sus parientes y despedirse de ellos. Reúne a toda la familia de su madre. En el banquete uno de los miembros más ancianos del clan da las gracias a Okonkwo por su generosidad “Ojalá todo lo que has sacado aquí te sea devuelto con creces” Señaló a los miembros más jóvenes sobre la importancia de los vínculos de parentesco y les advierte de los peligros de la nueva religión que permite a un hombre abandonar a su familia.

La tercera parte habla de la vuelta a Umofobia, repasa todo lo planeado por Okonkwo durante los últimos 7 años. Sabe que ha perdido su puesto entre los nueve espíritus enmascarados que administran la justicia del clan. Ha perdido la posibilidad de alcanzar los títulos más altos del clan, así como la de dirigir a su aguerrido clan contra la nueva religión.

Pero no lo ve todo perdido, se siente con fuerzas para reconstruir su recinto, hacer un granero más grande, dos casas más para dos nuevas esposas. Luego se propone casar a sus dos hijas mayores con hombres importantes, e iniciar a sus hijos en la sociedad ozo, el nivel más alto de su clan.
Todo ello se va a venir abajo cuando comprueba que la nueva religión se ha adueñado de parte de los hombres de su clan. Además han traído una nueva forma de poder y justicia que no tiene para nada en cuenta sus reglas, sus normas, sus principios y que castiga de forma arbitraria lo que sucede en su aldea.

Y lo que es más doloroso, comprueba que no todos los miembros del clan tienen los mismos sentimientos hacia la nueva situación, ya que han instalado una nueva factoría y de esta forma el aceite de palma y el maíz han adquirido mucho valor lo que ha enriquecido a la aldea.

Mientras permanece el padre Brown, respetuoso con las costumbres del clan, no se generan conflictos, pero cuando el vuelve a Inglaterra porque enferma, viene otro hombre muy rígido en sus planteamientos e intolerante con sus creencias y sus costumbres. Okonkwo organiza un grupo de hombres para echar al misionero y quemar la iglesia, lo que tiene graves consecuencias, los hombres son apresados y encarcelados, se burlan de ellos y los maltratan, además de haberlos llevado engañados ante el juez.

Okonkwo vive todos estos hechos como una degradación de la virilidad y del valor de los hombres de su pueblo, considera que se han vuelto cobardes y afeminados, lo que él  más rechaza. Mata a un hombre blanco cuando los agentes tratan de disolver la reunión. Escapa y se ahorca. Los hombres del clan no pueden tocarlo, porque el suicidio es un acto abominable, por lo que solicitan ayuda a los hombres blancos para descolgarlo y enterrarlo, porque ellos lo tienen prohibido.

Resumir un libro como este no ha sido una tarea fácil. Por el interés y la gran cantidad de hechos que contiene cada una de las tres partes del libro para comprender al pueblo igbo y las consecuencias de la colonización impuesta por la fuerza,  de un pueblo sin tener en cuenta su visión del mundo, sus valores, sus creencias, la organización social y económica que la sustenta.
En el vivo debate que se suscitó en el grupo se reflejaron temas muy interesantes:
·         Es una sociedad cerrada en sí misma que cree que todo lo que viene de fuera es malo.
·         Predomina una identidad colectiva – la identidad del clan por encima de la individual

·         El libro ayuda a reflexionar sobre la necesidad de revisar de qué forma se podria  transmitir el progreso sin someter a los pueblos primitivos.

·         El texto ha logrado el objetivo del autor: quiere que el mundo conozca las raíces de África, porque no hay documentos allí que permitan conocerla. Que se conozca tal y como es con sus valores y sus defectos. Lo narra con objetividad, de forma desapasionada, en tercera persona.

·         Está maravillosamente escrito, tiene la belleza de la narración oral y la oscuridad de las sociedades rurales.

·         Muy bien tratado a nivel literario y a nivel filosófico.

·         La lectura del libro ha enriquecido nuestro conocimiento de África y nos ha motivado a seguir profundizando en ese conocimiento con la lectura de otros libros de Achebe y también se hizo la propuesta de conectar con el club de lectura que lee sobre temas africanos para compartir esta experiencia.


Por último es necesario resaltar el contenido del prólogo en el que se hace un atinado análisis de todo su contenido,  de los objetivos que el autor se proponía y lo que ha supuesto tanto para el pueblo africano como para Occidente.

Compartimos la opinión de la autora del prólogo, la obra de Achebe ha sido muy importante tanto desde el punto de vista literario, ya que muchos novelistas africanos pudieron encontrar en las obras de Achebe el espacio imaginario para sus propias obras; como desde una perspectiva ética y filosófica para transformar la mirada de los africanos sobre sí mismos, y la mirada del resto del mundo con respecto de África. Ha alcanzado uno de sus deseos más transcendentales: “ayudar a los propios africanos a recuperar la fe en ellos mismos y superar los complejos años de denigración y auto desprecio.

Marta Sofía López dirige palabras muy duras hacia el mundo occidental, afirma que como sigue necesitando para mantener su estructura socioeconómica de los recursos materiales y humanos de África, no ha tomado medidas de apoyo para la independencia y el desarrollo de los pueblos africanos, por el contrario ha apoyado gobiernos nefastos para seguir manteniendo el subdesarrollo y ha contribuido a minar las propias fuerzas sociales, económicas y espirituales de dichos pueblos. Termina su prólogo diciendo que gracias a la obra de Achebe y de otros autores africanos, las historia de África ya no está solo narrada desde el punto de vista de los pueblos “civilizados.

GLORIA ESPINILLA



REFRANES Y PROVERBIOS EN “TODO DE DESMORONA”




Un hábito común en todas las civilizaciones es la utilización, tanto en el lenguaje oral como en su representación literaria, del uso de refranes, proverbios y frases hechas.
En el caso de “Todo se desmorona” es tan evidente dicho uso que incluso podríamos compararlo con el que Sancho –tipo aficionado a los refranes donde los haya– hace en “El Quijote”.

He aquí algunas muestras sacadas de la obra de Chinua Achebe:



“ Si un niño se lava las manos podrá comer con los reyes.”
Si un hombre se esfuerza puede conseguir lo que se proponga.

“Cuando brilla la luna, hasta al lisiado le entran ganas de dar un                                        paseo”
En momentos de fiesta hasta los viejos recuerdan su pasada juventud.
                   
 “Un sapo no corre de día sin que haya una razón”
Viene a decir que nadie corre ningún riesgo sin una buena motivación.

“Una vieja se siente incómoda cuando se mencionan huesos secos                                  en un proverbio”
A nadie le agrada que se hable de algo relacionado con algún defecto propio.

 “Cuando se mira la boca de un rey nadie diría que ha mamado alguna                               vez del pecho de su madre”
Denuncia que mucha gente importante oculte, o trate de ocultar, sus orígenes.

 “Al pollo que se convertirá en gallo se le nota ya el día que rompe el                                cascarón.”
Algunas personas, para bien o para mal, ya muestran sus inclinaciones desde muy              pequeños.

 “Cuando la vaca come hierba, las terneras no apartan la vista de su                                 boca.”
Relacionado con aquellos que saben aprender de la experiencia de los mayores.

“ Si un dedo tiene aceite mancha a los demás.”
Relacionado con las malas compañías.

 “Hay forasteros que lloran más fuerte que los familiares del difunto.”
Dedicado a aquellos que siempre quieren ser “el niño en el bautizo, el novio en la                  boda   y el difunto en un funeral.”

 “Nunca te cites de madrugada con hombre que ha tomado nueva                                    esposa”
Sobre la puntualidad de ciertas personas.

“Eran hombres que vendían el machete y llevaban la vaina al combate.”

Referencia a hombres como aquel Abundio que vendió el coche para comprar                      gasolina.

JUAN CUERDA






No hay comentarios: