EMILIA PARDO BAZÁN – Biografía
Hija de José María Pardo-Bazán y Amalia María de la Rúa-Figueroa, condes de Pardo-Bazán, título que heredó en 1890. Su infancia y adolescencia transcurren en Galicia y allí escribe versos que publica en el “Almanaque de Soto Freire”. En 1868 se casa con José Quiroga, todavía estudiante, y el matrimonio se traslada a Madrid cuando el marido es elegido como Diputado. En los primeros años viajan incansablemente por diversos países de Europa y publica sus relatos en “El Imparcial”.
En 1876 publica “Estudio crítico de Feijó”,
intelectual gallego al que admira. “Jaime”, una colección de poemas, se publica
ese mismo año coincidiendo con el nacimiento de su primer hijo. En 1879, año
del nacimiento de su hija Blanca, publica su primera novela, “Pascual López”.
En 1881, año en el que nace Carmen, su tercera hija, publica “Viaje de novios”,
considerada ésta la primera novela “naturalista” española, influenciada por su
relación con las corrientes naturalistas de la Literatura francesa: Zola, Daudet y los hermanos Goncourt principalmente…método
que culminaría con la publicación de “Los pazos de Ulloa” en 1886/87, su novela
más famosa y la que le consagró como una de las grandes escritoras de la
Literatura Española.
En 1883 publica “Morriña” e “Insolación”, ambas novelas
cuentan una historia de seducción protagonizadas por mujeres de distinta clase
social. En “Insolación” plantea, de forma
revolucionaria para la época, la posibilidad de que una mujer deseara a un
hombre sin mediar amor romántico o intenciones de matrimonio. La obra le
procuró duras críticas de autores contemporáneos que hasta entonces eran amigos,
que considerando inmoral el comportamiento de Asís - la protagonista de Insolación - pasaron de la crítica
del personaje a la crítica de la autora.
En el intervalo de esos años, y coincidiendo
con la separación de su marido en 1882, inició una relación con el escritor
Benito Pérez Galdós, primero literaria y tras la polémica publicación de una
serie de artículos recogidos en “La cuestión palpitante” se transformó en
amorosa.
En 1893 publica “La tribuna”, considerada la primera novela “social” protagonizada por una mujer trabajadora con “discurso propio”, y definiéndose a sí misma como: ”Yo soy una radical feminista, creo que todos los derechos que tiene el hombre debe tenerlos la mujer”.
Posteriormente su obra evolucionó a otras
corrientes literarias relacionadas con los movimientos del simbolismo y el
espiritualismo… y en 1908 publica “La sirena negra”, la más conocida de esta
etapa. Entre sus diferentes periodos literarios, escribió biografías tan
interesantes y dispares como “San Francisco de Asís” y “Hernán Cortés”…y hasta
un libro de cocina, que alguno de sus biógrafos ha considerado como “valor”
feminista…
Entre 1890 y 1893 publica, con el dinero de la
herencia paterna, la revista “Nuevo teatro Crítico”. En ella se
incorporaron ensayos, críticas literarias, noticias sobre otros escritores y
estudios de actualidad política y social con el objetivo de reflejar la vida
intelectual de su época y cuyo contenido en gran parte está dedicado a la
conciencia de la igualdad entre hombres y mujeres. Desde 1892 hasta 1914 dirigió el Proyecto
Editorial “Biblioteca de la mujer”, con el objetivo de dar difusión entre el
público femenino de las nuevas ideas relacionadas con los derechos de las
mujeres.
Fue la primera mujer socia del Ateneo de
Madrid en el que ingresó el 9 de febrero de 1905, y en 1906 fue la primera
mujer en presidir la sección de Literatura de la Institución. En 1910, Alfonso
XIII la nombró Consejera de Instrucción Pública. Y desde 1916 hasta su
fallecimiento, fue Profesora de Literatura Románica en la Universidad Central
de Madrid, Cátedra que se creó para ella.
Entre los temas más recurrentes de sus cuentos
se encuentra el de la violencia machista, y en 2018, Cristina Patiño Eirin
publicó una recopilación de treinta y cinco con el título de uno de ellos, “El
encaje roto”.
Falleció en Madrid en 1921 y fue enterrada en
la Basílica de la Concepción, aunque ella siempre había expresado su deseo de
que fuese el las Torres de Meirás.
INSOLACIÓN…
Es una novela
llena de vida. Puede parecer difícil de interpretar, y pese a su aparente
sencillez, está muy bien construida, ya que la escritora maneja con habilidad
diferentes estrategias narrativas que ponen a prueba la competencia de un no
menos hábil lector.
En el primer capítulo, el narrador comienza de forma
sorpresiva a describir los síntomas físicos de una resaca padecida por la
protagonista, Doña Francisca Taboada, marquesa viuda de Andrade y “Asís” para
los amigos, y tras los efectos calmantes
de una infusión de tila le cede a ésta
el protagonismo durante varios capítulos.
Pero Asís Taboada, antes de iniciar su relato en primera persona, se desdobla
en ella misma y su conciencia: “aquello que reside en algún
rincón de nuestro ser moral y nos habla, imponiéndose, como pudiera hacerlo una
voz divina, la voz inflexible”, y se establece entonces un diálogo callado que
supone dos horizontes diferentes: el de la conciencia acusadora - el yo - que
desaprueba unos hechos desconocidos para
el lector, y el de la joven viuda - el tú - que intenta disculparlos apoyándose
en la tranquilizadora interpretación - “un soleado” - de su
criada, “la “Diabla”.
Se desarrolla en el
Madrid de finales del siglo XIX, durante las fiestas de San Isidro, y presenta
un retrato realista y detallado de la sociedad de la época. La protagonista,
Francisca Asís, y marquesa de Andrade, es una joven viuda que vive en Madrid, mujer
culta, independiente y liberal, que se siente insatisfecha con su vida monótona
y rutinaria. En las vísperas de la festividad de S. Isidro en la “tertulia” de
la duquesa de Sahagún a la que también asiste un paisano de nuestra
protagonista, el comandante de artillería don Gabriel Pardo de la Lage, “cumplido caballero, estrafalario y
pernicioso en sus ideas…que gusta de armar pendencia conmigo y con la dueña de
la casa”, conoce a Diego Pacheco, “un moro por la indolencia y un inglés por
la sosería, un calaverón de tomo y lomo, aventurero y gracioso, muy gastador y
tronera, que para lo único para lo que servía era para trastornar la cabeza de
las mujeres”, y que le despierta una pasión arrolladora. Asís se entrega a
este amor prohibido, sin importarle el qué dirán ni las consecuencias morales y
sociales de su conducta. Plantea pues, el conflicto entre el amor y el deber,
entre el deseo y la razón, entre la libertad y la moral.
Pardo Bazán utiliza
un lenguaje rico y variado, con descripciones detalladas y diálogos vivos, un
lenguaje vivo y localista que combina el realismo con el romanticismo, y crea
unos personajes complejos, centrándose en su mundo íntimo, utilizando también
una técnica narrativa más compleja. Aborda temas como el deseo, la rebeldía y
la lucha contra los prejuicios de la época, así como el
empoderamiento de la mujer, y presenta personajes complejos y bien
desarrollados que reflejan las diferentes facetas de la vida en Madrid durante
ese período. En resumen, es una novela esencial en la literatura española que
ofrece una visión realista y conmovedora de la sociedad de finales del siglo
XIX.
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En palabras de la protagonista:
“Pacheco, que vestía un elegante
terno gris claro, me pareció galán de veras, pero con igual sinceridad diré que
esta idea no me preocupó más allá de dos segundos, pues yo no me pago solamente
del exterior”. (pág. 44)
“Tratamos de romper por entre el
gentío y de deslizarnos en la ermita, abierta de par en par a los devotos; pero
estos eran tantos, y tan apiñados, y tan groseros, y tan mal olientes que si
porfío en llegar a la nave, me sacan de allí desmayada o difunta”. (pag.62)
“Yo, a todo esto, más divertida que
en un sainete…Comprendía, sí, que mis pupilas destellaban lumbre y en mis
mejillas se podía encender un fósforo; pero lejos de percibir el
atolondramiento que suponía precursor de la embriaguez, solo experimentaba una animación
agradabilísima, con la lengua suelta, el espíritu en volandas y gozoso el
corazón”. (pag.89)
“_ Pobrecita, sa puesto mala. _ Por
aquí señorito… _Sí que hay cama y lo que se necesite…_ Mandar…” -----“Comprendí
claramente todo cuanto me sucedía. No había mar, ni barco, ni tales carneros,
sino turca de padre y muy señor mío” (pág. 108-109)
“_¿Te acuerdas tú de una
buenaventura que te echaron en la feria?...E imitando el acento y modales
de la gitana, añadió:
_ Una cosa diquelo yo en esta
manica, que hae suceder mu pronto y nadie saspera que susea…Un viaje me vaste a
jaser, y no ae ser para má, que ae ser pa satisfación de toos…Una personiya
está chalaita por usté…
El gaditano, siempre presumido,
agregó:
_ Y usted, por ella….( fin de la
historia)
PEPA SIRVENT
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