miércoles, 6 de diciembre de 2023

 

EMILIA PARDO BAZÁN – Biografía

 


"Los sentimientos no los elegimos se nos vienen, se crían como la maleza que nadie planta y que inunda la tierra"

 


Hija de José María Pardo-Bazán y Amalia María de la Rúa-Figueroa, condes de Pardo-Bazán, título que heredó en 1890. Su infancia y adolescencia transcurren en Galicia y allí escribe versos que publica en el “Almanaque de Soto Freire”. En 1868 se casa con José Quiroga, todavía estudiante, y el matrimonio se traslada a Madrid cuando el marido es elegido como Diputado. En los primeros años viajan incansablemente por diversos países de Europa y publica sus relatos en “El Imparcial”.

En 1876 publica “Estudio crítico de Feijó”, intelectual gallego al que admira. “Jaime”, una colección de poemas, se publica ese mismo año coincidiendo con el nacimiento de su primer hijo. En 1879, año del nacimiento de su hija Blanca, publica su primera novela, “Pascual López”. En 1881, año en el que nace Carmen, su tercera hija, publica “Viaje de novios”, considerada ésta la primera novela “naturalista” española, influenciada por su relación con las corrientes naturalistas de la Literatura francesa: Zola,  Daudet y los hermanos Goncourt principalmente…método que culminaría con la publicación de “Los pazos de Ulloa” en 1886/87, su novela más famosa y la que le consagró como una de las grandes escritoras de la Literatura Española.

En 1883 publica “Morriña e “Insolación, ambas novelas cuentan una historia de seducción protagonizadas por mujeres de distinta clase social. En “Insolación plantea, de forma revolucionaria para la época, la posibilidad de que una mujer deseara a un hombre sin mediar amor romántico o intenciones de matrimonio. La obra le procuró duras críticas de autores contemporáneos que hasta entonces eran amigos, que considerando inmoral el comportamiento de Asís - la protagonista de Insolación - pasaron de la crítica del personaje a la crítica de la autora.

En el intervalo de esos años, y coincidiendo con la separación de su marido en 1882, inició una relación con el escritor Benito Pérez Galdós, primero literaria y tras la polémica publicación de una serie de artículos recogidos en “La cuestión palpitante” se transformó en amorosa.


En 1893 publica “La tribuna”, considerada la primera novela “social” protagonizada por una mujer trabajadora con “discurso propio”, y definiéndose a sí misma como: ”Yo soy una radical feminista, creo que todos los derechos que tiene el hombre debe tenerlos la mujer”.

Posteriormente su obra evolucionó a otras corrientes literarias relacionadas con los movimientos del simbolismo y el espiritualismo… y en 1908 publica “La sirena negra”, la más conocida de esta etapa. Entre sus diferentes periodos literarios, escribió biografías tan interesantes y dispares como “San Francisco de Asís” y “Hernán Cortés”…y hasta un libro de cocina, que alguno de sus biógrafos ha considerado como “valor” feminista…

Entre 1890 y 1893 publica, con el dinero de la herencia paterna, la revista “Nuevo teatro Crítico”. En ella se incorporaron ensayos, críticas literarias, noticias sobre otros escritores y estudios de actualidad política y social con el objetivo de reflejar la vida intelectual de su época y cuyo contenido en gran parte está dedicado a la conciencia de la igualdad entre hombres y mujeres. Desde 1892 hasta 1914 dirigió el Proyecto Editorial “Biblioteca de la mujer”, con el objetivo de dar difusión entre el público femenino de las nuevas ideas relacionadas con los derechos de las mujeres.

Fue la primera mujer socia del Ateneo de Madrid en el que ingresó el 9 de febrero de 1905, y en 1906 fue la primera mujer en presidir la sección de Literatura de la Institución. En 1910, Alfonso XIII la nombró Consejera de Instrucción Pública. Y desde 1916 hasta su fallecimiento, fue Profesora de Literatura Románica en la Universidad Central de Madrid, Cátedra que se creó para ella.

Entre los temas más recurrentes de sus cuentos se encuentra el de la violencia machista, y en 2018, Cristina Patiño Eirin publicó una recopilación de treinta y cinco con el título de uno de ellos, “El encaje roto”.

Falleció en Madrid en 1921 y fue enterrada en la Basílica de la Concepción, aunque ella siempre había expresado su deseo de que fuese el las Torres de Meirás.

 

   INSOLACIÓN…

Publicada en 1883, la autora se aleja de las premisas del naturalismo y se centra más en el estudio psicológico de los personajes, empleando para ello una inusitada y compleja técnica narrativa que la acerca a la narración espiritualista. Es notable en esta novela el marcado feminismo y la puesta en duda de los valores morales y la doble vara de medir de la sociedad de la época, a través de la historia de la aventura sexual de una viuda con un hombre más joven que ella.

Es una novela llena de vida. Puede parecer difícil de interpretar, y pese a su aparente sencillez, está muy bien construida, ya que la escritora maneja con habilidad diferentes estrategias narrativas que ponen a prueba la competencia de un no menos hábil lector. En el primer capítulo, el narrador comienza de forma sorpresiva a describir los síntomas físicos de una resaca padecida por la protagonista, Doña Francisca Taboada, marquesa viuda de Andrade y “Asís” para los amigos,  y tras los efectos calmantes  de una infusión de tila le cede a ésta el protagonismo  durante varios capítulos. Pero Asís Taboada, antes de iniciar su relato en primera persona, se desdobla en ella misma y su conciencia: “aquello que reside en algún rincón de nuestro ser moral y nos habla, imponiéndose, como pudiera hacerlo una voz divina, la voz inflexible”, y se establece entonces un diálogo callado que supone dos horizontes diferentes: el de la conciencia acusadora - el yo - que desaprueba unos hechos  desconocidos para el lector, y el de la joven viuda - el tú - que intenta disculparlos apoyándose en la tranquilizadora interpretación - “un soleado” - de su criada, “la “Diabla”.

Se desarrolla en el Madrid de finales del siglo XIX, durante las fiestas de San Isidro, y presenta un retrato realista y detallado de la sociedad de la época. La protagonista, Francisca Asís, y marquesa de Andrade, es una joven viuda que vive en Madrid, mujer culta, independiente y liberal, que se siente insatisfecha con su vida monótona y rutinaria. En las vísperas de la festividad de S. Isidro en la “tertulia” de la duquesa de Sahagún a la que también asiste un paisano de nuestra protagonista, el comandante de artillería don Gabriel Pardo de la Lage, “cumplido caballero, estrafalario y pernicioso en sus ideas…que gusta de armar pendencia conmigo y con la dueña de la casa”,  conoce a Diego Pacheco, “un moro por la indolencia y un inglés por la sosería, un calaverón de tomo y lomo, aventurero y gracioso, muy gastador y tronera, que para lo único para lo que servía era para trastornar la cabeza de las mujeres”, y que le despierta una pasión arrolladora. Asís se entrega a este amor prohibido, sin importarle el qué dirán ni las consecuencias morales y sociales de su conducta. Plantea pues, el conflicto entre el amor y el deber, entre el deseo y la razón, entre la libertad y la moral.

Pardo Bazán utiliza un lenguaje rico y variado, con descripciones detalladas y diálogos vivos, un lenguaje vivo y localista que combina el realismo con el romanticismo, y crea unos personajes complejos, centrándose en su mundo íntimo, utilizando también una técnica narrativa más compleja. Aborda temas como el deseo, la rebeldía y la lucha contra los prejuicios de la época, así como el empoderamiento de la mujer, y presenta personajes complejos y bien desarrollados que reflejan las diferentes facetas de la vida en Madrid durante ese período. En resumen, es una novela esencial en la literatura española que ofrece una visión realista y conmovedora de la sociedad de finales del siglo XIX.

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En palabras de la protagonista:

“Pacheco, que vestía un elegante terno gris claro, me pareció galán de veras, pero con igual sinceridad diré que esta idea no me preocupó más allá de dos segundos, pues yo no me pago solamente del exterior”. (pág. 44)

“Tratamos de romper por entre el gentío y de deslizarnos en la ermita, abierta de par en par a los devotos; pero estos eran tantos, y tan apiñados, y tan groseros, y tan mal olientes que si porfío en llegar a la nave, me sacan de allí desmayada o difunta”. (pag.62)

“Yo, a todo esto, más divertida que en un sainete…Comprendía, sí, que mis pupilas destellaban lumbre y en mis mejillas se podía encender un fósforo; pero lejos de percibir el atolondramiento que suponía precursor de la embriaguez, solo experimentaba una animación agradabilísima, con la lengua suelta, el espíritu en volandas y gozoso el corazón”. (pag.89)

“_ Pobrecita, sa puesto mala. _ Por aquí señorito… _Sí que hay cama y lo que se necesite…_ Mandar…” -----“Comprendí claramente todo cuanto me sucedía. No había mar, ni barco, ni tales carneros, sino turca de padre y muy señor mío” (pág. 108-109)

“_¿Te acuerdas tú de una buenaventura que te echaron en la feria?...E imitando el acento y modales de  la gitana, añadió:

_ Una cosa diquelo yo en esta manica, que hae suceder mu pronto y nadie saspera que susea…Un viaje me vaste a jaser, y no ae ser para má, que ae ser pa satisfación de toos…Una personiya está chalaita por usté…

El gaditano, siempre presumido, agregó:

_ Y usted, por ella….( fin de la historia)

PEPA SIRVENT

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